XI

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Sofía:

Me despierto un poco aturdida... La habitación estaba muy obscura así que decido abrir los cortineros de par en par.

Mala idea.

Un rugido estremecedor me hace ponerme nerviosa.

-MELAN, CARAJO, LOS CORTINEROS-

Aparece una mujer como de mi edad, puedo ver qué toda ella está temblando.

-Ordene Alpha- Dice la mujer con voz temblorosa.

En ese instante James se levanta amenazante en su dirección.

-Te he dicho... Sobre los cortineros, te irá muy mal Melan-

La chica está a punto de echarse a llorar, o peor, morirse ahí mismo.

-Yo abrí los cortineros- Digo con toda la seguridad que sale de mi cuerpo.

El gran hombre-bestia me mira, sus ojos ya no son ámbar, ahora son de un negro espeso demasiado intenso.

-LARGO DE AQUÍ MELAN, O EN SERIO TE IRÁ MAL-

Su gutural voz, a la que me estoy comenzando a acostumbrar, me causa dolor de cabeza, pero lo sigo mirando sin bajar la vista, sin apartar mi mirada de esos ojos negros.

-No le hables así- Me siento mal por la muchacha, se ha ido más rápido de lo que llegó.

El hombre se sienta en un sofá pequeño que a penas me he percatado que está en la habitación.

-Lo lamento mi Luna, pero es que la luz del sol me molesta mucho en las mañanas. -

Se levanta, abre una puerta que deduje, es el armario y saca su ropa.

-Iré a ducharme en otra habitación, en el baño hay ropa de mi hermana para que te cambies, te espero abajo para desayunar-

No le respondo nada, solo lo observo detenidamente mientras que él se va, en cuanto estoy segura que se ha ido por completo, voy directa al baño, me ducho, reviso la ropa que alguien ha dejado ahí y en efecto, es ropa para mí, aunque es ropa que no me queda muy bien pues parece ser de una chica un poco más alta y más llenita, se nota perfectamente que es ropa de marcas realmente caras.

En cuanto me pongo sus prendas noto de inmediato que tal vez voy a necesitar ajustarlas con algo para que no se me resbalen.

Me observo la cabeza, tengo una notable hinchazón en la parte de atrás, así que me cepillo el cabello con todo el cuidado del mundo.

Bajo orientada por el delicioso aroma que inunda mis fosas nasales, hasta que puedo llegar a un comedor muy largo, en las esquinas hay sirvientes y en cuanto me ven aparecer, se apresuran a hacer una reverencia.

Qué gente tan extraña.

Ahí está James, y me hace lugar en una silla al lado de él. Le agradezco el gesto con mucha desconfianza.

En seguida el desayuno comienza a ser servido. Comemos en silencio.

-James...- Hablo mientras lo miro -Agradezco tu hospitalidad y tus cuidados, pero tengo que ir a casa.-

Él golpea fuertemente la mesa.

-No te puedes ir de aquí, creí que eso ya había quedado claro.-

Lo miro confundida y furiosa, si cree que me voy a quedar aquí cruzada de brazos y en completa conformidad, se equivoca demasiado.

-No puedes encerrarme aquí, ¡A eso se le llama secuestro! -

James pierde el control, se levanta furioso de la mesa, sus ojos vuelven a cambiar de color.

-¡Hey!- Grito -¡Quiero ir a casa!-

-¡ESTA ES TU NUEVA CASA, NO PODRÁS IRTE DE AQUÍ, NUNCA!-

Me asusto, su voz no es igual que hace un momento, es más bien como un gran rugido.

A los pocos minutos llega la muchacha a la que James ha gritado.

-Mi Luna Sofía, el Alfa James ha dejado instrucciones de no dejarla salir, puede revisar la casa a su antojo-

-Tu “alfa” tiene un muy mal control de la ira- Ella se ríe tímidamente por mi comentario -¿Cómo te llamas?- Inquiero.

-Melan, mi Luna Sofía-

-Bien Melan... -

La muchacha hace una reverencia y se va.

Si James cree que me voy a quedar aquí sentadita a ser completamente obediente se ha equivocado. Y mi oportunidad llega cuando veo a René bajar las escaleras. A pesar de que me preguntaba cómo ha llegado aquí, simplemente la jalo, no le explico nada, como nadie a parte de Melan y James saben mi aspecto físico, me resulta muy fácil convencer a René para que finja lo suficiente para salir de esa mansión llena de gente completamente desequilibrada. 

Pasamos desapercibidas por los guardias... René tiene mucho que explicarme cuando lleguemos a casa.

E.

El llamado a la Luna #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora