El llamado a la Luna #3

XXXVI

James:

Me encuentro en mi despacho acomodando los últimos preparativos para la presentación de mi bella amada como Luna de mi manada.

El invierno ha llegado a las heladas tierras de Canadá antes de lo que habíamos previsto.

Melan entra a mi despacho, son como las seis de la mañana y tengo miedo de que Sofía despierte sola, desde que nos unimos no la he dejado despertar sin mí a su lado.

-¿Qué pasa Melan?- He tenido que suavizar mi trato hacia ella por petición de Sofía.

-La Luna está por despertar-

-Bien Melan, encárgate de que las rosas lleguen a tiempo y le dirás a Javier que se encargue de acomodarlas-

Voy corriendo a la habitación más grande de la mansión, esa en la que la pareja Alfa de la manada debe dormir.

Entro silenciosamente. Ahí está Sofía revolviéndose entre las sábanas, tan hermosa.

Me acerco a ella con cuidado y la abrazo fuertemente.

-Mía...- Susurro en su oído.

-Tuya- Dice ella algo ronca, se acababa de despertar. -James... Me aplastas-

La aprieto aún más a mí, su delicioso aroma combinado con el mío me hace inmensamente feliz.

-James...- Dice nuevamente como advertencia.

-Está bien- De mala gana la suelto, su cara sonrojada me hace besarla.

-Hace mucho frío- Dice ella abrazándose a mi cuerpo.

La tomo en brazos mientas corro a toda velocidad a la sala.

-¡James! Bájame, estás loco- Ríe mi bella amada.

Sofía me contó que nunca ha visto la nieve, y que se moría por ver el invierno aquí en Canadá.

Llegamos a la sala, bajando a Sofía, tapo sus ojos mientras la dirijo a las puertas desplegables que dan al jardín trasero.

-¿Qué haces?-

Dejo a Sofía frente al ventanal y quito despacio mis manos de sus ojos.

-Cae, cae la nieve...-

Ella suelta un grito de alegría, sin reparar en el frío, sale de la casa al jardín trasero, mi preciosa Sofía baila con gracia mientras que unos copos de nieve juguetones la siguen en su singular danza.

Me acerco a ella abrazándola por la espalda, a pesar de que ella no lo ha notado yo sé que tiene mucho frío.

Mi cuerpo produce más calor para poder mantenerla cálida mientras la nieve nos abraza a ambos.

-Es hermoso James...-

-Nunca nos dejaremos, ¿Verdad?-

Sofía ríe tiernamente ante mi petición, tal vez piensa que soy muy inseguro e infantil.

No lo soy.

Soy demasiado consciente de la clase de peligro que existe ahí fuera... He esperado tanto por ella, que siento que todo lo que vivo ahora es un sueño precioso, si es un sueño, deseo nunca poder despertarme de esto.

Si la llego a perder por cualquier motivo... Sé perfectamente que no lo resistiré, no soy tan fuerte como para afrontar una vida sin ella.

-Nunca, James-

Beso a Sofía mientras la nieve se amontona en nuestros pies, nunca imaginé amar a una mujer de este modo, daría mi vida por la de Sofía, lo daría todo, absolutamente todo por ella.

-Mi Luna... Debemos ir a dentro, no quiero que te enfermes, además... Hoy es tu presentación-

E.