Miles y miles de sensaciones extrañas invadían mi estómago, tenía sentimientos encontrados pero para nada tenía ganas de vomitar si estaba ahí, justo a su lado sosteniendo su mano, todo parecía ser más tenue si es que eso tiene sentido, todo parecía ser correcto y preciso.
Sentía como si probablemente estuviera en una nube, estaba justo donde quería estar, ese lugar era junto a él, recargando mi cabeza en su hombro.
—¿No piensas dormir?—preguntó, alcé mi dedo índice e hice una negativa con él.—Tienes que, la resaca siempre es cruel Madisson—sabía que tenía razón, pero pensar en dormir me aterraba y no por las razones normales a las que a una persona le aterra, me daba miedo despertar y que todo estuviera como en la fiesta, él por su lado y yo por el mío haciendo de todo mi esfuerzo para no mirarlo sostener la mano de mi mejor amiga.
—Mañana todo va a volver a ser como en la fiesta, estoy harta de sentirme estúpida cuando te veo con Lara—en verdad era tonta, mucho más de lo que yo creía que era.
Es decir, él de cualquier manera me mintió, convenció a mi mejor amiga de hacerlo también, ¿qué no era eso lo que debía preocuparme? Claro, no, para mi era más importante saber si ese mañana me iba a mirar como lo hacía ese día.
—Ve a dormir Madisson—era más una orden que otra cosa, pero yo no podía ni siquiera concentrarme en protestar.
Murmure algo que ahora ya no soy capaz de recordar, después de eso todo se vuelve borroso en mi cabeza, los detalles y demás palabras dichas al aire ya no están en mi mente.
(...)
Iba a vomitar, sabía que podría vomitar en cualquier segundo y no iba a juzgarme duramente por eso.
La cabeza me dolía, demasiado.
Mi garganta estaba seca, los párpados me pesaban pero la luz que entraba y me daba en la cara era motivo suficiente para querer levantarme a cerrar cualquier fuente de no-oscuridad ahí.
Calculé mal el espacio en la cama, ya que, moviéndome a la izquiera mi cuerpo choco contra algo duro pero no tanto como para hacerme daño, abrí los ojos y la imagen me dejo estática por unos instantes, su semblante estaba en blanco, sus labios estaban mullidos y tenían un ligero corte estaban rojos, estaba tan tranquilo que me odié unos segundos por no tener mi cámara para atrapar este momento para siempre.
Cuando la realidad me golpeó como a quien golpea un niño jugando fútbol con su balón, traté de separme de él, poner cuanta distancia me fuera posible, no calculé bien mis giros hasta que mi pequeño cuerpo impactó con el frío del piso.
Solté una maldición en voz apenas audible, traté de incorporarme y cuando lo hice sus ojos celestes estaban sobre mi, me miraba con curiosidad, diversión y otra cosa que me costaba trabajo adivinar.
—¿Estás bien?—pregunto no pudiendo ocultar la sonrisa de su estúpido rostro.
—No quería despertarte—desvíe la mirada ya que sentía mi rostro arder de la pena, observe mis zapatos y mi vestido, la alarma se encendió en mi cabeza, mire mi cuerpo para así notar que traía una de sus playeras, también noté que gracias al cielo, seguía teniendo mi ropa interior.
—Te vomitaste el vestido—explicó supongo que al ver mi genuina expresión de horror.
No dije nada, tome mis zapatos junti con mi vestido para precipitarme a la puerta.
—Te devulevo la camisa en un rato—ni siquiera estoy segura ahora de si me logró escuchar o no.
—Madisson...—me giré y ahí estaba, a unos escasos metros de mi.
—No sé que paso pero no te preocupes ya que tampoco quiero saberlo, gracias o lo que sea que tenga que decir para no sentirme tan incómoda con esta situación—no podía mirarlo a lo ojos, Dios, juro que era tanta la vergüenza que sentía mis ojos arder por las lágrimas.
Levanto mi barbilla haciendo que le mirará.
—Cielo, no llores—me aparté de él e hice un gesto desdeñoso con la mano.
—La viste—las palabras salieron de mi boca apenas pudiendo ser procesadas por mi cabeza, en el momento en que me abandonaron me arrepentí como no tengan una jodida idea.
Jamás, desde que había crecido para convertirme en una mujer o algo parecido, jamás, me había importado que una persona mirara la cicatriz de mi pecho cuando tuviéramos intimidad, a ellos no les interesaba mientras tuvieran lo que yo también quería.
No fue hasta que la realidad me calló como un balde de agua helada que sentí incomodidad, que me sentí frágil porque había visto una de mis heridas que si, a la vista de todos estaba sanada, pero, nunca sano para mi.
—Madisson...—trato de alcanzarme y me quité para impedir su tacto, lucia confundido, herido, pero, puedo apostarles a que no lo estaba más que yo.
—Jamás voy a perdonarme lo estúpida que fui en la noche—todavía no podía sostenerle la mirada.
Sin que pudiera evitarlo tomo mi mano, quisé quitarme, quería gritar para que me soltará, sin embargo deje de luchar a los pocos segundos.
—Eres la chica más hermosa que he visto en mi asquerosa vida Madisson—cerré los ojos intentando mantener las lágrimas dentro.
—¿A cuantas chicas les has dicho esto mismo? No necesito tu caridad, ni las sobras de un cariño que no es para mi, no necesito tus palabras bonitas, no te necesito—tire de mi mano para conseguir mi libertad, pero no lo logré.
—¿Es tan difícil para ti creerme? ¡¿No te has visto en un puto espejo en la vida—su voz trono en el espacio haciendo que me alejara un poco—¡Mierda Madisson!—tiro de mi mano hasta que quedamos pegados, mirándonos directo a los ojos.
—Eres la mujer más bella que he visto en mi puta vida y no necesito que lo creas porque yo lo diga, quiero que lo creas porque es la puta verdad, porque eres tan hermosa que no tengo palabras para ayudarte a lo que lo comprendas, eres hermosa de maneras que ni yo entiendo—un casto beso fue depositado en mis labios.
Mi corazón latía frenético en mi pecho, mi cabeza gritaba que estaba perdida, escuchar como sentía todo a flor de piel cuando estaba cerca de él no era bueno y comenzaba a saberlo, comenzaba a creerlo pero me faltaba aceptarlo.
Me abrazó, mi cabeza estaba en su pecho y recuerdo perfecto como fue escuchar los latidos de su corazón era algo de lo más hermoso que había hecho en mi vida, era extraño sentirme así, era extraño sentirme siempre un puzzle incompleto pero entero so estaba con él.
—Necesito que me creas que tengo que alejarme de ti, no quiero elegir, porque es perderte o perderme y creo que contigo ya he perdido suficiente.
Me liberé de su agarre, no esperaba respuesta aunque no negaré que me haya encantado escuchar una, su silencio fue lo mejor que obtuve.
>>>>>>>>>>>
Buaaa, ¿cómo han estado? Espero que súper bien, ¿pueden disculpar la tardanza? Tuve algunos asuntillos pendientes la semana pasada y apenas ahora pude terminar este capítulo, ya sé que les debo el de esta semana y espero poder terminarlo antes del domingo pero no les prometo nada porque no quiero quedar mal de nuevo jaja.
Un abrazo donde quiera que estén.
-Alondra

ESTÁS LEYENDO
Prohibido
Roman d'amour"-Y aunque tal vez sea pecado yo me siento en el puto cielo." Sé, Ambos sabíamos, que dolería, aunque lo que duró fue lo que más añoraría. A veces sobran ganas, pero faltan fuerzas. Y es que... ¿Cómo ponerle un candado al corazón? -------- #46 fuerz...