El llamado a la Luna #3

LII

Sofía:

Mareada y confundida me levanto de la cama, por los rayos del sol que me golpean directo en la cara, supongo que debe estar pasando de medio día.

Para mí buena suerte Roo no está conmigo.

Odio su presencia.

Me voy a la ducha y coloco el agua fría, me siento acalorada, después de unos segundos salgo del baño a la habitación.

Decidida a obtener información sobre Bloody Moon, bajo al comedor en dónde me encuentro a Gabriel tomando una taza de café.

-Sofia- Me saluda con una sonrisa forzada -Estaba a punto de subir por ti, tu desayuno está listo-

Me siento a su lado, de inmediato una señora de avanzada edad me pone una bandeja en mi lugar, la abro: Huevos revueltos con tocino, café y jugo de uva, pan tostado recién echo y mermelada de fresa, fruta picada y hot cakes.

En otro momento seguramente se me habría hecho agua la boca, pero justo ahora todo esto me da asco.

-Debes comer Sofía ¿Te has visto? Pareces la imagen de la muerte-

Estoy cansada de fingir que todo está bien, que realmente no pasa nada, así que lo suelto sin problemas.

-¿Qué pasó con Bloody Moon?-

Gabriel se atraganta con su café, se nota que no ha dormido.

-No es tu asunto Sofía-

Se levanta de la mesa dispuesto a irse, y yo sin rendirme le sigo.

-¡Soy la Luna de la manada!- Le grito -¡Es mi derecho!-

Gabriel se da vuelta, sus ojos grises me indican que su lobo lo controla. Su taza de café se rompe en su mano dejándole algunos pedazos de la porcelana en ella.

Me arrincona en la pared.

-Tú no serías Luna si no hubieras dejado que James te marcara, y ¿Adivina qué, tesoro?- Su mano agarra con fuerza mi muñeca -Nada de esto hubiera pasado y tú serías mía-

Jalándome bruscamente me avienta al otro extremo en dónde me golpeo la cabeza con la mesa de madera, aturdida por el golpe y por la palpitación, me levanto despacio.

-Voy a Bloody Moon, a ver que ocurrió, regreso en tres días-

Gabriel se va sin voltear a verme, el aire me falta, y la cabeza está a punto de explotarme.

-Ayuda... Por favor-

No soy capaz de decir otra cosa, estoy sumida en una espesa masa roja.

Senka Vackorovich:

No puedo seguir más el rastro de Dominic en la nieve, se ha esfumado por las nevadas tan prematuras.

Gabriel acaba de llegar y está ayudándome a descubrir que está pasando en Bloody Moon ya que se han sitiado.

No han dado el anuncio de que James ha muerto y además han llegado demasiados guerreros de otras manadas.

Están preparándose para un ataque.

Nosotros también estamos reuniendo neófitos e intentando convencer a las manadas débiles para que se unan con nosotros.

No es mucho... Pero la batalla final se acerca.

Y sin el estorbo de James cerca.

Roo Lancaster:

Encontré a Sofía desangrándose en el suelo del comedor.

Nadie sabe que le pasó y ahora estoy aquí con el alma en un hilo cuidando de ella.

El doctor me ha dicho que la alimente tanto como pueda sin saturarla, por su condición física y porque al parecer está enferma.

Le han hecho algunos análisis, probablemente anemia en el lado científico.

Y la bruja de esta manada insiste que es alguna especie de maldición y que la tengo que llevar con su verdadero mate.

Tengo una bandeja de pan tostado y huevo en el regazo.

Sofía está despierta desde hace media hora y yo intento hacerla comer.

No tengo hambre, no se me antoja, me da asco.

Es todo lo que siempre me dice esa niña remilgosa y testaruda. 

-¿Quién te hizo eso?- Le pregunto señalando el vendaje en su cabeza.

-Na... Nada, me desmayé y seguramente me golpeé en la mesa- Dice de la forma menos convincente posible.

Es tan evidente que algo oculta que me causa gracia.

La voy a dejar en paz con el tema por ahora, pero, haré una investigación por mi cuenta.

-Tienes que comer Sofía- Digo para retomar el propósito de estar aquí.

Ella niega con la cabeza y se da la vuelta.

Es todo, estoy molesto.

Tomo el huevo revuelto, agarro a Sofía de la cabeza y la obligo a tragarse la comida, ella me muerde e intenta liberarse, pero al final termina comiéndoselo.

-Si no quieres que haga eso de nuevo come por las buenas-

Ella me mira con odio, seguramente la lastimé porque su vendaje está volviéndose rojo.

Se termina de comer el pan tostado y el huevo, no diré que de buena manera porque todo el rato me aventó una mirada asesina.

-Ahora tengo que curarte- Señalo la herida en su cabeza.

Le quito el vendaje cuidadosamente, desinfecto y limpio, ella se queda quieta, creo que está llorando.

No lo veo venir, simplemente Sofía devuelve el estómago sobre mí, alcanzo a apartarle el cabello de la cara mientras todo lo que se comió sale de ella.

No debí alimentarla demás.

E.