Objetivo: Masculinidad

LIX

Se había alejado de la cancha donde practicaban baloncesto para merodear por los alrededores de las demás canchas deportivas del recinto tras necesitar tiempo para él y juntar las piezas del rompecabezas que traía dentro de su cabeza para tener la respuesta en la punta de su lengua. Era algo que se cruzaba varias veces por su mente e incluso favoreció un mayor acercamiento entre los dos durante aquel incidente donde fueron parte sin querer.

—Creo que no te he presentado a mi hermanito, Baek —ese diminuto hizo chasquear los labios de Chan Yeol—. Su nombre es Park Chan Yeol.

Como venía a él aquel recuerdo del día que los presentó para manifestarse después aquel suceso donde se enfrentó a su hermano menor por tener sospechas de que algo había entre ellos. ¿Cómo olvidar esos encuentros donde los veía juntos de casualidad? Ese abrazó que se dieron aquel día de la competencia donde Baek Hyun se encontraba malherido. El cambio de comportamiento en su hermano menor de un momento a otro donde su mayor preocupación se centraba en Baek Hyun. El terror en sus ojos ante aquel grave accidente que le ocurrió. Tener que aceptar que, a su lado, Baek Hyun, corría tanto peligro. Y saber, que su hermano menor escogería por ir a ver a Baek Hyun en el hospital como tanto daba fe. Era la última señal que necesitaba para tener todo más claro y presente de lo que estaba sucediendo entre ellos. Además, que podía confirmarse también por lo que había visto hace tan solo minutos.

Y fue, por ello, que cuando volteó tras ser llamado, sabría que se encontraría con él y sus razones para haberlo seguido.

—¡Kris! —oyó, por primera vez aquel nombre de su parte, captando rápido su interés tras haber ignorado sus anteriores llamados.

Hubo un incómodo silencio mientras lo veía estar acercándose hasta conseguir colocarse frente a él y notar que lucía decidido, pero también nervioso.

—Tengo que hablar contigo.

Fue directo. Eso le sacó una ligera mueca por tener valor de verle a la cara para conversar.

—¿Quieres tomar una soda mientras charlamos? —propuso Yi Fan, y Chan Yeol se mostró un poco sorprendido por el comportamiento que hacía muestra, parecía estar tomando el tema con una serenidad que no pensó de su parte.

Ambos hermanos se dirigieron hacia la máquina expendedora más cercana para poder sacar dos latas de soda y sentarse después en las gradas de la cancha de fútbol. Chan Yeol, tamborileaba con los dedos aquel pedazo de metal por lucir inquieto y sin dar algún sorbo todavía, a comparación de su hermano mayor, que seguía estando tranquilo dando sorbos a su bebida y a la espera de que se diera inicio con esta ansiada y pendiente conversación.

—¿Te acuerdas cuando solíamos llevarnos tan mal en un comienzo? —Yi Fan asintió por recordar ese gran detalle entre ambos—. Pasar la vida así realmente hubiera sido tan fatal para nuestros padres. Estaríamos todo el tiempo causando problemas y llegando a la conclusión que ni en pintura podríamos vernos. En ese tiempo, posiblemente, alejarme de ti era la opción más segura. No llevaba una vida tan tranquila, pero tampoco, tan caótica. Tener que golpear a alguien no es lo mío; sin embargo, contigo, estaba tan presente y quiera o no, iba a golpear a alguien en algún momento. Y vaya que no me equivoqué.

—Cuando lo pones así, me siento el malo del cuento —comentó Yi Fan con un gesto divertido en el rostro y posando la mirada en el perfil de su hermano menor—. Sabes, Chan Yeol, comencé a aceptarte en mi vida cuando reconocí que no eras ese tipo de hermano que me dejaría a mi suerte y no se metería conmigo. Aunque, en un comienzo lo creí, pero, luego, con el accidente que hubo en la escuela, empecé a asimilarlo, que no serías ese tipo de hermano. En cambio, yo aún no estaba listo para ser un buen hermano mayor para ti. Había tantos secretos de mi parte y tenía un comportamiento tan inmaduro que sabía todavía causaba conflictos entre nosotros, aun cuando teníamos cierta comunicación y nos estábamos llevando mejor que antes, tú... Sigues siendo un buen hermano para mí.