Tomé asiento en la cama, mirando como Dinah empezó a desempacar y acomodar todo cuanto trajo en esa enorme maleta.
Si mi protegido estuviera aquí, en su maleta habría una mudada de ropa, algo de ropa interior, unos calcetines y sus zapatillas favoritas. Hubiera vivido con eso, a pesar de las probabilidades.
-Bueno, ángel...- dijo tomando mi atención y causando que una enorme sonrisa aparezca en mi rostro.- ¿En dónde está tu ropa?-
Miré mis manos y lo único que tenía, era un simple cuaderno.
-Yo... no lo sé.- respondí sincera.- Serafín me envió a la tierra con esto solamente.- le mostré mi cuaderno.
-Serafín es...-
-Un ángel que está sentado junto al trono del Creador.-
-¿Te puedo hacer una pregunta?- dijo con cuidado y yo asentí. -¿Acaso te drogas? Porque si es así déjame decirte que esa mierda te está jodiendo el cerebro.-
-Pero yo...- quise protestar pero un suave golpe en la puerta nos interrumpió. Dinah fue a abrir.
-Hola.- saludó a una chica del otro lado.
-Hola.- Parecía agradable.- mi nombre es Ally y viviré en la habitación de enfrente.
-Mi nombre es Dinah y ella es...- quise responder pero mi compañera de cuarto se adelantó.- Camila.-
-Un gusto conocerlas, quería saber si...-
Ellas empezaron a hablar y yo las interrumpí.
-¿Puedo ir al baño?- Ambas chicas me miraron.
-¿Me lo estás preguntando?- dijo Dinah confundida.
-No lo sé, ¿tengo que hacerlo?- comprendía la interacción entre chicos pero quizá con chicas existían reglas diferentes.
-No, claro que no tienes que preguntármelo.-
-Al final del pasillo.- murmuró la pequeña. Asentí antes de salir de la habitación.
-¿Ella está bien?- escuché preguntar.
-Sí, solo es rara.- quise volver y decirle que no era rara, que era un ángel pero lo dejé pasar.
Ingresé encontrando a dos chicas en el lugar, por lo que busqué un baño libre y cerré la puerta tras de mí.
Necesitaba hablar con Serafín.
Tomé entre mis manos el dije que colgaba de mi cuello y pensé en él.
Fue cuestión de un parpadeo para tener al ángel con 3 pares de alas frente a mí.
-Hola.- dijo arrinconado en la pared frente a mí. El espacio era pequeño.- ha pasado solo dos horas y ya necesitas mi ayuda.- sonrió triunfante.
-Recuerda que la soberbia es un pecado.- murmuré causando que borre su sonrisa. -Serafín...- volví a lo importante.- ¿Soy monja?- el ángel abrió los ojos confundidos.
-¿Por qué crees que...-
-Dinah me lo preguntó.- corté su pregunta.- Ella cree que mi vestimenta es el de una... monja.-
Serafín sonrió.
-No lo eres, solo creo que mi sentido de la moda está muy deteriorado.- terminó levantando ligeramente los hombros.
-¿Por qué Dinah no me cree?- en cuestión de segundos su cara volvió a la confusión.-Piensa que estoy delirando cuando le digo que soy un ángel guardián.-
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Siempre tu
Fanfiction¿Qué pasaría si te enamoras una y otra vez de la misma persona? ¿Una y otra vez en... cada vida? Creo firmemente que algunas personas están destinadas a conocerse, a encontrarse a pesar de las circunstancias, algo así como el mito del Hilo Rojo pero...