II

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Sofía:

Cuando cumplí los catorce años de edad mis padres se separaron, y créanme ¡Me alegré!, Era mejor que estar viéndolos pelear todo el tiempo.

Sin embargo, un inconveniente mayor fue el que se presentó, medio año vivía con mi mamá, y medio año tenía que vivir con mi papá.

Al inicio fue toda una aventura, era divertido tener amigos en dos lugares muy diferentes, pero con el tiempo se volvió agotador tener que transportar mis cosas, muchas veces llegué a olvidar objetos importantes causando grandes inconvenientes a mis padres, siempre he sido olvidadiza.

Después estaba el hecho de que en la escuela me atrasaba o adelantaba con los temas, y mis padres casi no estaban, ambos habían tomado empleos de tiempo completo.

Mis amigos eran lo único que realmente quería, sobre todo a René, tiene dos años más que yo, pero es una chica indomable e inquieta.

Fue muy triste cuando ese preciso año sus padres se la llevaron a Canadá por asuntos familiares, René no quiso explicarme con exactitud, pero me dio a entender que era para cumplir con una vieja costumbre.

De vez en cuando hice un viaje exprés para visitar a René, y la noté muy cambiada, más feliz, más libre que antes. Fue ahí donde se nos ocurrió la brillante idea de vivir juntas. Y cómo nosotras nos conocemos desde que estábamos en pañales no lo dudamos dos veces.

Así que en cuanto cumplí los 18 años tomé mi pasaporte y los ahorros que con ayuda de un trabajo de medio tiempo había logrado ahorrar y le expresé a mis padres mi deseo de independizarme.

La idea no les agradó en absoluto, pero no pudieron negarse, solo me pidieron que continuara mis estudios, y me abrieron una cuenta bancaria en dónde dejaron una gran suma solo por si necesitaba algo.

Una semana antes de irme a Canadá, René me llamó diciendo que había encontrado una serie de departamentos cerca de una zona boscosa, y a menos de un kilómetro se encontraba un pequeño pueblo, los apartamentos no eran caros en realidad, pero tenían un problema de seguridad, algo relacionado a que le pertenecen a personas peligrosas, en realidad, la única objeción son sus dueños, pero mientras paguemos... Nada pasará. Así que le dije a René que no se lo pensara más y que comprara uno, le mandé mi parte al día siguiente.

Y fue así como comenzó este viaje, mis padres se pusieron de acuerdo para llevarme ambos hasta el aeropuerto, y después de chistes malos y recuerdos hermosos, me subí a un avión con la promesa de visitarlos en cuanto pudiera.

En el trayecto me topé con una pareja singular, una chica alta y hermosa, de cabellos lisos y de piel blanca se encontraba a mi lado junto al que supuse debía ser su novio o esposo, se miraban tan enamorados, y tan bien juntos que fue inevitable observarlos.

Ella se percató de mis miradas furtivas y comenzó a hablar conmigo.

-Hola hermosa, mi nombre es Emma, cuéntame ¿Qué te trae a Canadá?-

Yo la miré un poco sorprendida, no es muy común que las personas estén de buen humor en los viajes en aviones.

-Me llamo Sofía... Sofía Walker, y bueno... Vengo a comenzar de cero-

Ella me miró divertida, durante el resto del viaje hablamos mucho, intercambiamos números telefónicos.

Llegamos antes de lo pensado al aeropuerto.

Cuando llamé a René para que me recogiera, ella no contestó, me puse nerviosa, podía perderme en aquel lugar. Emma se me acercó.

-¿Qué pasa hermosa? ¿No hay quien pueda venir por ti? Nosotros podemos llevarte, mi hermano llegará en unos instantes.-

Negué con la cabeza, no quería causar inconvenientes.

-No te preocupes, tomaré un taxi y le daré mi dirección-

Emma me sonrió para luego despedirse de mí.

-Te llamaré tan pronto como pueda, me agradaste mucho, debemos salir juntas algún día-

Me dio un beso en la mejilla y se fue. Yo caminé con mis maletas a la base de taxis, en cuanto subí, no pude evitar notar que el chofer era extremadamente guapo.

Fijé mis pensamientos en otra cosa, el paisaje por la ventana se veía precioso, una hilera de bellos árboles frondosos y verdes, las montañas que tienen un cierto encanto mágico, y el nublado y frío clima, es como entrar en un sueño, el calor que comenzó a subir en el coche me causó un sueño profundo.

Debí quedarme dormida pues el tacto del chofer me despertó.

-Hemos llegado a la dirección que me señaló, señorita-

Me levanté tan rápido como pude, y no evite un sonido de exclamación, el departamento parecía ser enorme, y era demasiado hermoso, era de un solo piso, pero tenía unos ventanales de en sueño. Regresé a la realidad cuando el guapo taxista dejó mis maletas en la entrada de la casa.

-Fue un gusto conocerla señorita...-

-Sofia, mi nombre es Sofía-

El chofer se sonrojó y con un ademán me dijo adiós.

Por fin estoy aquí... Cumpliendo uno de mis sueños, y este es solamente el inicio.

Entro al departamento con mis maletas en mano. Llamo a René, pero ella no contesta, lo que se me hace un poco más extraño, decido investigar un poco el departamento... Al fin y al cabo, ya estoy ahí.

E.

Atención: El comportamiento de confianza de Sofía a veces sobrepasa lo imprudente, persona que lee esto, no la imites, esto es fantasía y funciona porque es un mundo de ficción, no apliques comportamientos que puedan afectar tu integridad en la vida real, recuerda que muchas veces las personas no serán así de amables o buenas, protégete.

El llamado a la Luna #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora