El llamado a la Luna #3

XXIII

Roo Lancaster:

-Mi señor- Llama Dimitri -El lobo está aquí-

-Bien, déjalo pasar-

Dimitri hace una reverencia y sale de mi despacho, unos instantes después entra aquel lobo despreciable.

-Mi querido V, ¿En dónde has estado? No he recibido noticias tuyas-

-Lo lamento mi señor- Dice agachando la cabeza aún más, en serio se nota arrepentido -No pude salir de la manada, el Alfa ha incrementado la seguridad desde que su Luna fue envenenada-

Me encanta como James intenta proteger a esa débil humana, este es mi juego favorito.

-Así que si recibió mi mensaje...- Suelto una sonora carcajada. -Habla V, quiero saber que noticias hay-

-La Luna del Alfa quiere rechazarlo-

-Mierda- Golpeo la mesa -Esa inútil no puede rechazarlo, si lo hace, Bloody Moon quedará estancada y no podré destruirlos-

-Hay más...- Su voz suena sugerente.

-Dime, V-

-Me logré enterar que la Luna de James es pareja por linaje de su hermano menor, Gabriel-

Gabriel, el insignificante Gabriel, siempre en la sombra de su hermano, siempre siendo rechazado, hasta su mate lo dejó para unirse al club de las lobas que matarían por una noche con James.

Un interesante dato.

-Busca la manera de hacer que Gabriel venga aquí, te lo recompensare muy bien V, retírate-

-Mi señor...- Su voz suena suplicante.

-¿Qué quieres?-

-¿Hasta cuándo tendré que ocultar mi verdadera identidad?-

Me río nuevamente.

-¿No te gusta ser un lobo, mi muy querido V?-

-No es muy cómodo, pero me gustaría que James...- Dice su nombre con tanto odio que hasta yo me veo afectado, siempre sucede cuando ese nombre sale de sus labios -... Supiera que sigo con vida, que no logró vencernos, que no es tan imponente-

-Vackorovich, todo tiene un tiempo, y a su tiempo tú podrás destruir a James, y dejaremos estás farsas, pero hasta entonces tu boca queda sellada ¿Entendiste?-

Sus ojos brillan de lágrimas de indignación, pero no llora, me sorprende su fuerza de voluntad, su espíritu de venganza, sin duda será un líder imponente en este sueño.

-Queda en paz Vackorovich-

Da una reverencia, y sale de mi despacho. Siempre será un enigma para mí saber qué cosa tan horrible debió hacer James para instalar ese odio tan profundo en ese ser de seis años, y que aún a sus ciento cuarenta sigue carcomiéndole el odio que James le dejó en su sangre.

Un arma con la que jamás contó, con la que destruiré al Alfa más fuerte, y con él, al resto de las manadas.

La raza de los hombres lobo por fin llegará a su fin.