Capítulo 18

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-¿A quién buscas?- preguntó Dinah sentándose frente a mí en el comedor. Dejó su bandeja de comida sobre la mesa. Ally se sentó a mi lado.

-A Lauren…- susurré insegura. No la había visto en dos semanas, incluso dejé de verla en la cafetería y a mitad de la noche. Había perdido todo rastro de ella.

-Te lo dije, es rara. ¿Has visto el clima?-

-¿Que tiene que ver eso con Lauren?- pregunté confundida.

-Tenemos un increíble sol en las tardes. ¿Eso no te da una pista?-

-¿Insinúas que a Lauren no le gusta el sol?- fue lo más obvio que encontré. Ally sonrió divertida.

-Dinah insinúa que Lauren es un vampiro.- comentó la pequeña.- Por eso hace referencia al clima-

Creo que Dinah ya trató de convencer a Ally de su loca teoría.

-Los vampiros no existen.-

-Tampoco los ángeles en la tierra.-

-Dinah tiene un punto.- acotó Ally.- pero lamento decepcionarte DJ, Lauren no ha desaparecido. Estuvo fuera el fin de semana por problemas familiares pero ha asistido a clases con normalidad.-

-Pero no la he visto en dos semanas.- comente desesperada.

-Quizá no has tenido suerte en encontrarla, es todo.-

-¿Por qué el interés, Mila?- preguntó Dinah mirándome fijamente. Me sentí nerviosa.

-Mmm… -mentir no estaba en mis habilidades. -Yo solo… quería hablar con ella.-

-¿De qué?-

-No puedo decirlo.- estaba segura de que no era el momento de hacerlo. No hasta que descubra lo que sucede. -se los diré luego.-

-¿Estas segura? – preguntó Dinah. -No confío en ella.-

-Pero yo si.- intervino Ally.- Lauren no es mala, deberías conocerla.-

-Vaya manera de cambiar de idea respecto a Lauren.- murmuró Dinah pero no dejó que Ally respondiera para seguir hablando. –Intentaré conocerla, cuando deje de ocultarse.- seguía burlándose. 

-Ella no está ocultándose, DJ.-

-Díselo al sol y su piel brillante.- sonreí. Dinah tenía imaginación.

Jueves y mis clases de Epistemología empezaron a darme problemas y no por el conocimiento sino por las exigencias de mi profesor. ¿Acaso disfrutaba de torturarnos?

-Hey, Mila.- llamaron mi atención haciéndome girar. Era Harry caminando hacia mí pero no venía solo. Dos chicos venían con él.

-Hola.- salude nerviosa bajo la mirada atenta de uno de sus amigos. Sentía que mis mejillas se sonrojaban.

-Detente, la intimidas.- pidió el otro chico que no conocía. No funcionó porque ahora me sonreía con arrogancia.

-¿Te sonrojas por mí?-

-No.- negué de inmediato evitando su mirada.

-Déjala, Noah.- intervino Harry.

-¡Que va! Que una chica se sonroje es digno de admirar. Hola, soy Noah Centineo.-

-Camila- respondí con simpleza.

Sonrió complacido. Supongo que mi nombre le gustó.

Mi nombre era genial. Tenía que admitirlo.

-Lindo nombre.- ¡lo sabía!

-Gracias.- dije con una sonrisa. El no dejó de mirarme y empecé a sentirme incomoda cuando nos quedamos en silencio. -Debo ir a la biblioteca, nos vemos luego.- intenté despedirme pero detuvo mi caminar.

-Espera, no te vayas.- lo miré confundida. -yo… - de repente parecía avergonzado.- Fue un gusto conocerte.-

Sonreí y evité que el sonrojo vuelva a aparecer.

-Igualmente.- dije algo dudosa. -Que tengas un lindo día.- hice otro intento por irme pero Harry tomo mi brazo.

-Espera voy contigo.- se despidió de Noah que seguía con su mirada fija en mí y luego lo hizo con el otro chico, solo que a este le dio un beso en la boca.

-Pasaré por tu habitación cuando termine.- le susurró antes de volver hacia mí.

-¿Tu acabas de… besarlo?- simplemente pregunté.

-¿Eso te molestó?- preguntó cauteloso.- Lo siento, no sabía que tenías problemas con eso…-

-No, no.- lo detuve de inmediato.- es solo que… me resulta nuevo.-

Harry me miró extrañado.

-¿Nuevo?- se burló mientras llegábamos a la biblioteca.

Gran parte del tiempo, Harry se dedicó a explicarme como podía existir el amor en parejas del mismo sexo y lo normal que era eso es este lugar y en esta época. Era tierno al hablar de lo que sentía por… Louis, casi olvido su nombre. Sus ojos brillaban y creo que los adjetivos para describirlo eran insuficientes.

Había conocido algo nuevo sobre el amor y se lo debía al chico de ojos verdes sentado frente a mí.

No conocía las preferencias de Harry pero agradecía su sinceridad y la confianza que tuvo al decírmelo.

Estaba tan entretenida en la conversación que olvide por completo el motivo de estar en la biblioteca, por suerte la gente era escasa y no interrumpíamos a nadie con nuestra plática.

-Oye, tengo que preguntarlo…- Harry sonreía divertido, mientras miraba su teléfono.- Noah quiere una cita contigo.- dijo mostrándome el mensaje que su amigo le había enviado.

-¿Conmigo?- pregunté confundida.

-¿Qué dices? ¿Te animas?- preguntó Harry tomando su teléfono para enviar una respuesta.

Dile que no.”

Su voz.

Su voz me sacó de la entretenida conversación que tenía y me obligó a buscarla por el lugar.

Lauren estaba al otro extremo de la habitación y sostenía un libro que aparentaba leer. Su mirada estaba en mí.

Deja de meterte en mi cabeza”

No estaba segura de cómo funcionaba esto pero si ella escuchaba mis conversaciones e incluso mis pensamientos, ella escucharía esto.

“¿En realidad quieres salir con él? No lo conoces”

“No es tu problema” vi como ella frunció el ceño.

“Intento ayudarte”

“Y yo intento dejarte en paz”- le recordé lo que ella me pidió.- “Deja de meterte en mi cabeza”-

Volví la mirada a Harry que contestaba un texto con una tierna sonrisa. Estaba segura de que era para Louis.

-Dile que si.- Harry me miró confundido. -Me gustaría salir con Noah.-

No terminé de decir aquellas palabras cuando vi como Lauren se levantaba molesta, tomaba sus cosas y salía enojada de la biblioteca.

Lo ignoré.

Dejé de lado su intromisión a mis pensamientos y me concentré en lo importante.

Epistemología.

Iba a perder la cabeza por eso.

Lauren era un misterio importarte que tenía que averiguar pero justo ahora, tenía una prioridad más importante que ella.

Al llegar la noche, dejamos la biblioteca para volver a los dormitorios. No estaba segura de donde estaba la residencia de Louis pero era claro que quedaba al lado contrario de la mía.

Me despedí del chico de ojos verdes con un pequeño abrazo antes de caminar de regreso a mi habitación. No tenía ganas de comer frutas por lo que decidí saltar la hora de la merienda.

Al llegar a la residencia vi a Lauren sentada en las gradas de la entrada, decidí ignorarla.

-¿Saldrás con él?-

-No es tu problema.-

-No lo hagas.- fue casi una súplica. Giré para mirarla, lucia triste. 

-Eres la última persona capaz de pedirme algo.- le había rogado que me dijera lo que había pasado días antes y lo único que hizo fue desaparecer dos semanas. ¡¡Dos semanas!!

-Lo siento.- murmuró agachando la mirada.

-También yo.- lo dije en un susurro antes de seguir mi camino.

Sentí un pequeño dolor en el pecho al dejarla ahí pero lo ignoré al igual que lo hice con su causante.

Siempre tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora