¡NO!

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Me desperté enredada en las sábanas oscuras apoyada en en el pecho de Harry. Él me acariciaba con sus uñas suavemente mientras con sus ojos adormilados me miraba. Alcé el rostro hasta encontrarme con el suyo. Sonreí, me desperecé rápidamente y volví a la misma pose dándole un beso húmedo en su pecho descubierto.

-Buenos días Dormilona- dijo con la voz ronca.

-Buenos días Harry, tienes cara de dormido- sonreí.

-Sí, me gusta tanto mirarte dormir que me he encandilado toda la noche y no he pegado ojo.

-Venga ya Harry, sabes que no debes hacer eso- me acaricié junto a su pecho.

-Lo se, pero no puedo evitarlo- me pasó la mano por mi pelo largo- además, me acuerdo de lo de anoche y me entra calor, no puedo dormir si tengo calor.

Solté una carcajada- Harry para- le grité cuando empezó hacerme cosquillas por el cuerpo.

-Ven aquí pequeña- sonrió cogiéndome y posándome en su regazo- eres tan perfecta- suspiró mirando cada parte de mi desnudo cuerpo- que si te pasara algo jamás me lo perdonaría- retiraba ahora mi pelo de la cara.

-Vamos- dije con un hilo de voz mientras paseaba mis manos de arriba abajo en su pecho- no va pasar nada Harry- sonreí.

-Lo se, pero a veces me vienen malos pensamientos a la cabeza, no los puedo evitar, es como... Como si mis demonios me invadieran- cerró los ojos de golpe.

-Eh, eh, Harry- me acerqué y eché su pelo hacia atrás- no digas eso, yo estoy aquí- susurré dándole un beso en la mejilla.

-Lo se- dijo despacio- lo se.

(...)

Después de recoger la habitación y arreglar la nuestra con profundidad llegaron Zayn y Sara, entre risas preparamos la comida para todos, después de comer los diez en familia fuimos a ver una pelicula aprovechando, pues aquella tarde iriamos con Stella ha comprar ropita para su futuro bebé. Nos decantamos por "Cuando te encuentre" como no, una pelicula romantica para nosotras. Después de bastantes lloros, decidimos subir a las habitaciones para cambiarnos e ir al centro todos juntos. Me puse bastante sencilla, unas Huter negras, unos pantalones rosa palo, una sudadera básica blanca y una coleta alta y tensa. Cogí un bolso negro donde metí mis pertenencias y las de Harry, lo típico, los móviles, las llaves del coche y de casa, la tarjeta de credito y algo de dinero en efectivo. Harry entró en la habitación.

-¿Así voy bien?- dijo abrochándose una camisa azul.

Llevaba unos baqueros oscuros, una camisa azul abrochada hasta la mitad junto a una chaqueta de vestir y unas botas negras, una coleta haciéndole un moño y unas gafas de sol redondas.

-Vas perfecto- sonserí metiendo en el bolso mi barra de labios- para un día que no me arreglo mucho, tu te pones de punto en blanco.

Entonces se me acercó agarrando mi cintura en la postura que estaba y acercó su entrepierna a mi trasero.

-Tu siempre vas arreglada, guapa y preparada Dormilona- sonrió.

Me levanté y estampé mi espalda a su pechó, puse mis manos hacia atrás y me agarré al cinturón.

-Gracias Harry, pero tenemos que irnos, va- dije señalando la puerta.

-Va, por favor, vamos a hacerlo- se acercó a mi.

-¿No tuviste anoche suficiente?- me giré posando mis manos en su nuca.

-No, no tuve- me besó sujetándome la espalda.

-Pues nos tenemos que ir Harry, cuando vengamos me lo pienso- carcajeé.

Cogí el bolso y lo cerré me lo coloqué y salimos con las manos entrelazadas.

Amor en una direcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora