Capitulo 45

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"Camz, escúchame"- volvió a pedir en mi cabeza pero intente bloquear su voz, aunque sin éxito.- "Camz..."-

No quería mirarla.

La situación me sobrepasaba.

Escuché la conversación que el hombre de la capa tenía con los ancianos.

-¿Qué vamos a hacer ahora?-

-Tenemos que cruzar.- dijo una de ellos.

-Sería un acto suicida.-

-Bueno, ellos no vendrán.

-Ir no es una opción.- dijo el hombre seguro.- tendrían ventaja sobre nosotros en su reino.-

-Quizá lo mejor es posponerlo.- dijo otro de los ancianos tomando la atención.- buscaremos otra manera de hacer que ellos crucen y entonces lo intentaremos de nuevo.-

El hombre de la capa paso las manos sobre su cabello con evidente frustración.

-¿Sabes cuantos eones hemos esperado por este momento? La profecía dice: "Un único ángel bajará a la tierra". ¿Cómo me pides que simplemente lo deje?-

-Tienes razón.- dijo el anciano acercándose al hombre.- Hemos esperado eones para esto. Y lo arruinaste.-

De repente todas las miradas del templo estaban sobre él.

-Nos prometiste la libertad y no lo conseguiste.- dijo otro de los ancianos.- Ya sabes lo que sucede con los charlatanes.-

Vi que el grupo de hombres que vigilaban el portal se acercaron hacia el hombre.

-No, no, no.- dijo resistiéndose a que lo toquen.- Después de todo lo que he hecho por ustedes, ¡¿así me lo agradecen?!- nadie pareció escucharlo. Lo tomaron de los brazos y lo arrastraron fuera del templo.

No tenía ni idea de lo que harían con él, pero estaba segura de que el pánico en su voz y su mirada no pronosticaba nada bueno.

-¡Cierren el portal!- ordenó uno de los ancianos, comprendiendo que esta no sería su oportunidad.

Miré como el anciano a cargo del libro, volvía a salir de la oscuridad del templo para cerrar el portal. Después de eso, todo pasó en cámara lenta.

Un grito en medio del templo tomó nuestra atención.

Volví la mirada para notar que era la chica que no dejaba de mirarme mientras encendía las velas.

-¡AHORA!- Gritó con todas sus fuerzas mientras empuñaba su espada en defensa.

Y fue cuestión de un parpadeo para que varias docenas de ángeles cruzaran el portal e invadieran el templo.

Nadie estaba listo para esto. Los hombres que cuidaban el portal ya no estaban y los que miraban y tenían sus espadas habían bajado la guardia.

Todo ocurrió en cámara lenta para mí, aunque en realidad todo fue cuestión de un parpadeo.

Todo fue tan rápido que solo sentí el filo de una hoja en mi cuello. Era uno de los ancianos empuñando una espada en mi garganta.

-Bienvenidos a la fiesta, viejos amigos.- habló sujetándome con fuerza a su pecho.- Los esperábamos.-

Los ángeles cubrieron el templo y se colocaron en el centro, cubriendo a cada ángel caído y Nefilim e incluso doblándolos en cantidad.

De entre ellos salieron Serafín junto al Arcángel San Miguel, jefe del ejército celestial.

-Lamento la tardanza.- dijo Serafín descendiendo 2 de sus 3 pares de alas. La belleza de sus alas era simplemente abrumadora. –Espero no haberlos hecho esperar.- dijo con una pequeña sonrisa al final.

Siempre tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora