El llamado a la Luna #3

V

James:

Me despierto sin ánimos, al menos Melan no ha olvidado cerrar los cortineros.

Me meto en seguida a la ducha, ya sé que tengo que hacer.

Anoche llamé a Edgar de urgencia a la mansión para tener una reunión hoy en la mañana, es mi más cercano amigo, y el hombre que considero mi mano derecha para que me ayude con la manada, por supuesto que él tiene que ser el primero de enterarse de mi decisión.

En cuanto termino de la ducha, me dirijo a mi despacho, le indico a Melan que me lleve el desayuno ahí, después de todo, no saldré del despacho en un largo rato. A los pocos minutos, Melan entra con la bandeja y se va en seguida. Por alguna razón, me siento más cansado y depresivo de lo normal, pero se lo achaco al hecho de que planeo abandonar a mi manada.

En cuanto Edgar llega, lo hago sentar.

-Buen amigo mío, sabes que aún no he encontrado a mi Luna, y eso ha estado causando problemas en la manada, ya han sufrido demasiado por esta causa, no puedo seguir haciéndoles esto, así que he decidido dejarla- Edgar se remueve incómodo y antes de que pueda quejarse, continúo- Nada me hará más feliz que tú te hicieras cargo de la manada, en lo que encuentro un nuevo alfa que pueda protegerlos, sé que con tu mate podrían llevarla por un buen camino mientras tanto-

-Tú estás demente ¿Cierto?- Edgar se levanta altamente indignado.

-Si tú no quieres asumir ese cargo me temo que deberé buscar incluso un nuevo beta, lo que me llevará más trabajo-

-¿Piensas abandonarnos?, James Moon, tú no puedes hacer eso, y menos ahora que el desgraciado de Roo está amenazándonos de nuevo-

La noticia me desconcierta, no sabía de Roo desde hace unos cuarenta años, la última vez que nos enfrentamos.

-¿Cómo que Roo nos está amenazando?-

Edgar vuelve a tomar su asiento, más relajado, seguimos hablando.

-Hace unos días encontramos varios cuerpos de otras manadas, y algunos lobos desterrados, rogues, no sabemos cómo, pero logró burlar nuestra seguridad, creí que me habías traído aquí para hablar de eso-

Mis pensamientos comienzan a volar... Roo Lancaster, el antiguo alfa de la manada vecina, que enloqueció al no encontrar a su mate después de 300 años buscándola, decidido a destruir manadas completas y, sobre todo, a las Lunas... Temo volverme como él, perder la cordura.

-James... Sé que te sientes solo, pero tu padre te dejó para proteger a la manada, a tú manada, al menos quédate hasta que detengamos a Roo-

Lo medito un poco, sé que Roo ha acabado con muchas manadas, y no permitiré que la mía sea una más en su lista.

-Está bien Edgar, pero solo será hasta que Roo deje de ser una amenaza, mi decisión ya está tomada, y me gustaría que consideraras mi oferta-

Edgar sonríe un poco aliviado y feliz.

-Como ordene el alfa-

E.