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Un misterioso muchacho que aparece después de varias tragedias

La vida de Park Chan Yeol parecía ser perfecta a simple vista, con dos padres sumamente amorosos y atentos con sus necesidades. Su padre era economista en una importante empresa y su madre era una psicóloga que trabajaba a tiempo parcial en uno de los hospitales más concurridos del distrito. No había rumores ni quejas sobre la familia Park. Eran admirados y respetados en su comunidad. Sin embargo, nada podía ser perfecto para siempre, incluso en las familias con menos carencias que tuvieran no eran inmunes a ser azotados por la adversidad. Ni siquiera fue una tragedia que cueste su sistema económico, sino que cueste la vida de un integrante de su familia.

Eran las once de la mañana cuando llamaron a la casa de la familia Park, pero ningún miembro se encontraba en ese horario habitando el lugar. Chan Yeol se encontraba en la escuela y su padre en el trabajo. Por tanto, volvieron a llamar a eso de las cuatro de la tarde, cuando Chan Yeol ya se encontraba en su casa y dispuesto a correr hacia el teléfono para contestar. La llamada fue hecha por su padre que con el tono más sereno posible le comunicó que fuera lo más pronto posible hacia la morgue del distrito.

Para Chan Yeol aquel pedido le fue sumamente extraño porque nunca había ido a la morgue en sus diez años de vida, pero si su padre lo necesitaba en ese momento, no podía rehusarse. Llegó exactamente a las cuatro y cuarenta de la tarde a la morgue del distrito, siendo su ingreso permitido por su padre tras haberlo esperado en el horario pactado a las afueras del lugar. Lo primero que hizo al verlo fue abrazarlo tan fuerte para susurrarle al oído la fatal noticia de por qué se encontraban en aquel lugar.

Ese día, de regreso a casa, después de su padre haber hecho el papeleo correspondiente para empezar con el sepelio, Chan Yeol no deseaba ver la televisión ni oír la radio como usualmente solía hacerlo, por estar muy seguro de que todos los medios nacionales estarían informando del fatal desenlace que sucedió en el hospital del distrito. El edificio del ala norte del hospital fue sorprendido por una enorme explosión que se dio a consecuencia de un corto circuito en el área de la cocina haciendo estallar las tuberías de gas y dar con el incendio que cobró más de treinta vidas y veinte afectados, entre pacientes y trabajadores, estando entre las víctimas fatales del incidente la madre de Chan Yeol.

Sus vecinos más cercanos, sus parientes, los colegas de su padre, compañeros de escuela de Chan Yeol y algunos amigos conocidos de su madre estuvieron presentes los tres días que duró el velorio y el sepelio. El día del entierro Chan Yeol había perdido ese espíritu alegre que solía mostrar ante su familia y compañeros de escuela. Incluso se podía decir que lo enterró aquel mismo día, pues en el transcurso de los días comenzó a comportarse de una manera distinta a la usual, ya no era el mismo de siempre, sus notas habían bajado, se saltaba clases y sus pasatiempos pronto fueron olvidados por pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa para ir hacia el parque donde solía ir con sus padres cuando era más pequeño. Él solo permanecía sentado en una banca mirando el horizonte y dejando las horas pasar.

Su padre temía que con su nueva actitud pudiera meterse en problemas mayores no solo en la escuela, sino que pudiera ingresar al mundo de las drogas o la delincuencia por no estar la mayor parte con él por ahora tener que trabajar casi más de ocho horas para no perder la calidad de vida que estaba recibiendo. Su padre también vivía su propio duelo, pero no podía darse el lujo de mostrarse tan afectado frente a su hijo, porque le estaba yendo mal en el trabajo, no podía concentrarse por el motivo de su esposa e hijo. Sin poder creerlo estaba perdiendo ese lazo especial que tenía con su único hijo. Eso le afectaba demasiado. Ambos eran muy unidos, pasaban las tardes jugando algún deporte o viéndolos por la televisión. Compartían sus inquietudes. Tenían mucha interacción. Pero ahora, todo se estaba echando a perder, se encontraba en ese enorme dilema de si perder el trabajo o la compañía de su hijo. Por más que se lamentó con su decisión, supo que era lo mejor para ambos, Chan Yeol tendría una mejor vida y posiblemente pudiera recuperarse.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora