Capítulo 38

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Recuerdo perfecto como los ojos me dolían, tal vez de tanto llorar.

Eran pasadas las cuatro de la madrugada y no sabía donde mierda estaba Dylan, pero tenía una idea de ello.

—¡Madisson!—una voz gritaba mi nombre, si tengo que decir la verdad no estaba interesada en averiguar de quién se trataba—.¡Madisson!—se repetía, esta vez, podía escuchar más cerca.

—Madds—fui envuelta en un abrazo, sin saber porqué, me eché a llorar en el hombro de la persona que ni siquiera sabía si conocía—Vámonos de aquí, Lara te necesita, nos necesitamos— nos habíamos separado del abrazo y negué, parpadee varias veces, descubrí que la persona frente a mi era Clay.

—Ella no quiere verme nunca más—ni siquiera recuerdo, pero para ese momento había dejado de llorar.

—De niños fuimos algo como los tres mosqueteros, ¿por qué no serlo de nuevo? Ella nos necesita a su lado, más a ti que a mi, me distancie de Lara al crecer, pero ahora estoy aquí y debe ssber que ni tú ni yo la dejaremos sola—me tendía su mano para levantarme, la tome y asentía con cada palabra que decía.

—La-Lara—tartamudeaba al hablar.

—Mi coche está afuera, vámonos—me aferre a su mano y deje que me guiará.

Abrió la puerta de su auto para mi, al entrar el vacío se sentía menos. El chico que estaba a mi lado tomo mi mano y depósito un beso en el dorso, me sonreía mientras intentaba que de alguna manera me sintiera mejor aunque no comprendiera el porqué estaba en ese estado.

Casi una hora de camino que pareció ser solo unos escasos minutos, al salor del vehículo las piernas me flaqueaban, ¿con qué cara podría entrar a intentar darle ánimo a mi mejor amiga? A esa  misma persona que acababa de decepcionar de la peor forma.

—¿Vamos?—aún no logró entender de dónde salió esa falta de vergüenza para poder asentir, o, si solo tenía una pequeña y ridícula esperanza de que Lara fuera a quererme de vuelta.


Al entrar las manos no dejaban de temblarme, nunca me había sentido tan nerviosa, ni siquiera cuando participaba en los concursos de fotografía; Clay me decía palabras tranquilizadoras mientras sostenía mi mano, ¿recuerdo que era con claridad? Mentiría si dijera que si, es más, miento diciendo que no lo recuerdo porque en un inicio ni siquiera me tome la molestia de escucuarlo.

Caminamos por el pasillo después de haber subido por el ascensor, en una gran sala de espera pude ver la cabellera de color oro, idéntica a la de su hija pero de un largo menor. Lo peor parte fue ver que no estaba sola, sino que su compañía era esa mujer que aún es una situación así no dejaba de mirar el espejo de su maquillaje, así es, hablo de mi mamá.

—Madisson—la señora Isabelle me abrazaba, respondí el gesto y después de separarnos me sonrió—Lara no me dijo que había podido contactarte, llego con Dylan desde anoche pero ninguno a dicho nada desde entonces —fue mi turno de asentir—Pero pasen, deben estar por aquí —decía mirándonos  al chico que venía conmigo y a mi.

Agradecí su amabilidad y para mis adentros también que mamá no me haya dirigido la palabra.

Cuando entré lo primero que mis ojos vieron fueron a ellos, vaya, no era muy difícil hacerlo si eran lo únicos en el lugar abrazados como si el mundo tal vez se acabará, ahora entiendo que eso era precisamente lo que ocurría o por lo menos así era para Lara.


—Lara...—mi voz salió débil, con miedo quizá, parecía adormilada si es que tal cosa tiene sentido.

—Vaya, de verdad te subestime—se apartó de Dylan pero éste sujetaba aún su mano, no podía evitar dejar de ver su agarre sin sentirme enferma y no por las razones correctas—En serio no tienes vergüenza—mi boca se abrió para responder pero antes de poder hacer o decir nada el ojiazul que me acompañaba se puso enfrente.

—No tengo ni idea que ha pasado entre ustedes—Lara me miraba con desprecio, cosa que a cada minuto me dolía aún más que el anterior—Pero tampoco quiero saberlo, no aquí, no así, no ahora, el Señor Baker no merece un escándalo por una estúpida pelea entre su hija y una chica que también la considera parte de su familia—miraba a Lara—¿No crees que tu papá merece recuperarse de manera adecuada? Estaría genial que despertara ya y aún más si lo hace y no tiene que lidiar con esto—ella volvió hacia Dylan, Clay hacia mi.

—Se supone que así tenía que ser—decía ella, a este punto el valor que tenía que para estar allí se reducía a cada nada con cada segundo que transcurría—Lárgate si todavía tienes un poco de respeto.

—Estoy aquí porque ahora mismo no me interesa lo mucho que me detestas, de verdad te quiero La—su risa todavía suena en mi cabeza, ella estaba recargada en una pared blanca, con Dylan a lado pero sin dejar que la tocase—No me voy a ir porque no eres el único motivo de mi presencia aquí, tu padre siempre ha sido bueno conmigo, me a hecho sentir parte de su familia, el cariño y respeto que le tengo también es otro motivo.

La rubia se acercaba a mi, sus tacones sonaban a cada paso que daba, sus brazos estaban cruzados en su pecho, de nuevo, solo recuerdo como su mano estampó en mi mejilla.

—Ahora si recuerdas todo eso, ¿no? ¿Por qué no lo recordabas mientras te metías en ma cama de mi novio?

—A la mierda la tranquilidad, no me interesa si mis padres o los tuyos descubren que nos peleamos, imagínate solo si descubren el asqueroso motivo—me miró de arriba hacía abajo—Caíste tan bajo, juro que mirarte me provoca asco—Clay tomo a Lara de las manos, ella luchaba para deshacerse del agarre—Eres una hipócrita y pensé que en tu casa te había quedado bien claro que no necesito tu bondad falsa, menos mi padre—logro soltarse.

—Te diré lo que va a pasar ahora—su sonrisa me parecía tan falsa que me daba miedo—Vas a largarte, no quiero que me llames—di un paso en su dirección y ella retrocedió dos—No te me acerques.

—Lara, por favor, si tan solo dejarás que te explicara—volvía a alejarse, unas manos fuertes me tomaron por la cintura.

—Dylan ya lo hizo—me quedé quieta unos segundos—¿Quieres que te de otra oportunidad?—asentí a pesar del tono burlón de su voz—Dame mi puto espacio—su tono de voz era frío.

—Lárgate, no me llames ni busques, si decido... lo que sea que decida, lo sabrás, vete ahora, vete—las lágrimas quemaban en mis ojos.

—Madds, vámonos ya—fui llevada hasta fuera del hospital.



Unos minutos más tarde, caminando hasta el auto Clay se detuvo en seco.

—Necesito que me digas...—trataba de encontrar palabras—Trato de entender y te juro que no puedo si no sé porque todos se comportan como si tuvieran cinco años—me encogia de hombros dejando unas lágrimas salir de mis ojos.

—Ella tiene razón en todo Clay... —deje salir aire que contenía—Ni siquiera merezco que me perdone y no sé de donde diablos saque la dignidad para venir aquí cuando claramente no soy ni seré de nuevo bien recibida—sus manos sujetaban las mías.

—La traicione de la peor manera—no podía mirarlo a los ojos—No merezco que alguien como ella forme parte de mi vida, mamá me lo dijo alguna vez...—el recuerdo llegaba  a mi cabeza—No puedo aspirar a nada bueno porque yo no lo soy—tomo mi rostro entre sus manos.

—Ayúdame a entender...—cerré los ojos y comencé a llorar sin poder ni querer evitarlo.

—Me metí con lo ajeno Clay...—me costaba hablar— Tome algo que no era mío—abrí los ojos y solo observaba la confusión en los de Clay.

—Creí en eso de que... si no juegas con fuego, morirás de frío.

—Necesito que seas clara—otra lágrima salió de mi ojo.

—Me metí con el novio de mi mejor amiga—me encogí de hombros—Me enamoré de mi hermano Clay y no sé que hacer para remediarlo.


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Nuevo capítulo ¿qué les pareció? Me encantaría, como siempre, saberlo.

Nos leemos pronto (espero) los tkm, cada vez estamos más cerca del finaaaal.

- Alondra












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