XXVII

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James:

Despierto feliz por primera vez en mis 140 años de vida, por fin me siento completo, en paz.

Volteo a ver a la más hermosa mujer del mundo, que se remueve entre mis brazos, inquieta.

-Sabes... Eres una bella fastidiosa, intento dormir-

Ella me voltea a ver algo indignada.

-Si me dejaras levantarme no dirías eso-

La abrazo más a mi pecho, no quiero separarme de ella nunca.

-Hey, James, me aplastas-

Hago caso omiso a lo que dice Sofía. Hasta que escucho a mi beta hablarme por el link.

-James, tenemos problemas, encontramos a un intruso sedado en los establos abandonados.-

-Voy para allá Edgar.-

Dejo a Sofía con algo de molestia mientras camino a la ducha, ella se levanta a acomodarse.

Cuando me termino de bañar ella está en la habitación con el desayuno.

-Melan no está así que decidí preparar el desayuno-

¿Melan no está?

-Gracias mi Luna-

El desayuno se compone de hot cakes, huevos revueltos y jugo. Sin embargo, todo sabe exquisito.

-Ummm... Sofía, esto está delicioso-

-¿En serio te ha gustado?-

-Si, mucho-

-Sofía... Voy a salir, tú... Puedes ir a dónde quieras, no eres una prisionera, pero debes salir con guardias si deseas explorar la manada-

Ella solo me mira.

-Nos vemos después mi Luna-

Salgo de la habitación, conduzco unos cuantos kilómetros hasta llegar a los establos, ahí está Edgar con un hombre medio muerto.

-¿Quién es?-

-Se ha identificado como Iván-

-¿Iván?- Ese nombre me suena de alguna parte.

De pronto, llega Melan casi muerta del susto, sus característicos ojos cafés se tornan negros, el color de los ojos de un Alfa.

-Mi hermano- Dice mirando con rabia a Iván.

Ahora lo recuerdo, Iván Klaussen, “Alfa” de dos de las manadas más importantes de Rusia.

-Llévenlo a los calabozos, sánenlo, después veremos qué hacemos-

Miro a Melan.

-Tú... A mí despacho-

Ella solo asiente. Conduzco de nuevo hasta la mansión, agudizo mi oído. Mi Luna se encuentra en el jardín cantándole a las rosas, sonrío como estúpido, debí hacer algo grande para que ella sea mi alma gemela.

Entro a mi despacho en dónde Melan se encuentra llorando como loca.

-¿Qué hace... UN MALDITO KLAUSSEN AQUÍ?- Le grito.

Ella sigue llorando. Mi voluntad como su Alfa le está afectando.

-HABLA-

Golpeo el escritorio, me estoy descontrolando.

-Viene... Viene... Por mí-

Tomo a Melan de la cara, esa niña de once años que rescaté en ese ataque, durante la campaña de la muerte roja... Qué resultó ser una mujer Alfa, por alguna razón no confiaba en ella, no del todo, nunca intentó imponerme su voluntad de Alfa, después de casi cien años de estar aquí, entre los míos, no ha intentado ni una sola vez contactar con su familia, los Klaussen, y ahora aparece su medio hermano.

-Mas te vale que digas la verdad Melan, o si no lo pagarás caro-

Tiro a Melan al suelo, ella sigue llorando sin controlarse.

Sé que no debo tratarla así, pero esta niña me da mala espina.

Salgo del despacho directo a dónde están los calabozos. Ahí se encuentra Iván Klaussen, su regeneración ya está haciéndole efecto.

-¿Quién le hizo esto?-

Le pregunto a Edgar, Iván muestra varios signos de tortura con plata.

-Al parecer Melan-

Lo miro incrédulo, Melan torturó a su medio hermano ¿Por qué? Ellos no se conocen mucho, y, además, nadie sabe que Melan Klaussen sigue con vida.

-Está despertando- Anuncia el doctor.

Tomo a Iván por su sudadera seca de sangre y rota por los daños que ha sufrido a manos de Melan, no me fio nada de él, después de todo, todos los Klaussen son unos traidores.

-¿Qué haces en mi territorio?- Le escupo a la cara.

-Vengo a hacer un trato-

Mi voluntad está sobre pasando límites.

-No estoy para jugar Klaussen-

Él comienza a reír.

-Lo diré de este modo: Dame a Melan y firmaré el pacto de paz-

Este idiota está loco. Melan no se irá de esta casa.

-Llévense a Klaussen de aquí-

-¡Lo lamentarás Moon! ¡Hay un gran traidor aquí!-

Detengo mi mirada en él, ese hombre sonríe.

-O debería decir ... Una gran traidora-

E.

El llamado a la Luna #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora