XI

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Y en verdad que Jong Dae no mentía. Si Baek Hyun no iba a verlo practicar, jamás hubiera sabido que su mejor amigo jugaba muy bien al baloncesto. En ese momento se preguntaba, ¿por qué nunca fue a uno de sus juegos en la secundaria? De lo que se había perdido. Fue emocionante ver cómo Jong Dae se desenvolvió en la cancha. Baek Hyun no dejaba de alzar las manos y echarle porras desde las gradas.

Y por supuesto, ser el único espectador, atraería la atención.

—¿Quién es el sujeto extraño que te anima? —le preguntó Dong Hyun a Jong Dae mientras esperaban por el balón.

—Es Ba... —por poco y lo delata, pero supo morderse la lengua a tiempo para encogerse de hombros y levantar las cejas en una clara señal que estaba a punto de mentir diciendo—: No lo sé.

Después de eso, evitó hablar más del tema, concentrándose en obtener el balón.

Cuando la práctica terminó y el grupo conformado por Yi Fan ganó, pues se dividieron en dos, uno de su parte y otro de Min Ho, era momento de un descanso. Baek Hyun sin que nadie lo viera, se apresuró en acercarse hasta Jong Dae para en señas indicarle que le iría a traer una bebida. Esa idea la aprobó con un pulgar alzado.

Esta vez tuvo suerte, porque la máquina expendedora no se atoró con su dinero.

Así que todo animado, se condujo de vuelta hacia donde se encontraba Jong Dae. Aunque no esperó que en el camino su mini ventilador dejará de funcionar. No le tomó tanta importancia en ese momento. No es como si tuviera que volver a usarlo. La práctica de Jong Dae había terminado; por lo cual, estarían de regreso hacia los dormitorios.

—Kris dice que habrá una última práctica y que de ahí verán seleccionar quienes continúan para la siguiente etapa —le informó Jong Dae cuando volvió a verlo y en lo que recibía su bebida.

—Pero dijiste que solo sería un juego y ya —se quejó como un infante.

—No te preocupes, no creo que tome mucho tiempo. Además, soy su mejor jugador. Me van a escoger —decía con aires de ganador, y Baek Hyun sabía que era muy posible. Si Yi Fan no escogía a Jong Dae, estaba completamente ciego.

A los pocos minutos que empezó la práctica, Baek Hyun comenzó a tener calor, aun cuando se echaba aires con una mano, de nada servía, ese calor en todo su ser no se esfumaba. Su cuerpo imploraba porque se quitará esa enorme sudadera y dejará expuesto sus delgados brazos, su cuello y su rostro. El sudor se habría paso en cada rincón de su cuerpo y parecía una sauna andante. Ya que ese inconveniente no le hacía dejar de moverse para alentar a su mejor amigo.

Fue recién en el segundo tiempo cuando se dio por vencido y no le importo ya si era descubierto, su vida estaba en riesgo, sentía estar a punto de desmayarse en las gradas. Él bajó corriendo para dirigirse hacia los lavaderos y echarse agua. En su apresurado andar fue retirándose sus gafas y la capucha, así todo atolondrado empezó después a quitarse la sudadera quedándose sin visión, de modo que, no se dio cuenta que otra persona, distraída como él, iba a chocar con todo su cuerpo.

Un fuerte golpe ambos se dieron, Baek Hyun en la frente y el otro muchacho en el pecho por la diferencia de alturas. Aunque el mayor impacto se lo llevó Baek Hyun pues no dejaba de quejarse con el rostro aún cubierto con parte de su sudadera y tras haber tambaleado.

—¿Por qué te metes así en el camino? —el otro muchacho en vez de ayudarlo, se puso a reclamarle.

Baek Hyun también quería reprocharle, pero seguía aullando adolorido.

—Ni que te haya golpeado tan fuerte, deberías parar ya —le seguía restando importancia a la situación. Y como Baek Hyun continuaba sin poder defenderse, agregó—: A ver, déjame ver.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora