Capítulo 39

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En cuanto volví al piso, no tarde en comprobar a Lauren.

-¿Estas bien? ¿Te hicieron daño? ¿Saben que volviste?- mi atención estaba en ella pero Lauren no me miraba. Miraba tras de mi con cierta seriedad. Seguí su mirada notando como Noah esperaba por mí y yo lo había olvidado por completo.

-Debes hablar con él.- murmuró sin ganas. –esperaré en la sala de…-

-Por favor no te vayas.- suplique. No quería apartarme de ella de nuevo. –Solo… espera un poco ¿sí?-  ella asintió aunque no estaba convencida.

Camine hacia Noah notando de inmediato su mirada triste.

-Entonces es verdad.- permanecí en silencio sin ánimo de contradecirlo.- No era el único tras de ti.-

-Lamento mucho no poder corresponderte, Noah.- me acerque y deposité un pequeño beso en su mejilla, permaneciendo cerca de su oído para susurrar.- mereces a alguien mejor. Eres una persona increíble, mereces a alguien increíble.-

Me separé y le regale una pequeña sonrisa antes de girar y volver hacia Lauren.

Ya no tenía una mirada seria.

Caminamos de regreso a la residencia y fuimos directo a mi habitación. Dinah no estaba y supuse que seguía en la cafetería.

Lauren tomó una de mis almohadas y la apoyó contra la pared, recostándose de forma horizontal. Yo me senté apoyándome en el espaldar de mi cama.

-¿Cómo estás?- pregunté cuando obtuve toda su atención.

-Mejor ahora que estoy contigo.-

-¿Saben que volviste?-

-No y dudo que lo sepan.

-¿Vendrán a buscarnos?- estaba realmente preocupada por eso.

-No lo harán, Camz.- colocó un codo en la cama y dejo que su cabeza descansara en su mano para poder mirarme. Se veía tan tierna.- Hice que me perdieran el rastro.-

-Pero alguien podría…-

-Tengo gente que me debe favores, de acuerdo.- seguía tratando de calmarme.- probablemente si dan con mi última ubicación, la siguiente los llevará lejos de aquí.-

-¿Estas segura?-

-No dejaré que nada te pase, Camz.-
Sonrió. Su hermosa sonrisa opacaba lo cansada que lucía. Estaba segura de que intentaba ocultarlo pero había unas tenues marcas oscuras bajo sus ojos.

-¿Dormiste?- me miró confundida mientras elevó una ceja.- Quiero decir, ¿has descansado?

Ella negó suavemente.

-Necesitas descansar.-

-No, bebé.- dijo sentándose al borde de la cama. Olvidemos el hecho de que su manera de llamarme acababa de derretirme por dentro. Mi yo interno literalmente babeaba. -Debo mantenerme alerta. Necesito salir y hablar con…- intentó levantarse pero sujeté su muñeca.

-Quédate conmigo.- suplique.

-Camz…-

-Por favor.- Me miró y supe que lo estaba pensando.- al menos unas horas. No quiero que te vayas.-

Suspiró y asintió lentamente.

Nada me hizo más feliz que eso.

Me hice a un lado dejando un espacio para ella. Lauren tomó la almohada que había dejado contra la pared y la ubico junto a mí para acostarse a mi lado. En un momento estábamos frente a frente mirándonos sin nada más que decir, con una sincera sonrisa en el rostro. Lo siguiente que supe fue que me lancé sobre ella y la abrace.

Ella no se imaginaba las noches que había pasado deseando que estuviera aquí.

-No te dejaré de nuevo.- no importaba cuántas veces me lo repetía. Tenía miedo de que lo hiciera. Me separé ligeramente para mirar su rostro. Ella me miraba y sus intensos ojos verdes me recordaron que lo nuestro era mucho más que un sentimiento humano. Ella era el amor de mi vida… de todas y cada una de mis vidas.

La bese.

La bese lentamente, como pidiendo a Dios que el tiempo se detenga. Que se detenga al menos por unas horas. La bese pidiendo que ella se quede conmigo. Acaricie su mejilla y sentí sus manos en mi espalda acercándome a su cuerpo.

-Me volverás loca.- susurró terminando el beso y con una hermosa sonrisa.

-Loca por ti.- dije segura de lo mal que estaba por ella.

Deje un pequeño beso en sus labios antes de colocar la cabeza en su pecho. Ella me abrazó y nos quedamos así. Escuchando su suave respiración.

Ella era un ángel caído.

Un ser celestial desterrado que me brindaba tanta paz y tranquilidad entre sus brazos, que parecía un sueño más que una realidad.

No sé en qué momento cerré los ojos… Solo sentí como un recuerdo empezó a envolverme, pero a diferencia de los anteriores recuerdos, este se sentía diferente.

Siempre tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora