Capítulo 2

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—. Ni aún con su actitud va a hacer que su cita con el director se posponga, solo empeora las cosas, es que ¿no lo ve Señorita Morgan?—el sermon de la maestra me lo sabía de memoria así que sólo me límitaba a asentir una y otra vez a todo lo que decía.

—. ¿Me está ignorando?—abría los ojos como platos y sonreía con inocencia totalmente fingida.

—. ¿Yo?—miraba a varias direcciones "buscando a alguien más —. Jamás lo haría Señorita Jones—seguía con mi peculiar sonrisa.

—. Es usted una descarada—el enojo que tenía sus facciones solo podía causarme risa.

—. Lamento mucho que hasta ahora se de cuenta—hacía una mueca para paso seguido levantarme de la silla.

—. ¿A dónde cree que va?—me tomó fuerte por el brazo pero había logrado liberarme de su agarre aplicando mayor fuerza.

—. No pienso perder más de mi valioso tiempo con un mujer con problemas de irá, busquese un novio, que vaya que le hace falta—la mire de arriba hacia abajo con una mueca, la mujer delante mío se encontraba estupefacta ante mis palabras.

Recuerdo como salí con aire triunfal de el aula ignorando las miradas curiosas que lanzaban en mi dirección casi todos los estudiantes, sentía que ser una irrespetuosa e imprudente era igual a ser una perra mala, y eso era lo que yo era ¿no es así? Quizá no estaba tan equivocada, solo era un "una estúpida, muy estúpida perra mala".

—. ¿Qué pasó con la vieja Jones?—preguntaba Lara en cuanto aparecí delante suyo.

—. Pensé que te habías ido—contestaba ignorando su interrogante.

—. Jamás me voy sin ti perra—le sonreí sin humor—. Contesta, ¿qué ocurrió? ¿Llamaran a tus padres?—una risa se había escapado de mi.

—. No sé que medidas tomarán aunque en realidad no me interesa, saben que si quieren llamar a mis padres la posibilidad de que ellos contesten es una en diez millones—ella asentía dandome la razón.

Si por algo brillaban mis padres era siempre por su constante ausencia, era buena, excelente demostrando que eso era algo de lo que menos me interesaba aunque era totalmente lo contrario, todos los días, desde que llegaba del jardín de niños me sentía triste por no tener a quien contarle como había sido mi día.

—. ¡Morgan! ¡Baker!—gritaban a lo lejos, ambas girabamos a ver quien era la persona que nos llamaba.

Isaac, ex novio de Lara y ex mejor amigo mío, él corría la distancia que nos separaba cuando nos ubico bien.

—. Díganme que irán a la fiesta de mañana—lo miraba divertida.

—. Estamos en un "no" por ahora, aunque...—la rubia mordía su labio y sonreía con picardía—. Dependería de las razones que nos den para asistir—solo podía reír ante sus comentarios.

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