El llamado a la Luna #3

XXXII

Sofía:

Me levanto inquieta al no sentir a James conmigo.

Busco en mi habitación, sé que durmió conmigo puesto que anoche lo sentí meterse en la cama y darme un beso.

Bajo a la cocina y me encuentro a Melan.

-Mi Luna- Hace una reverencia.

-Ya te he dicho que me digas Sofía, no hagas esas reverencias-

Ella me mira y se sonroja, aprieta fuertemente su delantal, creo que va a llorar.

-Lo lamento mi Luna, pero las cosas deben ser así-

Me acerco a ella y la abrazo, no entiendo la razón, pero algo me hace querer protegerla.

Melan se suelta a llorar en mis brazos, acaricio su cabello rubio.

-Todo va a estar bien pequeña, todo va a estar bien-

Ella me abraza aún más, después de unos minutos, Melan se separa de mí.

-Espero que algún día pueda perdonarme-

La miro desconcertada, no parece la misma Melan, sigue siendo extraña, pero ahora también es misteriosa.

-El Alfa James ha dejado esto para usted-

Me acerca una caja blanca con un pequeño sobre.

-En un momento estará su almuerzo-

Y sin más, se retira sin siquiera verme.

Voy a la sala y abro el sobre, en él se encuentra una tarjeta.

Mi amada bella Luna.

A veces pienso que toda la felicidad del mundo puede empezar por encontrarse en algo tan pequeño como una cajita.

Hoy pasaras un día entero de chicas con Emily, y después, finalizaremos con una cena en casa.

Te amo, siempre a ti, siempre.

James Moon.

No puedo evitar sonreír como niña pequeña, abro la caja blanca y en ella viene un vestido plateado muy largo, justo como me gustan.

-Veo que ya viste una de las sorpresas de James- La voz de Emily me hace reír.

-¿Cómo que una?- Pregunto aún con una sonrisa.

-Hoy vamos a la manada a arreglarnos el cabello, comprar ropa y... Una visita con todo incluido al ¡spa!-

Comienzo a reír, ¿Cómo es que James está conmigo?

-Vamos floja, ve a alistarte ahora-

No espero más, subo con la caja y la dejo en la habitación, hoy va a ser un largo día.

Gabriel:

Camino alejándome de la manada, la noche está hermosa, voy hacia dónde está mi nuevo amo: Lancaster.

Tengo su marca justo en mi brazo, me ha sido difícil mantenerla oculta.

Pronto romperán mi lazo con la Diosa, pronto robarán a otra Luna y la asesinarán para que los nuevos reclutas bebamos su sangre.

No estoy seguro de hacer esto, pero por Sofía... Soy capaz de morir.

Corro en mi forma lobuna, intento aprovechar todo lo que puedo ya que muchos de los que han bebido la sangre de las Lunas no han vuelto a conectar con sus lobos, lo que hace extremadamente doloroso el proceso de la transformación.