XV

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Había pasado un año desde aquel fatídico incidente donde no solo perdió un amigo, sino que terminó por ser señalado como una sucia rata, un delincuente y una enorme deshonra para la familia de su madre.

Y todo por culpa de su tío.

Según él, quien salvó a Yi Fan de perder la vida en un accidente similar como su padre, tuvo la tarea de dar a conocer que todo se debía a que estaba teniendo contacto con la mafia. Que, desde tan corta edad, se estaba echando a perder. Sin duda, su madre fue duramente criticada por estar criando un futuro delincuente. Y por más que trató de hacerles callar, su familia seguía echando mierda y dando a entender que nada querían saber ya de ellos, que esto terminó por ser la gota que rebalsó el vaso. Y esperaba no volver a ver sus sucias caras por mucho tiempo.

Pero, debido a la repentina muerte de su abuela, quizá a consecuencia de todos estos acontecimientos, su madre heredó una parte de sus bienes aun si eso hacía rabiar a sus hermanos. Ellos trataban de persuadir a su padre porque no se diera aquel suceso, pero, quién era él para contradecir los deseos de su difunta esposa, simplemente dejó las cosas como debían ser.

Con los meses fue que la madre de Yi Fan abrió un pequeño restaurante para poder comenzar una nueva vida.

Y desde luego, Yi Fan también decidió cambiar al respecto, como tratando de desafiar a la familia de su madre, se transformó en lo que tanto lo señalaban.

Se cortó el cabello estilo militar, empezó a usar prendas anchas y oscuras, se realizó un pequeño tatuaje en el brazo aun siendo menor de edad, se compró un piercing para colocarlo sobre uno de sus labios y simular que se había hecho uno real. Sin contar, que se hizo un corte en una de sus cejas y agregó nuevas palabras a su vocabulario.

Su madre, por supuesto, no aprobaba la nueva apariencia de su hijo, pero tampoco se daba a la tarea de corregirlo, porque con tanto por hacer, no pudo siquiera estar presente al cien por ciento para él.

A los once años fue cuando su madre le presentó a la persona con la cual estaba empezando a salir. Desde un principio no le dio aprobación a aquel desconocido y parecía ser que el sentimiento era mutuo. Cada que estaban a solas, para su madre ir hacer algún platillo, ninguno soltaba palabra alguna. Preferían meterse en sus asuntos y evitar tan incómodo momento.

Hasta que una tarde, la pareja de su madre, decidió romper aquella brecha obsequiando un disco para que pueda escuchar y practicar el idioma de su país. Le empezó a contar sobre que tenía un hijo y que esperaba en un futuro presentarlo para que se hicieran amigos. Evidentemente, Yi Fan no se conmovió en lo absoluto y ni dio las gracias por el regalo, porque ni siquiera lo aceptó.

Y pese a que, el señor Park tenía intenciones de seguir conversando, Yi Fan no tenía tiempo para continuar escuchando.

Con el tiempo, no era desapercibido para él, que aquel tipo parecía tener buenas intenciones con su madre. Incluso permaneció a su lado aun con los problemas provocados por la familia de su madre para que terminaran la relación. Desde un principio, ellos fueron los que señalaron de que no querían volver a ver sus sucias caras, pero se daban el tiempo de estar pendientes de su vida. Vaya cosa.

Y Yi Fan, ciertamente indeciso con lo que se proponía, comenzó a las semanas aceptar aquel hombre en la vida de su madre, para tratar al menos de intercambiar más de dos o tres palabras. Así que se dio tiempo a escuchar aquel disco en su grabadora para darse una oportunidad también con dicha relación que daba futuro a ser próspera.

En consecuencia, de que la familia de su madre, interfiriera demasiado en aquel compromiso, y llegaran a un punto donde el señor Park salió sumamente afectado, aceptó irse junto con él y su madre hacia su país de nacimiento.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora