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Los padres de Baek Hyun habían llegado minutos después que Chan Yeol; y, por lo tanto, tuvieron que dejar a la familia a solas para darles cierta privacidad. Era muy importante que supieran por qué su hijo se encontraba en tales condiciones debido a esa gran preocupación que hicieron muestra apenas ingresaron a la habitación e ignoraron a cualquiera que se encontrará dentro por solo enfocarse en Baek Hyun. Chan Yeol ni siquiera tuvo oportunidad de poder conversar con él en ese momento. Incluso rechazó la idea de ir junto con los demás hacia la cafetería por necesitar un ambiente menos cerrado para organizar sus ideas. Aún tenía su teléfono celular a la mano y esa profunda sensación de que algo no andaba bien.

—Maldita sea... —maldijo en voz baja por continuar insistiendo y no poder contactarse con alguno de sus familiares.

—Ya viste que Baek Hyun se encuentra bien... —empezó a decir Jong Dae tomando por sorpresa a Chan Yeol cuando se acomodó a su lado para hacerle compañía en el balcón—. Así que, sí necesitas realmente hacer lo que tenías que hacer antes de venir acá, pienso que debes hacerlo ahora —le sugirió, dejando un poco extrañado a Chan Yeol por no entender a qué se refería—. Ya sabes, ir por Yi Fan —se explicó finalmente.

—Pero, Baek Hyun...

—Chan Yeol —le interrumpió—, Baek Hyun entenderá por qué tuviste que irte. Por eso, solo anda. Ve a golpear a Yi Fan de mi parte —mostrando una gatuna sonrisa por tener esas tremendas intenciones y no poder por la distancia.

—Jong Dae... —pronunció, tras meditar sus palabras—, gracias.

Chan Yeol asintió cuando escuchó respuesta de su parte para disponerse enseguida con abandonar aquel lugar, aunque volver a oír la voz de Jong Dae lo detuvo a medio camino para estar a la espera de lo que fuera a decirle; sin embargo, se veía algo dudoso con lo que quería hablar y solo se atrevió con decir: «Nada, solo anda», dejando así, que volviera a retomar su camino.

En un determinado tiempo retornó al aeropuerto para cambiar el horario de su vuelo y esperar paciente el abordaje. Siendo, durante esos minutos, que su teléfono móvil comenzó a sonar y tener que mirar extrañado el número desconocido que intentaba contactar con él. Por más que contestar llamadas de números desconocidos no fuera lo suyo, algo le aseguraba que debía responder a esa llamada.

—¿Aló? —contestó, dudoso.

Esa sensación que había mostrado en segundos se fue esfumando cuando reconoció la otra voz a través de la línea. Empezó a sentir sus ojos picarle y embargarse de diversas emociones que juntas causaban estragos en su persona por tener tanto que preguntar y a la vez no saber por dónde comenzar. La madre de Yi Fan trataba de hablar lo más calmada posible, pero las alborotadas emociones que aún permanecían en su persona no la dejaban hablar con normalidad y el llanto pronto se hizo presente para causar preocupación en su hijo. El tiempo pareció detenerse en el preciso instante que le reveló las causas de tanto desconsuelo. La voz de su madre se empezaba a oír tan lejana para Chan Yeol por haberse estancado con lo primero que oyó dejando a los demás perder su interés. Su móvil casi se le cae de las manos por encontrarse nervioso e impactado.

Parecía ser una eternidad estar en ese avión. Estaba desesperado. No podía creer lo que había escuchado hasta verlo con sus propios ojos. Abandono rápido las instalaciones una vez aterrizaron. Ayudó mucho el que no llevará ni una maleta consigo para salir sin complicaciones.

Abordó luego un taxi esperando haberse comunicado lo suficiente con el conductor para señalar el lugar donde debía dirigirse: El hospital internacional de Shanghái. Esa misma estrategia utilizó con el personal del lugar para poder orientarse donde quedaba el ala norte del hospital.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora