Parte sin título 21

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-No otra vez...- susurró más para ella que para mí.

-Lauren... ¿Qué significa esto?- ella me miró preocupada.

-Lo siento, Camila.- dijo antes de nadar hacia mi. Antes de que llegue al borde de la piscina ella me sacó de sus recuerdos. O eso es lo que intentaba hacerme creer.

Volví a las escaleras y ella seguía frente a mí, con su mano aun sujetando mi brazo. Me solté.

-¿Qué eres, Lauren?- pregunté molesta.

-¿Disculpa?-

-Es claro que no eres humana pero eso no te da derecho a jugar con mi cabeza.-

-¿Jugar?-

-Tus recuerdos nunca sucedieron. Nunca estuve en aquella piscina.- dije segura. -Quizá solo intentas jugar con mi cabeza pero no comprendo porqué.-

-¿Qué podría querer de ti?-

La idea de que ella supiera mi secreto me hizo temblar.

-Yo...-

-No necesito nada de ti, ángel.- habló molesta mientras se paraba y se decidía a marcharse. La detuve.

-¿Qué dijiste?-

-Lo obvio.- Sus ojos echaban chispas.

-¿Quién eres?- solo necesitaba entenderlo.

-Es mejor si sigues pensando que solo intento jugar contigo.-

-Creer que tú y yo salíamos no resulta mejor.- me refería a sus recuerdos. La vi y su mirada se tornó triste como si mis palabras hubieran golpeado algún lugar sensible de ella. Como si lo tuviera.

-Entendí el punto.- terminó antes de subir el resto de escaleras y perderse en su habitación.

Suspiré cansada.

Volví a la habitación para empezar el interrogatorio de Dinah. Intenté concentrarme pero la chica de ojos verdes tomaba toda mi atención.

Los días siguientes tuve a Noah en la puerta de mi facultad para invitarme a desayunar. Por más que intentaba negarme, él era muy insistente y debo admitir que me la pasaba genial.

Lauren se mantuvo al margen de sus inapropiados comentarios en mi cabeza.

Aún era un misterio para mí pero ya no estaba segura de poder descubrirlo.

Apenas era lunes por la mañana cuando supe que esta no sería mi semana.

-Hey, chicas.- saludó Ally con una sonrisa. -¿Puede Lauren acompañarnos a desayunar?- vi detrás de la pequeña a la chica de ojos verdes. Genial. Bufé con cansancio y creo que ella lo notó porque frunció las cejas de inmediato.

-Solo si promete no saltarnos al cuello.-

-¿Disculpa?- preguntó la chica dejando su bandeja de comida en la mesa.

-Dinah piensa que eres un vampiro.- aclaró Ally girando los ojos. Lauren sonrió.

-¿Es tu manera de decirme que necesito un bronceado?- Dinah levantó los hombros y todas sonreímos. -Lo siento pero creo que me confundes. No creo ser un vampiro, lo sabría de ser así.-

-Nunca está de más estar prevenida.- hizo una pequeña señal de cruz con sus dedos y todas estallaron en risas. Incluso Lauren.

Vampiro, descartado.

-Y dicen que las chicas de Artes no tienen sentido del humor.- comentó Lauren.

-No soy así, créeme.-refutó Dinah.- y hablando de amargadas, ¿Dónde está Normani?-

-Mani tuvo asuntos familiares que resolver. Volverá en unos días.

-¿Así que Ally hace caridad contigo?- no entendí porque dije eso. No pretendía ser grosera.

-Mila.-

-Está bien.- interrumpió Lauren. -Fui yo la que le pidió a Ally unirse con ustedes. Tenía ganas de conocer a las amigas de mi compañera de cuarto.-

-Que decir, Ally te quiere mucho.-

-No tanto como a ustedes. He escuchado mucho de cada una.-

-Basta ya.- pidió Ally sonrojada. -Esto está siendo vergonzoso.-

-Lo creo, volveré a mi facultad.- dije levantándome y recogiendo mi bolso.

-¿Puedo acompañarte?- preguntó Lauren.

-¿Qué?-

-Pero no has terminado de comer.- Comentó Ally. En realidad ni siquiera probó su comida.

-Lo siento, debo volver a la facultad.- se disculpó.

-Yo...-

-Te veo luego, Ally y gracias por la compañía, chicas.-

Tomé mi bolso y salí del lugar sin esperarla. No fue suficiente mi rápido caminar porque ella llegó junto a mí.

-¿Tienes prisa?-

-Mucha.-

-Eres mala mintiendo. ¿Nadie te dijo que la mentira es un pecado? Tu más que nadie debería saberlo. – me detuve.

-¿Qué sabes de mí?-

-Creí que tenías prisa.- respondió antes de seguir caminando.

No iba a seguir soportando esto.

La tomé del brazo deseando que otro de sus absurdos recuerdos no nos envolviera. Tiré de ella hacia el campo de futbol.

-¡Vas a decirme lo que eres, y lo harás ahora!-

"¿Y que si no lo hago?" habló en mi cabeza con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro.

-¡Deja de hacer eso!-

"Es divertido. ¿Por qué no lo haces?"

-No está bien meterse en la cabeza de otra persona.-

"Lo dice un ángel guardián"

-¿Cómo sabes que soy un ángel?

"Intuición"

-Eso es una...

-¿Mierda?- finalmente habló. -Dilo, maldecir no te enviará al infierno.-

Intenté calmarme.

-Si no planeas decirme la verdad, lo mejor será que te mantengas alejada de mí.-

-Lo intenté.-

-Si sales con cosas como "me resulta imposible alejarme" o "hay algo en ti..." déjame decirte que llegas tarde. Ya vi esa película y aclaramos que no eres un vampiro.- Lauren rio.

-Llevas tiempo con Dinah.- murmuró divertida. -Tengo mis motivos para no alejarme.- bufé de cansancio. -De acuerdo, no hay mucho que pueda decirte solo intento cuidarte y mantenerme cerca es la única manera de hacerlo.-

-¿Cuidarme? ¿De qué?

-Eres un ángel. ¿Crees que eso no es motivo suficiente?-

-Nadie lo sabe a excepción de ti.-

-No estás en el cielo, cariño.- dijo mirándome con seriedad. -Las personas no son buenas en la tierra.-

Ella tenía razón. No podía fiarme de cualquiera y menos si tenía un secreto tan grande en mis manos.

-Agradezco la ayuda pero no la quiero.- dije firme antes de empezar a caminar.

-No estoy pidiendo tu permiso.- Me detuve.

-Es una decisión que espero la respetes. No tienes ninguna obligación conmigo y me sentiría mejor si solo me dejas en paz.-

-No sabes lo que...-

-Que tengas una buena tarde, Lauren.-

Me fui de ahí con destino a mi facultad.

No necesitaba su ayuda. No había un peligro inminente acechándome. De ser así, Serafín lo hubiera sabido y no estaría aquí.

Ella solo quería atención y no la iba a conseguir de mí. 

Siempre tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora