XXV

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¡Qué empiece el juego!

—¡Wow! —expresó Lay con cierta sorpresa cuando vio a su compañero de carpeta—. Casi no te reconozco, Baek Hyun —admitió debido al cambio que había hecho en su apariencia.

Durante las semanas que se les otorgó a los estudiantes de vacaciones, muchos disfrutaron haciendo viajes, conociendo nuevas personas, comenzando proyectos, realizando uno que otro trabajo o simplemente tomando nuevas decisiones en sus vidas. En esta circunstancia, se encontraba Baek Hyun, en cuanto regresó a pasar tiempo en casa de sus padres.

Desde un principio, sintió fenomenal la compañía de sus padres y su hermano. Pudo distraer la mente unos días entre diversas actividades. No obstante, no fue suficiente para contener lo que tanto temía. Y a lo que estaba tratando de evitar. Estar solo en casa y estar atrapado por sus pensamientos. Aquellos que lo conducían a recordar la charla que tuvo con Se Hun antes de regresar a su casa el día siguiente.

Su ser no se encontraba del todo tranquilo incluso si hubiera hablado con alguien sobre lo ocurrido. No podía mantener la calma cuando pensaba en aquel gran detalle por parte de Yi Fan y su rostro después de haberlo, prácticamente, rechazado. Porque eso supo que había hecho; rechazarlo. Y por la razón de que no se aceptaba salir con un hombre. Esa era la única respuesta que se daba.

Aunque pensándolo mejor, en aquella cómoda habitación, el rostro de Yi Fan con diferentes expresiones era digno de estar en una portada de revista o ser algún galán de telenovela. Se cuestionaba cómo alguien tan atractivo como él se había fijado en su persona. A simple vista se veían las diferencias entre ambos. Baek Hyun sabía que su carácter no se comparaba con el de él. Eran completamente opuestos. Pero no desistió de la idea de conseguir tener un poco de su personalidad. Así como su cuerpo. Viéndose frente al espejo, en verdad, se preguntaba, qué le había visto. Su cuerpo no era tan atractivo como las chicas o chicos que le rodeaban. Tocándose un lado de su estómago, notó que había subido algo de peso. Tal vez, por haber dejado las artes marciales y ahora dedicarse a comer más de la cuenta. Hace tiempo que su cuerpo ya no hacía actividad física y estas eran las consecuencias.

Baek Hyun resopló y se tiró sobre su cama con la vista hacia el techo.

Siguió husmeando entre sus recuerdos para terminar con las orejas enrojecidas y la boca en "o" tras acordarse de aquel primer beso que compartieron. Ese sutil contacto que ocasionó alterar su corazón.

Mientras tocaba sus labios con dos de sus dedos, el recuerdo del segundo beso hizo aparición, aunque la sensación que le produjo no fue la misma que el primero. De repente, haber sido sorprendidos por Chan Yeol tuvo algo que ver. Señaló. Ya que no tuvo tiempo de procesarlo tras haber sido señalado como un aprovechador de su parte. Frunció el ceño y gruñó un insulto contra él por no haber podido hacerlo aquel día. Y por encontrarse ahora pensando en él.

Con una almohada sobre su rostro tuvo que ahogar un grito de frustración por dejar que la imagen de Chan Yeol deambule en su cabeza.

Además, por no aceptar que pensar en él le causaba unas ganas tontas de sonreír.

Por eso, lo tuvo claro, no podía deshonrar las enseñanzas de Yi Fan y su objetivo. Debía mostrar un avance del proceso de cambio. Entonces, una gran idea se le vino a pocos días de volver a la universidad.

Su madre se quedó muy sorprendida por el pedido que Baek Hyun le estaba haciendo. Jamás se imaginó oír esas palabras de su parte.

—¿Estás seguro de lo que me estás pidiendo, Baekkie? ¿No te has vuelto a caer de la cama como en la secundaria? —Incluso se acercó a revisarle la frente por si estaba sufriendo de fiebre—. Tu temperatura luce estable, pero...

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora