Amor en una dirección

Como has podido parte 3

Iba en el coche de copiloto con Louis conduciendo al volante. El móvil no paraba de sonar, Harry no paraba de llamar. Mis lágrimas caían sin parar, pero apagé el móvil para no poder pensar en nada. Entonces sonó el móvil de Louis.

-¿Sí?- respondió Louis con una mano al volante y otra en la oreja- entiendo- suspiró- está bien, pero hablar con él otra vez, intentar que de más tiempo- reprochaba- vale, luego nos vemos- se rascó la cabeza mientras el de detrás de la pantalla hablaba- sí, vale Noelia, ahora después nos vemos- paró y me miró- yo también te quiero- dijo apartando la vista hacia otro lado.

-No me importa oirlo- dije mirándolo seria- no me importa nada, no quiero que me quieran- negé con la cabeza-¿Que te ha dicho Noe?

Suspiró- Harry va a volver, quiere verte, no vendrá ahora como había pensado él, pero irá al piso esta noche o mañana.

-No le abriré- miré por la ventanilla.

-Hará lo imposible posible para verte y hablar. Creeme lo que digo, lo hará- me miró.

Me sentía derrotada, no quería verlo, tampoco quería escucharlo, no quería tener ninguna noticia de él, me había destrozado. Aún no podia creer como alguien que odiaba tanto podía hacer que despreciara a alguien a quien amaba. No quería pensar en ello.

-Tu relajate, cuando llegemos a casa, comemos algo y después intentas dormir, te vendrá genial- posó su mano en mi rodilla.

-No tengo hambre- dije poniendo mi mano encima de su mano.

-Vale, pues compraremos cualquier guarrería de esas de chocolate y mierdas de esas que engordan cuando estais deprimídas pero que están para chuparse los dedos.

Saqué una sonrisa por lo que dijo, la verdad esque los comentarios que hacía Louis de vez en cuando eran inevitables a la sonrisa. Él y la sonrisa eran compatibles. Aparcó el coche frente a las puertas del supermercado, bajamos rápidamente y entramos casi corriendo para evitar las cámaras que, en breves, estarían ahí.

-¿Cesta o carro?- dijo mirándome atentamente.

-Carro.

Entramos en la sección de dulces y empecé a coger de todo tipo. Tabletas de chocolate, blanco, negro, con leche, caramelo, bollitos, helados, magdalenas, curasanes, enseimadas, galletitas. Después fuimos a la sección de bebidas para coger zumos y bebidas gaseosas.

-Bueno, creo que con esto nos pondremos suficientemente gordos¿necesitas algo para casa?- asentí y fui hacia otro pasillo.

Busqué rápidamente y cogí dos cajas de paquetes de pañuelos, los necesitaría bastante durante los próximos días. La idea de no tener a Harry cerca me desconcertaba, no dejas de querer a una persona en una noche. Tiene que pasar tiempo para tenerle más rencor, a la vez, otro sentimiento de rabia y de venganza me recorría el cuerpo y necesitaba despejarme. Necesitaba irme lejos. Pero no podía.

-Ya estoy Lou- dije metiendo las cajas en el carrito.

-Perfecto, nos vamos.

La cajera de la vez anterior nos atendió.

-Vaya, si vosotros sois los que salis en la prensa- masticaba chicle- ¿Tu novia no era una morena chico? A ver si nos aclaramos.

Louis metió la compra en las bolsas y pagó justo.

-Es castaña, Noelia es castaña y es la mejor novia del planeta- dijo mientras empezamos andar en dirección al coche.

Llegamos a casa, dejé todo sobre la cama donde dormiría o al menos, intentaría dormir y nos sentamos en el sofá. Comimos hasta saciarnos y más, los ultimos cachos de chocolate no me cabian cuanto a penas en el estómago, pero sinceramente,no me había aliviado ni un poquito.

-Ya es tarde Louis, ves a casa- dije apagando la televisión.

-¿Que? Ni hablar, me quedo contigo.

-Enserio,estoy bien, me ducharé e iré a la cama-hice una sonrisa forzada.

-¿Estas segura?

-Si, anda ves- le di un beso y, tras un abrazo, salió de casa.

Me puse el pijama y me senté a intentar ver algo en la televisión aunque no atendía ya que estaba mirando al infinito.

-Abre la puerta- Empezó a aporrear la puerta.

-Vete Harry, no quiero verte- le dije intentando calmarme a mi misma.

-¡Abrela porfavor!- gritó.

-NO-

Me puse de pie y comencé a andar hasta llegar a mi habitación, seguidamente escuché un fuerte golpe en la puerta y esta calló al suelo y dejo ver a un Harry todo mojado. Subí encima de la cama y me junté contra la pared haciendome daño con el cabecero.

-VETE HARRY- grité.

-Vengo a hablar contigo- dijo ronco.

Su voz estaba mas grave de lo normal, y ronca. Andó lentamente hasta el cuarto y se frenó donde la luz de la luna le daba justo en el rostro. Sus ojos estaban cristalizados y rojos, sin duda habia llorado.

-Dejame-sususrré.

-Paola, no me dejes-dijo lentamente- porfavor-dijo en un susurro mientras su labio inferior hacia un puchero para evitar que sus lágrimas cayeran.

-Tu solo...-dije con una lágrima en el rostro- tu solo te has buscado esto- me armé de fuerza- te dije que podías hacer de todo menos arrimarte a Stella... y ha sido lo que has hecho. Sabia que esto estaba yendo demasiado bien, tu solo has estropeado mi vida.

-Te he llamado más de cien veces- gruñó sin mirarme, iba a llorar.

-Vaya, no me digas- dije sarcastica- NO TE LO VOY A COGER MAAAAS- grité.

-Si no te voy a poder llamar toma mi maldito móvil, por que no lo quiero- me gritó lanzándomelo.

-¡NO LO QUIERO, NO QUIERO NADA TUYO!

De pronto, como si le hubieran apuñalado, cayó al suelo de rodillas sin quitar la vista de mis ojos.

-Lo se,he sido un completo gilipollas, pero tienes que perdonarme, tienes que venir a dormir conmigo, tienes que ser mia- dijo muy lento.

-Te equivocas...-respiré- yo no soy de nadie- apreté el pómulo.

-Dime... dime que no me quieres, que no quieres verme y me ire para siempre Paola, dime que no me quieres.

Pero realmente no podía decirle aquello, porque sería imposible olvidarme de él.

-Vete Harry, déjame, necesito respirar- entonces se levantó con una media sonrisa forzada, se limpió las pocas lágrimas que tenía y se acercó- no te acerques más-pero no hizo caso, se puso en frente mia y me dio un beso en la mejilla.

-Sabes que no me voy a dar por vencido, volveré, buenas noches Dormilona- con eso, cogió su chaqueta mojada y se fue.