Capítulo 33

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-¡Madds!-la voz de Hilary llegó mi oídos, sin embargo no me detuve ni un segundo, es más, acelere el paso pero ella corrió para alcanzarme.

Me tomo por la muñeca con más fuerza de la debida, me giré con brusquedad para mirarla con desesperación.

-¡Déjame en paz!-medio grite, ella me soltó pero no se movió de su puesto.

-¡Tu hermano se preocupo hasta la mierda por ti! ¡¿y dónde estabas?! ¡jugando a la secuestrada!-la risa sin humor me asaltó, ¿era en serio lo que escuchaba? Si, era totalmente en serio.

-¡¿Y a ti que putas te importa?! ¡Vete! ¡Mamaselo y quítale ese humor de perros! ¡a mi déjame en paz!-me gire de nuevo para subir las escaleras al segundo piso a una velocidad increíble.

Sabía que esa discusión no había llegado a su fin, lo sospeché cuando oí sus zapatos chocar con es los escalones.

-¡¿Por qué mierda eres tan egoísta?! ¡Lo viste! ¡Fue a buscarte a la fiesta de Mena! ¡Se agarró a golpes a un tipo que le dijo que seguro andabas de zorra! ¡Eres una mala agradecida!-no podía creer que estaba escuchando eso de parte de una de las pocas personas que de verdad quería.

-Yo no le pedí que se peleará con nadie. Donde estaba no es ni tu asunto ni de él. Tampoco es como si fuera su deber saber donde estoy cada puto segundo del día. ¿Te sorprendió que dijeran que soy una zorra? Reacciona Hilary, eso lo dicen todos tanto de ti como de mi-mi voz fue tranquila, ya no quería gritar, quería solamente que me dejará sola.

-Yo no soy como tú Madisson-una sonrisa llena de orgullo se pinto en mi rostro.

-Para tu desgracia no-entonces cerré la puerta detrás mio para así tirarme en la cama.

Estaba cansasa, los ojos comenzaban a pesarme, sin embargo quería darme una ducha y pasar las fotografías que había tomado ese día a mi computadora, me levanté, caminé hacía el baño, ahí mismo me desnude para paso seguido abrir el grifo del agua caliente, cuando el agua hizo contacto con mi piel el alivio fue inmediato, no tarde mucho en ducharme, quince minutos más tarde estaba de nuevi en mi habitación con una toalla envuelta alrededor de mi pequeño cuerpo.

Casi pegué un grito de terror puro cuando la silueta de Dylan se poso en mis campo de visión, parpadee varias veces, me frote los ojos con la mano izquierda tratando de calmarme, sin embargo, el corazón me latía a una velocidad que a decir verdad comenzaba a asustarme pero no me mentire diciendo que me encontraba en ese estado por el tremendo susto que me lleve, sabía que mis manos temblaban en el agarre de mi toalla sólo por mera cercanía.

-¿Por qué mierda pasaste?-esa era la verdadera pregunta, no un "¿cómo?" porque ese mismo"¿cómo?" suele ser aburrido, el "¿por qué?" es lo interesante.

Su mandíbula estaba apretada, no me veía, paseaba sus bonitos ojos por las cosas de mi escritorio

-Eres mi puta responsabilidad niñita, exijo que me digas donde mierda estabas-hablaba con una calma que me daba miedo.

-Bien, te deslindó de cualquier responsabilidad que sientas que tienes hacía mi, toma tu carácter lo que ses que tengas y lárgate, oír reclamos me ds sueño y tengo cosas por hacer-me di vuelta para volver al baño sólo mientras se marchaba, pero, él me siguió.

-¿Eres idiota? Oh ¡claro que que lo eres! Vete, por si no tes has dado cuenta yo no...-su mano acarició mi hombro desnudo y las palabras murieron en mi boca, un escalofrío me recorrió entera, me sentí estúpida por la manera en la que mi cuerpo estaba temblando.

Sus dedos siguieron hasta mis clavículas trazando un patrón extraño de caricias, cuando su mano se deslizó un poco más abajo, casi para rozar mis pechos, me encorve un poco, lo suficiente para querer golpearme con la pared.

Mi mano seguía apretando con fuerza la toalla alrededor de mi cuerpo, sin embargo esta disminuía a la vez que su mano tocaba más de mi.

Se acercó a mi, lo miré y noté con más atención los golpes en su rostro, lo había hecho por mi, todo fue por mi, porque se preocupo por mi, porque tal vez y sólo tal vez le importaba aunque fuera un poco. Humedecio sus labios, casi por inercia me acerque más a él, nuestra narices rozaban, nuestra respiraciones se mezclaban.

-Quieres te bese, quieres que te toque-no fue una pregunta, era la afirmación más acertada que había oído en mi vida, no hable, no me moví, sólo lo miré, esa era mi respuesta, la mejor que podía darle.

Rozó sus labios con los míos, metió su mano debajo de la toalla hasta acariciar mis muslos, me acerque buscando más de su contacto, sin embargo, de golpe, se alejó, me sentí tonta, la chiquilla más estúpida del mundo, me sentí abrumada también, vulnerable...

Quisé pasarlo de largo, no me lo permitió, me tomo de la muñeca para jalarme y hacer que chocara contra su pecho, su pupila estaba dilatada, respiraba con dificultad, quería pensar que yo era el motivo.

-No voy a besarte nunca más, menos, voy a tocarte-la decepción con una mezcla de humillación invadía mi sistema y quemaba como el fuego, traté de apartarme pero de nuevo, no me lo permitió-Jamás volveré a hacer algo que no quieras, haré contigo lo que me pidas, sólo lo que salga de tu boca-mi respiración estaba igualmente agitada, temía que la cosa que bombea sangre en mi interior saliera de mi cuerpo.

-Quisiera decirte que quiero todo lo que puedas darme Dylan-su agarre en mi muñeca sedió considerablemente-Pero ahora mismo solo quiero que te vayas, ahora -una pequeña sonrisa cargada de satisfacción pintó mi rostro, no me importo para serles sincera.

-¿Es lo qué quieres?-asentí sin dejar de sonreír.

-Esto es lo que quiero, si me disculpas, voy a trabajar y necesito ponerme ropa, Dios, ¿no habías notado lo incorrecto que es tu cercanía estando yo de esta manera?-negué varias veces-Te faltan clases de modales supongo-me encogí de hombros, caminé hacía la puerta y abrí-Gracias por la visita, no vuelvas más-tardo unos instantes en moverse.

Cuando lo hizo sonrió con socarronería, no dijo nada y eso de alguna u otra forma me hacía sentir intimidada, traté de no hacerlo notar pero hasta ahora no puedo asegurar que logré mi cometido.

Una vez fuera, pude respirar tranquila, inhale y exhalé varias veces tratando de que el ritmo de mi respiración se volviera um poco más normal, tal vez era un poco -mucho- pedir, ya que sentía como el corazón martilleaba cln fuerza en mi interior.

Me vestí lo más rápido que pude con lo primero que encontré, cepille mi cabello, me hice una cola alta en lo alto de mi cabeza, me senté frente a la computadora y empecé a mirar todas las fotografías ya descargadas en la misma, sólo daría unos retoques, recuerdo lo linda que eran al natural, lo fantástico que se miraba, el espectáculo tan lindo que era a los ojos, no podía estar más segura, quería hacer eso para el resto de mi vida.

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Tarde pero seguro, espero les haya gustado el capítulo, un abrazo grandeee.

-Alondra

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