Sofía:
El apartamento tiene dos habitaciones con sus respectivos baños, una cocina mediana, y una sala y comedor confortables, también cuenta con un baño compacto aparte.
Me siento en el sofá a esperar a René, cuando dos horas después, ella llega a la casa.
-¿En dónde te habías metido mujer?-
La miré entre feliz y molesta, aunque sabía que no había sido su culpa que el vuelo se adelantara.
-El vuelo se adelantó, y cómo no respondías mis llamadas tuve que venir en un taxi-
Me abraza fuertemente, no recordaba que René tuviera tanta fuerza, y tiene un extraño aroma, como a perro.
-Mujer me alegro que no te hayas perdido, hueles a chocolate y frutos rojos, tendremos que ocultar tu aroma-
La miro desconcertada, ¿Por qué debería ocultar mi aroma? Y aún peor, me olí disimuladamente y no noté nada parecido al chocolate o a frutos.
-¿Por qué tengo que ocultar mi aroma?-
Su sonrisa se borra un momento, me mira seria.
-Verás, estos departamentos son muy baratos porque están en propiedad de personas muy peligrosas y nadie desea molestarlos, así que tenemos que ocultar tu aroma porque tú no perteneces a su manada, y no quiero que algo te pase-
La miro desconcertada, ¿Manada? Bueno... Quizá así les dicen a los grupos de personas aquí.
-¿Suelen venir por aquí?-
-Si, algo así, cuidan que otros que no pertenecen se metan, a veces ocurre que hay uno que otro listillo que se quiere pasar, no te preocupes, no habrá problemas con nosotras, los conozco y no son malos, si mañana viene alguno, te lo presento, ¿Vale?, vengo saliendo de mi trabajo en la veterinaria y ya es tarde para ir a ver si hay alguien patrullando, por cierto, te conseguí un empleo ahí mismo, por si quieres tomarlo-
La miro sorprendida, René siempre pensando en todo, es una mujer increíble.
La abrazo y le doy las gracias, ser veterinaria es mi sueño desde pequeña, ya nada más me faltaba adquirir los conocimientos.
-Bueno Sofí, me alegra que te guste, ahora vamos, te mostraré tu alcoba-
Tengo más cosas que preguntar, claro, mi vida está arreglándose enormemente, entiendo porque René me advirtió de estos apartamentos, pero yo elegí tomar el riesgo, y ahora también su aroma a perro tiene explicación.
Cuando entro en mi habitación, me quedo maravillada, a pesar de que sabía lo que encontraría, me alegro mucho de que se vea todo tan cómodo y en su lugar, me despido de René y me pongo mi pijama, nunca fui fan de la ropa moderna, así que mi pijama es un vestido de seda de un estilo que René me ha tachado de abuela.
Me lavo la cara y los dientes y me duermo en seguida, me ha dejado agotada el trayecto.
A eso de las 11:00 de la noche escucho un aullido, seguramente de algún lobo, sin embargo, pude vislumbrar un poco más de dolor y desesperación y por alguna extraña razón, el pecho comenzó a dolerme demasiado.
Se lo atribuí a mi amor profundo a los animales, solo espero que no esté herido.
E.

ESTÁS LEYENDO
El llamado a la Luna #3
RandomSi te gusta soñar, pasa y entra... James Moon, un hombre lobo despiadado y altamente cruel, Alfa de la manada Bloody Moon, una de las más fuertes y temidas, ha perdido la esperanza de encontrar a su mate después de buscarla por 140 años, a pesar de...