XXXIV

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Se encontraba muy dispuesto y con los nudillos marcados en enfrentar cara a cara después de tantos años a esas personas y especialmente, a la cabeza del grupo, quien había hecho miserable parte de su vida y la de Soo Young. Nada parecía detener sus intenciones. No obstante, la presencia de su hermanastro frente a sus ojos y obstaculizando su paso causó detener su andar y mirarlo con el ceño fruncido.

—Apártate —gruñó, apretando los dientes.

—Chan Yeol, debes parar —mencionó.

—¿Parar? No voy a parar ahora que tengo a ese tipo a tan solo unos pasos después de mucho tiempo.

—Piensa lo que vas a hacer —avisó.

—Qué ironía —comentó, mostrando una mueca en burla—. Me lo dice alguien que no puede controlar sus impulsos.

Yi Fan chasqueó la lengua por ser un golpe bajo muy acertado.

—Muévete, Yi Fan —le pidió.

—No me voy a mover —contestó, frunciendo su entrecejo.

—No esperes que reaccioné contigo —sonó amenazante.

—Hazlo —alentó—, pero no voy a dejar que mi hermano menor cometa una falta que pueda provocar una expulsión.

Chan Yeol se quedó mirándolo por en verdad sonarle demasiado incrédulo haber sido llamado «hermano menor» sabiendo la situación en la que se encontraba su lazo de hermandad. Se mofó por notar ese comportamiento de hermano mayor en él en ese momento.

—¿Acaso no eres quien siempre responde con los puños? ¿No eres quién me enseñó que la única solución es a través de ello cuando la respuesta tarda en llegar?

—Sí, fui yo —admitió, con un sabor amargo en la boca—. Siempre he sido una mala influencia —agregó—. Sé que soy una mala influencia para ti, pero no voy a permitir que cometas mis mismos errores. Y sé que me agradecerás por esto.

De inmediato, hizo tronar los dedos para que dos jugadores del equipo aparecieran y sostengan de los brazos a Chan Yeol para dejarlo parcialmente inmovilizado.

—¿Qué diablos? ¡Yi Fan! —protestó, forcejeando por ser soltado.

—Estoy salvando tu pellejo, hermanito —comentó, sonriendo.

Con un asentimiento de cabeza, ambos muchachos sabían que hacer, llevarse arrastras y sin su consentimiento a Chan Yeol hacia los dormitorios. Claro que les fue una tarea ardua por estar imponiendo resistencia, pero, aun así, consiguieron sacarlo del terreno de juego. Chan Yeol se fue soltando maldiciones al aire contra su hermano mayor.

Yi Fan se encontraba más tranquilo de haberlo ayudado a librarse del problema en el que iba a meterse; sin embargo, esa sensación se esfumó en minutos cuando oyó ser llamado por una voz muy conocida para él.

—Kris... Viejo amigo, cuánto tiempo.

Sabía que estaba siendo sarcástico, por eso, siguió la corriente al tono de sus palabras.

—Cuánto tiempo, querido ex capitán del equipo.

Echando humo era el estado de Chan Yeol en cuanto fue arrojado dentro de su habitación para luego ser cerrada la puerta en sus narices. Lo peor, había puesto llave por el exterior. Por más que golpeó la puerta con sus manos todos habían sido advertidos de no abrirle por órdenes de Yi Fan. Y todos sabían que contradecir a Yi Fan era una grave falta además que se meterían en un enorme problema. Por ello, hacían oídos sordos. Los únicos que no estuvieron en esos momentos fueron Baek Hyun y Jong Dae. De modo que, al ser Baek Hyun el primero en llegar al dormitorio, por poco y recibe un golpe en el rostro a causa de Chan Yeol que detuvo a tiempo sus intenciones de volver a dar de puños contra la puerta.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora