XLII

695 78 8
                                    

En su camino hacia la oficina del rector, Chan Yeol, Yi Fan y Woo Hyun fueron interceptados por cuatro hombres vestidos de trajes negros en conjunto con gafas de sol y zapatos mocasines, que se identificaron como encargados mandados por el director para custodiarlos, asunto que no parecía ser creíble para los dos guardias y antes de siquiera confirmarlo a través de una llamada, se vieron cayendo al suelo tras ser noqueados por cierta técnica de dar golpes precisos en algunas partes del cuerpo que conseguían inmovilizar al oponente.

Esta situación alarmó inmediatamente a los dos hermanos Park, pero, no a Woo Hyun, por estar completamente seguro de quienes se trataban, y, a lo cual, se puso rápidamente de lado de ellos dejando desconcertados a los otros dos por esas actitudes que daban por hecho cierta complicidad.

—Díganle que cumplí con mi parte —comunicó Woo Hyun a uno de esos hombres que ni atención le presto por ordenar a sus secuaces rodear a los dos hermanos Park para que no puedan escapar.

Chan Yeol y Yi Fan estuvieron observando hacia cada costado para mostrarse atentos ante cualquier movimiento.

Cuando aquel hombre comenzó a hablar, ya no lo hizo en el idioma de este país, sino en el suyo, dejando atónito a Yi Fan por este acontecimiento que consiguió empezar a darle sospechas de quienes podrían tratarse.

—Por fin, lo localizamos, joven Wu Yi Fan —informó—. No queremos llegar a la fuerza para llevarlo, pero, sí usted no colabora con nosotros, entonces, no nos dejará de otra que hacerlo. Así que, por favor, sírvase acompañarnos.

Por la reacción de su hermano mayor y escuchar que aquellos extraños hablaban su mismo idioma, Chan Yeol supo que era cuestión de segundos para oírlo responder con aquel similar lenguaje.

—¿Quiénes son ustedes? —quiso hacerse el desentendido para cerciorarse de su respuesta y cuando oyó lo que temía, resopló y puso un gesto duro en su rostro—. ¿Creen que voy a ir con ustedes? ¿Creen que voy a ir con esa sucia rata? ¿Es lo qué creen? —una risa amarga soltó mientras sacudía la cabeza—. Díganle a ese gordo pez que no soy ese niño que humilló tiempo atrás y que ver su sucia cara no es de mi interés.

Debido a los calificativos que oyó, aquel hombre dejó de ser amable para ponerse estricto con sus órdenes al chasquear los dedos y hacer rápidamente que dos hombres sujeten por sorpresa a Chan Yeol de ambos brazos para retenerlo. Por supuesto, ese acto hizo reaccionar a Yi Fan con defender a su hermano menor; no obstante, otra vez, se oyó aquel chasquido de dedos para poner autoridad al hacer que uno de sus hombres hiciera muestra del arma que poseía para encañonar directamente hacia la cabeza de Chan Yeol al colocarse detrás suyo.

—¿Qué diablos creen que hacen? —reclamó Yi Fan.

—Va a venir con nosotros, joven Wu —solicitó la otra persona.

—No, por supuesto, que no. Suelten a mi hermano de una puta vez —contestó de mal humor.

—Va a venir con nosotros, joven Wu —volvió a repetir, pero, esta vez, dándole la señal a aquel hombre que sostenía el arma, que hiciera presión del gatillo para darle una advertencia—. Va a venir con nosotros o su hermano pierde la vida en este momento.

Yi Fan cruzó miradas con Chan Yeol y vio el temor en sus ojos y la señal de que no podía ponerse a dar la contraria como un niño berrinchudo. No, cuando la vida de su hermano menor se encontraba en riesgo. Con sumo fastidio, aceptó y pidió que le retiraran la pistola de encima, petición que no obedecieron hasta verlo con las manos esposadas y subiendo a la camioneta negra con lunas polarizadas que tenían aparcando en el estacionamiento. Desde luego, que ese mismo vehículo no iba abordar Chan Yeol, ya que fue traslado a otro junto con Woo Hyun. Luego de salir de las instalaciones, se fueron con rumbo desconocido y para estar precavidos que Yi Fan no intentara nada, aun poniendo resistencia, pusieron un trapo con cloroformo contra su nariz y boca para hacerlo dormir durante todo el recorrido.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora