XLIX

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El camino correcto

Un vaso con chocolate sostenía entre las manos para calmar los nervios que mantenía a consecuencia de la información que le había sido revelada. Aún seguía en el proceso. Uno lento. Siendo tedioso el no poder contenerse lo suficiente y tener esa gran necesidad de mostrar más lágrimas. Apretaba fuerte los párpados y desviaba la mirada con tal de no toparse con los pares de ojos que tenía a su alrededor.

—Chan Yeol... —pronunció Jong Dae al encontrarse a su lado haciéndole compañía. Él fue quien lo encontró después de ser dejado en aquel lugar por su hermanastro. Estuvo buscándolo, sin esperar encontrarlo llorando y con la necesidad de ser abrazado para recibir fuerzas. Entre sus sollozos llegó a escuchar: «No puede ser posible», «¿Por qué?» y «tiene que estar mintiendo», pero nada que esclarece el motivo de tanto lamento de su parte. Chan Yeol no quiso hablar de lo sucedido durante el camino hacia el hospital. Aunque, Jong Dae no dejó de mostrarle su confianza de que podía desahogarse al contarle lo que le estaba atormentando—. Estoy aquí. También estoy pasando mal por Baek Hyun, pero estamos para apoyarnos en estos momentos.

—Gracias... —respondió Chan Yeol despacio y mirándolo de reojo tras asentir para volver en segundos su vista hacia el chocolate caliente que permanecía entre sus manos.

Las interacciones de ambos habían sido visto por Xiu Min y pesé a que, quería ayudar a su pareja con animar a Chan Yeol, sabía que tenía primero un asunto a resolver que era consolar a Kyung Soo por lucir callado y misterioso como habitualmente solía ser, pero, ahora con un aura más apagada. No consumió ningún bocado de algún platillo que se le ofreció o tomar siquiera un vaso de agua. Solo permanecía en silencio, muy pensativo y esperando más información sobre Baek Hyun que en estos momentos se encontraba en la sala de operaciones.

El ambiente en la cafetería del hospital, precisamente, en la mesa que habían ocupado, era silencioso. De los seis ocupantes, sólo dos o tres hablaban para alentar esos rostros decaídos y preocupados de los demás con que Baek Hyun iba a salir muy bien de su operación para estar nuevamente con todos.

—Saldré a contestar. Los padres de Baek Hyun deben haber ya escuchado el mensaje que les dejé en su buzón de voz —avisó Xiu Min en los minutos que se puso de pie para salir hacia el corredor. Su teléfono móvil había empezado a sonar.

—A todo esto... —comenzó a hablar Lu Han—. No he visto a Kris por ningún lado. ¿Alguien sabe dónde está?

Se Hun se mantuvo callado. Chan Yeol ignoró por completo a Lu Han. Kyung Soo seguía concentrado dentro de su cabeza. Y Jong Dae sintió la necesidad de responder.

—¿Por qué debemos preocuparnos de la persona que es responsable de todo esto?

Lu Han negó con la cabeza.

—Lo estás juzgando antes de tiempo.

—¿Hablas enserio? —Jong Dae enarcó una ceja incrédulo—. ¿No es por él que estamos envueltos en este problema? ¿Acaso no ves mi mano? —resaltando aquella extremidad al sacudirla suavemente frente a sus ojos—. No sé cuáles sean los problemas que tenga, pero son muy graves. ¡Baek Hyun pudo morir!

En él se veía la preocupación, el miedo y el coraje por la situación. Su voz sonó fuerte ante lo último, provocando que Chan Yeol se pusiera de pie para dejar el vaso llenó, por no haber tomado ni un sorbo, sobre la mesa y disponerse a salir de aquel lugar para de pronto volverse más incómodo el ambiente.

—Diablos... —maldijo en voz baja Jong Dae por saber que la había liado.

—Ha estado muy callado —comentó Lu Han.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora