XLIX 1

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Parte 1/2.

James:

Mientras la bruja del pueblo sale a toda prisa gritando que he vuelto a la vida, yo me levanto de la cama.

Me saco los tapones que ella me puso en los orificios de la nariz y respiro.

Tres grandes bocanadas de aire limpio y fresco me entran en los pulmones.

Siento mi fría sangre volver a correr en mis venas y mi corazón late diciendo que aún estoy vivo.

(Morimos.)

Habla Jack por el link.

[Estamos vivos Jack, y eso es lo que importa.]

(Ella no está.)

Sé que se refiere a Sofía por el triste tono de su voz.

Pongo mis descalzos pies en el suelo, es invierno y todo está tan frío. Mi piel huele a extrañas hiervas y a algo que la bruja utiliza para no sé qué rituales de muerte.

La bata blanca de seda se me pega al cuerpo, no tengo nada más que esta bata, me levanto con cuidado, el dolor de las heridas de batalla se hace presente.

No le hago caso a eso, ni a los vendajes que tengo, pronto todo esto sanará.

En lugar de eso voy corriendo a la habitación que comparto con Sofía.

Aún huele a ella.

Me tiro en la cama desesperado por captar su fragante aroma, poco a poco, el olor va haciéndose menos perceptible hasta que desaparece.

Siento que me estoy muriendo.

Este dolor no se compara con el que sentí en mi primera muerte, es mil veces más difícil de soportar y parece destruirme en una medida mucho mayor.

Bajo a la sala, al parecer no hay nadie, ya casi está obscureciendo.

No sé si es porque no he comido o porque acabo de regresar de la muerte, pero por el ventanal que da al patio trasero de la casa veo la infantil figura de Sofía bailar con la tormenta de nieve.

Esos días en los que bailaba junto a ella.

Salgo echo una bala al jardín trasero, las rosas ya han muerto por la helada.

Aún distingo su figura moviéndose en la nieve.

En el velo de la noche, la Luna nos ilumina.

Intento acercarme, pero ella desaparece.

Me tiro de rodillas, derrotado.

Trazo en la nieve su nombre que se borra y desaparece.

Levanto la vista.

- Cae, cae la nieve- Intento cantar, pero mi voz apenas sale.

Cae, cae la nieve, desearía que me envolviese y me ocultase, observo su espalda alejándose e intento contener las lágrimas.

Mi pecho duele demasiado, sin mí Sofía... Mi Luna, mi vida, mi alma.

Cae, cae la tenue nieve sin siquiera producir sonido.

-¿Es la nieve o son mis lágrimas?- Digo mientras siento la calidez y la frialdad del agua en mi rostro.

Mi aliento se vuelve blanco en cada sollozo que sale de mis labios, mis dedos entumecidos, la promesa que nos hicimos "No nos dejaremos" parece esfumarse junto con mis esperanzas.

Su bella sonrisa que calentaba mi pecho con la intensidad de mil millones de soles... Y con su partida, se ha llevado todo el calor que me cobijo, toda mi felicidad.

Ella lo es todo para mí, lo vale todo, cualquier sacrificio, cualquier cosa, daría hasta mi alma por ella.

Levanto la cabeza.

Hasta el día en que el dolor de mi pecho desaparezca, solo quiero disolver me en este blanco.

¿Es mi imaginación o la luz de la luna se ha vuelto más fuerte?

Cae, cae la nieve y se amontona tragándose al mundo, y tragándose mi amor.

-SOFÍA-

Grito desesperado mientras me golpeó el pecho, el dolor que ahora siento no se compara con nada, quisiera morirme de verdad en esta suave nieve y encontrarme con Sofía.

-Sofía...- Cae una gota, es mi voz, mis lágrimas.

No te vayas...

Mis sentimientos se vuelven un fragmento de nieve más.

-Cae, cae la nieve... Cae... Cae mi amor...-

A estas alturas mi grito se vuelve un aullido, aúllo porque he perdido a mi amor.

Aúllo lleno de dolor, siento que me quemo, siento que no seré capaz de soportar nada sin ella, me siento débil e inútil.

DEMONIOS, ELLA ME PROMETIÓ QUE JAMÁS SE IRÍA.

Qué jamás me dejaría...

La tormenta de nieve va cediendo.

Hasta el día en que esta nieve se derrita y desaparezca... Espero que ella no me olvide.

Sofía me ha abandonado.

E.

El llamado a la Luna #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora