-¿Qué pasó después?- pregunté cuando volvimos a la realidad.
-Bueno, fui a la boda y conocí a…-
-No, no.- corté para especificar mi pregunta.- ¿Qué pasó con nosotras?-
-Seguimos en contacto pero solo por motivos de trabajo. Te hiciste cargo de la empresa de tu padre y realizamos algunos convenios que nos obligaba a vernos de vez en cuando.-
-¿Tú y yo… no volvimos a estar juntas?-
-No en esa vida.- me sentí tan triste sin ninguna razón aparente.- Pero fuiste feliz. Te lo aseguro.-
-¿Por qué me fui durante 3 años?- era lo que había entendido.
-El término que yo utilizaría es “desaparecer”.- la miré confundida.- desapareciste durante 3 años.-
-¿Por qué? ¿Es algo que acostumbraba a hacer?-
-No.- respondió con una tenue sonrisa.- No era algo propio de ti pero desapareciste cuando te enteraste la verdad.-
-¿Sobre qué?-
-Sobre ti.- dejé que ella continuara.- descubriste que tus amigas, yo e incluso tu familia te guardaban un secreto y cuando lo averiguaste, tomaste tus cosas y simplemente te fuiste. Nadie supo de ti hasta que decidiste volver.-
-¿Cuál era el secreto?-
No necesité que ella responda.
Vino a mí con la fuerza de un tren estrellándose ante una pared.
*Un tocador. Ella está ahí. Su intensa mirada no se despegaba de mis movimientos mientras hablábamos.
*Una fiesta de máscaras. Reconocía sus hermosos ojos verdes bajo una elegante mascara negra. Me miraba fijamente mientras caminaba entre la gente con una máscara blanca en mi rostro.
*Una sonrisa. Solo necesité una sonrisa para enamorarme de ella.
*Un beso. En medio de una iluminada bahía.
*Un escape. Corría con un vestido de gala mientras ella sujetaba mi mano y me llevaba fuera del edificio.
*Una casa de campo. Subía las escaleras sujetando su mano tras de mí. Ella me miraba con deseo.
*Una cama. Sábanas blancas envolviendo nuestros cuerpos. Gemidos de placer, sus manos acariciando mi cuerpo, sus ojos sobre mí.
*Un momento. Una noche bajo las estrellas haciendo el amor en su auto.
*Una discusión. Gritos y reclamos que terminaban en llanto.
*Una disculpa. Ella en mi balcón. Sus lágrimas ocultas bajo la fuerte lluvia.
*Una despedida. Mis maletas en la puerta. Un beso desenfrenado que termino entre mis sabanas.
*Un mensaje. Mirando en mi móvil un “te amo” y yo sonriendo ante sus palabras.
*Una llamada. Y mi mundo colapso.
*Poco después… yo colapse también.
Respiré hondo tratando de asimilarlo.
No sabía que podía recuperar el recuerdo de una vida pasada.
Y lo más importante… no imaginaba cuanto la había amado.
Vi a Lauren dudar sobre decírmelo pero terminó haciéndolo.
-Perdiste la memoria en un accidente de auto. Olvidaste un año de tu vida, incluyendo nuestra relación. Luego, por cosas del destino volvimos a encontrarnos y traté de recordarte lo que vivimos sin decirte la verdad. Al final lo descubriste y nos odiaste tanto… me odiaste tanto…-
-¿Por qué no me lo dijiste?- era algo que a pesar de recordarlo, no comprendí.
-Había mucho en juego.-
Por extraño que parezca, sentí parte de ese enojo volver a mí. Me había ocultado la verdad y mi otra yo… simplemente no pudo lidiar con eso.
-Entonces me fui y tú solo…-
-Te deje ir.- aceptó con tristeza.
-Escogiste el camino más fácil.- recriminé.- ¿No pensaste en luchar por mí?-
-Nunca entenderías cuánto amor me costó dejarte ir, Camila.-
Podía ver el dolor en su mirada.
Incluso yo me sentí peor.
-Es demasiada información que necesito procesar.- dije empezando a caminar hacia la residencia. -Te veré después.-
-¿Puedo acompañarte?-
-No yo… necesito pensar.-
Sé que Lauren no estaba de acuerdo, tenía la intención de protestar pero caminé dejándola en medio de la cancha de futbol.
Al volver a la habitación Dinah estaba casi lista para ir a clases.
-¿En dónde estabas?- preguntó preocupada y apurada. -No importa, me cuentas en el camino.- terminó para lanzarme mi toalla mientras ella seguía alistándose.
-No iré a clases.- murmuré dejando mi toalla en su lugar y tirándome boca abajo sobre mi cama.
-¿Estas bien?-
-No.-
-¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? ¿Quieres que me quede contigo? ¿Necesitas…-
-Tranquila DJ, estoy bien.- la corté mirándola a los ojos.- Solo no tengo ánimos de salir.-
-¿Segura?-
-Si.- dije convencida.- Ve a clases, te veré a la hora del almuerzo.-
-Está bien, pero si te sientes mal busca a Ally y que me llame, yo vendré cuanto antes…-
-De acuerdo.- murmuré girándome para darle la espalda.- Vete que te harás tarde.-
-Sí, si.- escuché que hacia un montón de ruido para buscar sus cosas. De repente sentí un beso en mi mejilla.- No dudes en llamarme. Vendré por ti cuanto antes.-
Sonreí.
Ella podía ser tan tierna.
Escuché la puerta cerrarse y de inmediato mi cabeza empezó a trabajar.
Seguí recordando lo que había visto.
Lauren y yo en vidas pasadas.
No terminamos juntas en esa vida pero dijo que fuimos felices. Pude verlo en sus ojos. Ella era feliz junto a la chica de cabello bonito.
Quizá ella y yo también hubiéramos sido felices.
“¿Piensas quedarte todo el día en cama?- miré por la habitación sin encontrar rastro de ella. “¿Puedo pasar?”
Eso lo explicaba.
“Ahora ves a través de las puertas” escuché su risa en mi cabeza, yo intenté reprimir la mía.
“Mis poderes no tienen ese alcance, Camila.” Agradecí la falta de esa capacitad. “Vi a Dinah salir pero no a ti. No necesito de poderes para saber que te quedaste.”
“Pasa” terminé girando los ojos.
-¿Estas bien?- dijo cuando entró y se acercó a mi cama. Me giré para mirarla, quedando de lado.
-No lo sé…-
-¿Fue demasiado?- sabía que se refería a sus recuerdos.
-Quizá.-
-¿Puedo hacer algo por ti?-
-No, estaré bien.-
-De acuerdo.- se acercó y se acostó junto a mí. Dejó la vista en el techo mientras yo la miraba confundida.
-¿Qué crees que haces?-
-Nada.- comentó elevando los hombros. -¿Y tú?- esa sonrisa burlona empezaba a agradarme.
-Estas en mi cama.- comenté como si no fuera obvio. -¿Acaso no tienes clases?-
-Ally me cubrirá.-
-¿Te quedarás aquí?-
-Si no tienes problema con ello…- me miró unos segundos antes de volver la mirada al techo.
Vi su perfil. Sus cejas pobladas y muy bien cuidadas, sus pestañas risadas, su nariz perfecta con un pequeño piercing. Sus labios rosados y suaves…
La vi sonreír.
-Espero que no estés escuchando mis pensamientos.- dije fingiendo enojo.
-Créeme, lo intento.- me miró sin borrar la sonrisa de su rostro.- pero me gusta cómo funciona tu mente. -entrecerré los ojos aceptando su respuesta como una confirmación. -y más si piensas en mí.-
Finalmente sonreí.
-No pensaba en ti.-
-Seguro.-
-De acuerdo, haremos algo.- me senté para poder tener su atención.- dejaré que escuches mis pensamientos, siempre y cuando no sean sobre ti.-
-¿Piensas mucho en mí?-
-Seguro.- comenté en el mismo tono burlón que ella.
-Pero me gusta entender como me ves…- hizo un puchero como una niña pequeña. Sonreí.
-No tienes permiso.-
-Bien.- murmuró girando los ojos. -Ahora que tenemos una mañana libre, ¿quieres practicar tus poderes?-
-No. Quiero quedarme aquí sin hacer nada.-
-Vamos, no será difícil.- se sentó frente a mi.- Juega con mi mente.-
-Eso no está bien.-
-No es momento para sacar a tu ángel interno.- entrecerré los ojos.- Tienes mi permiso para hacerlo.-
-Pero no sé cómo.- dije dudosa.
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Siempre tu
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si te enamoras una y otra vez de la misma persona? ¿Una y otra vez en... cada vida? Creo firmemente que algunas personas están destinadas a conocerse, a encontrarse a pesar de las circunstancias, algo así como el mito del Hilo Rojo pero...