Objetivo: Masculinidad

LII

Mirándolo, directamente a los ojos, Yi Fan tuvo que mentirle, por la razón de no querer hacer que se preocupará y sintiera mal. No en este momento cuando se requería que ambos mantuvieran las fuerzas necesarias para conseguir librarse de este lugar.

—Ellos están bien. Solo necesitamos ir por ellos —respondió, buscando mostrar una expresión que fuera convincente y que diera cierta certeza a su timbre de voz.

—Menos mal... —expresó aliviado y retirando aquel temor en su persona de que algo malo les hubiera ocurrido, porque lo sospechaba, por unos segundos, comenzó a pensar en ello. Yi Fan apretó su hombro para mostrarle mayor seguridad de que no había de qué preocuparse—. Por eso, ¿estás aquí? —quiso saber.

—Mi madre no me contó nada de esto, pero, sospechaba que nada bueno traería la muerte de su padre. Estaba muy seguro que no era buena idea que venga a China. Y con todo lo que ha sucedido en estos días, confirma claramente que tuve mucha razón.

—Tal vez, no quería preocuparte.

—Ahora lo sé —aseguró sonriendo—. Y por eso, vamos a ir por ellos. Solo debemos tener un plan primero. Conozco estas instalaciones así que solo nos queda saber por dónde vamos a tener que hacer nuestra emboscada y a qué dirección debemos correr por sí tenemos que hacer una retirada.

—¿Ya has estado acá antes? —Kuan Lin no pudo evitar estar algo sorprendido y curioso de aquella información.

—Es verdad, no te conté —mencionó—. Yo ya sabía en lo que andaba esa rata gorda desde hace mucho tiempo, pero nadie me creyó porque era un niño y él tenía las de ganar por ser un adulto y el orgullo de su padre. Por ello, hubo ese distanciamiento de mi madre con sus hermanos. Él nunca nos dejó en paz. Aunque haya tenido años de calma. Él nunca nos perdió el rastro y todo lo que sucede ahora lo asegura. Supongo que quiere callar nuestra voz a como dé lugar, sin importar nada.

—Seguramente, es el causante de la muerte de nuestro abuelo. Ahora me queda más claro —comentó—. Él fue el causante. Nuestro abuelo tuvo que haberse enterado ya de todo.

—Es lo más probable. El viejo se llegó a enterar de la basura que es su hijo y no lo aguantó —soltó a la ligera, ganándose un golpe en las costillas al ser codeado por su primo.

—Nuestro abuelo está descansando ahora, debes tener más respeto, Kris.

—¿Qué? No porque ahora descansa significa que deba olvidar el daño que le hizo a mi madre. Le he perdonado, pero no puedo actuar como si nada frente a las personas que le hicieron daño.

—Tienes razón, pero... —soltó un suspiró tras haberse puesto a pensar por unos segundos y no tener algo claro que responder, de modo que, cambió de tema—. Kris... ¿Puedo preguntarte algo?

Él asintió.

—Cuando despertaste dijiste un nombre —comenzó a decir—, me confundiste con otra persona... Me llamaste...

—Pat —completo, y Kuan Lin asintió—. Él fue la razón por la cual conozco este lugar. Él estuvo en esta habitación también. Él fue mi mejor amigo.

—¿Fue? —quizá estaba siendo imprudente, pero las ganas de conocer sobre esa persona pudieron más, así que no pudo evitar seguir preguntando.

—Él es otro de los motivos por los cuales sé lo que debo hacer cuando vea otra vez a esa rata gorda —respondió—. No puedo volver a dejar que se salga con la suya. Debe pagar por lo que hizo. La muerte de Pat no va a quedar de nuevo como si nada.

Kuan Lin permaneció en silencio, meditando, dándose su tiempo a pensar para terminar por acercarse a abrazarlo; rodeando un brazo por detrás de sus hombros y el otro por sus antebrazos. Yi Fan se quedó sorprendido.