Capitulo 5

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Tomé asiento en la cama, mirando como Dinah empezó a desempacar y acomodar todo cuanto trajo en esa enorme maleta.

Si mi protegido estuviera aquí, en su maleta habría una mudada de ropa, algo de ropa interior, unos calcetines y sus zapatillas favoritas. Hubiera vivido con eso, a pesar de las probabilidades.

-Bueno, ángel...- dijo tomando mi atención y causando que una enorme sonrisa aparezca en mi rostro.- ¿En dónde está tu ropa?-

Miré mis manos y lo único que tenía, era un simple cuaderno.

-Yo... no lo sé.- respondí sincera.- Serafín me envió a la tierra con esto solamente.- le mostré mi cuaderno.

-Serafín es...-

-Un ángel que está sentado junto al trono del Creador.-

-¿Te puedo hacer una pregunta?- dijo con cuidado y yo asentí. -¿Acaso te drogas? Porque si es así déjame decirte que esa mierda te está jodiendo el cerebro.-

-Pero yo...- quise protestar pero un suave golpe en la puerta nos interrumpió. Dinah fue a abrir.

-Hola.- saludó a una chica del otro lado.

-Hola.- Parecía agradable.- mi nombre es Ally y viviré en la habitación de enfrente.

-Mi nombre es Dinah y ella es...- quise responder pero mi compañera de cuarto se adelantó.- Camila.-

-Un gusto conocerlas, quería saber si...-

Ellas empezaron a hablar y yo las interrumpí.

-¿Puedo ir al baño?- Ambas chicas me miraron.

-¿Me lo estás preguntando?- dijo Dinah confundida.

-No lo sé, ¿tengo que hacerlo?- comprendía la interacción entre chicos pero quizá con chicas existían reglas diferentes.

-No, claro que no tienes que preguntármelo.-

-Al final del pasillo.- murmuró la pequeña. Asentí antes de salir de la habitación.

-¿Ella está bien?- escuché preguntar.

-Sí, solo es rara.- quise volver y decirle que no era rara, que era un ángel pero lo dejé pasar.

Ingresé encontrando a dos chicas en el lugar, por lo que busqué un baño libre y cerré la puerta tras de mí.

Necesitaba hablar con Serafín.

Tomé entre mis manos el dije que colgaba de mi cuello y pensé en él.

Fue cuestión de un parpadeo para tener al ángel con 3 pares de alas frente a mí.

-Hola.- dijo arrinconado en la pared frente a mí. El espacio era pequeño.- ha pasado solo dos horas y ya necesitas mi ayuda.- sonrió triunfante.

-Recuerda que la soberbia es un pecado.- murmuré causando que borre su sonrisa. -Serafín...- volví a lo importante.- ¿Soy monja?- el ángel abrió los ojos confundidos.

-¿Por qué crees que...-

-Dinah me lo preguntó.- corté su pregunta.- Ella cree que mi vestimenta es el de una... monja.-

Serafín sonrió.

-No lo eres, solo creo que mi sentido de la moda está muy deteriorado.- terminó levantando ligeramente los hombros.

-¿Por qué Dinah no me cree?- en cuestión de segundos su cara volvió a la confusión.-Piensa que estoy delirando cuando le digo que soy un ángel guardián.-

Siempre tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora