-Permanecí en ese lugar por lo que parecieron horas. Cuando me calmé, pude notar que estábamos en una especie de templo. No entraba luz del día, aun cuando estaba segura de que fuera ya había amanecido. El lugar era grande, demasiado grande. En el centro, justo donde Lauren se encontraba había un círculo pintado de rojo que la envolvía. En la parte de adelante había algo parecido a un altar. En los extremos estábamos Dinah y yo en las respectivas celdas y en los alrededores de la habitación habían estatuas de ángeles sin alas. En sus rostros se mostraba el dolor y en su espalda la cicatriz de lo que alguna vez fueron sus alas. Todas eran dolorosas. Junto a las grandes figuras, había un ángel caído y otros cuantos en la parte de arriba, en el segundo piso, mirándonos desde los balcones. La mayoría hombres jóvenes. Nos miraban como si fuéramos un objeto de exhibición. Como si fuéramos alienígenas.
"Lauren"- hablé por décimo quinta vez pero ella seguía sin despertar. "Lauren, por favor..."
-Está despertando.- dijo Dinah tomando mi atención. Vi que Ally se movió con dificultad y me alegré tanto de saber que ella estaba bien. –Ally, ¿estás bien? ¿Qué te hicieron?-
-Ellos...- casi no la escuchaba. Dinah se puso detrás de ella para poner la cabeza de la pequeña en sus piernas.- ellos entraron en la habitación y me trajeron. Intenté explicarles que Lauren no estaba conmigo pero pensaron que mentía y alguno de ellos me pegó en la cabeza.-
-¿En dónde estaba Lauren?-
-Ella dijo que saldría.- continuó hablando Ally.- dijo que iría por cosas que necesitaba comprar y que revisaría el auto para el viaje. Dijo que iría con Mani.-
Volví la mirada a Normani, que nos miraba atentas. Escuchaba la conversación y nunca dejó de mirarme.
"Lauren nunca debió confiar en ti"- dije en su cabeza. No quería que Ally supiera lo que Normani había hecho. Ella aun no la había visto.
"Ella nunca debió arriesgar su vida por ti" dijo completamente convencida.
"Eres una jodida traidora"
"Solo hice lo que ella no pudo" volvió a sonreír mientras elevaba un hombro restándole importancia "ahora cállate y cierra la puerta"
¿Qué? ¿Cerrar la puerta? Estaba en una maldita celda como un animal, que puerta podría cerrar.
Quitó su mirada de mí y tomo posición como un soldado. Todos en la habitación lo hicieron mientras aguardaban en silencio. Un silencio tan sepulcral que las suelas de unos zapatos llamaron mi atención. Miré hacia la entrada para encontrarme con un grupo de ancianos envueltos en negros y largos atuendos que se acercaron al centro del lugar, frente a Lauren. Maldición, ¿no podían ser menos aterradores? Las capuchas tapaban sus cabezas pero no sus rostros. Parecían ancianos completamente en decadencia pero el respeto que imponían se sentía en el ambiente. Caminaron hasta situarse alrededor del círculo. Todos mirando hacia Lauren. Esto no estaba bien. Lauren tenía que despertar.
"Por favor, despierta" volví a hablar en su cabeza y en cuestión de segundos la mirada de todos los ancianos estaba sobre mí.
-¿Despertar? – me preguntó uno de ellos. –Será mejor que no lo haga, pequeña. Ella no lo soportará.-
-¿Soportar qué?-
-Su destierro.- dijo antes de que todos volvieran la mirada a la chica en el centro.
No, no, no. Ellos no podían desterrarla. Una vez en el infierno, la perdería para siempre.
-Ella escribió su destino cuando decidió ayudarte.- volvió a decir otro anciano solo que esta vez evitaron mirarme.

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Siempre tu
Fanfic¿Qué pasaría si te enamoras una y otra vez de la misma persona? ¿Una y otra vez en... cada vida? Creo firmemente que algunas personas están destinadas a conocerse, a encontrarse a pesar de las circunstancias, algo así como el mito del Hilo Rojo pero...