Capítulo 13

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Definitivamente me obligue a olvidar el raro sueño que tuve.

Esto era culpa de Dinah y sus grandiosas ideas. 

Y por supuesto que se lo dijo a Ally.

Nunca había deseado que la tierra me tragara hasta ese momento.

Después vi a Lauren y estaba segura de que mi día no podía ir peor. Ella me miraba y lo único que yo podía hacer era evitar su mirada. La vergüenza que sentía me iluminaba el rostro con un rojo intenso. Lo que para mí mala suerte, solo causaba más interés en ella.

¿Pero que podía hacer? Había soñado con ella en una situación para nada inocente. 

Definitivamente fue el almuerzo más incómodo de mi vida.

Al llegar la noche, volví a ver a Lauren caminar por el campus a las 12:15 am. Luego se volvió una rutina.

Empezó a hacerlo todas las noches, siempre a la misma hora.

Decir que no tenía curiosidad sobre a donde iba, seria mentir y como ángel, estaba segura de que no podía hacer eso.

No estaba segura de sí espiar era considerado un pecado. Quizá uno chiquito.

Sentí que debía ignorarlo, y en serio lo hice pero esta noche, la curiosidad pudo más.

Dejé la ventana para buscar mis tenis, un suéter y las llaves de mi habitación.

Salí de la residencia y de inmediato sentí el aire frío calándome los huesos. Esa era otra experiencia humana que estaba disfrutando pero no era el momento para enfocarme en ello.

La chica de ojos verdes estaba a varios metros por delante pero podía verla con perfección.

El campus estaba muy bien cuidado y las plantas decoraban el camino que recorríamos, sin embargo los grandes árboles podían ser el lugar adecuado para que algún humano agresivo se esconda, listo para atacarme o atacarla. No creía tener lo necesario para defenderme. Seguía teniendo mis poderes pero eran débiles y no conocía los límites de mi cuerpo.

Debí escuchar a Dinah.

¡No con la parte de los placeres humanos!

Ustedes entienden.

Mi cabeza había divagado por un buen rato hasta que vi a la chica de ojos verdes llegar a una calle y detenerse. Hice lo mismo para evitar acercarme. Ella miró su móvil y luego lo guardó cuando un auto negro se estacionó frente a ella.

Vuelve al dormitorio"

Mi respiración se atoró en mi garganta. Era su voz en mi cabeza.

Lo que era imposible.

Lauren simplemente subió al auto y no miró atrás.

Confundida volví a la residencia y el miedo por algún humano lunático, ni siquiera pasó por mi cabeza.

Durante el resto de la noche intenté darle una explicación a lo sucedido.

Pero nada parecía funcionar.

Los humanos no se comunicaban de esa manera. Era una habilidad demasiado desarrollada para ellos. Y los ángeles no iban a la escuela.
Bueno, yo lo hacía pero necesité la ayuda de un Serafín y un motivo suficientemente grande para romper las reglas.

Al llegar el día obtuve una sola conclusión. Lo había imaginado. Lauren no podía entrar en mi cabeza, los humanos no hacen eso.

-¿Noche difícil?- su voz terminó con el incesante dilema. Asentí viéndola tomar su toalla y su ropa. -¿Vienes?- preguntó dirigiéndose a la puerta.

Siempre tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora