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Orden. 

El orden era un factor importante y absolutamente necesario en la vida de Goth. Si no podía controlar su propia vida, al menos quería controlar lo que tuviera a su alrededor. 

Sus cosas. Sus desestresantes. Sus juguetes. Libros. Todo. 

No podía faltarle nada. Ni una pieza. Estaban contadas y había percibido el desequilibrio en el peso de la cuando la tomó y ni hablar de la ausencia de una de las piezas cuando las miró, pero, tenía que rectificar sus suposiciones. 

Sí. 

Faltaba una. 

Se mordió la uña. Alguien la había tomado. ¿Quién? ¿Por qué? Todos sabían que le gustaba tener sus cosas para él mismo. 

Debía ser alguien que no entendía las reglas, alguien que no entendía que podía abrir todas las puertas menos la suya. 

Ya. Por eso la silla estaba movida de donde la dejó, pensó que había olvidado haberla movido de su lugar, pero dudó de su propio pensamiento. Él no olvidaba. Alguien la había movido, ya estaba convencido eso. 

La usaron para poder alcanzar el rompecabezas de la repisa donde estaba guardado. 

El responsable entonces no era lo suficientemente alto como para alcanzarla por su cuenta. Necesitó una silla. Sus hermanas. Gina, Geha. 

Pero, ¿cuál de las dos? 

Geha podría ser la primera opción por su reciente insistencia con querer jugar con sus cosas, pero Gina también solía insistirle mucho, incluso la había descubierto escabulléndose en su habitación. 

Ambas eran demandantes, desentendidas y anhelaban jugar con sus cosas. La curiosidad las carcomía y debió llegara un punto culmine. Eso era—Goth. — Levantó la cara.

Palette le miraba con seriedad haciendo un ademán para que alejara su pulgar de su boca. No se hacía daño realmente, pero Palette encontraba ese gesto realmente angustiante. Le hacía saber que su mente estaba hecha un revuelo.

Que algo estaba mal. 

—No es nada, puedo conseguirte otro. — ¿Otro? ¿Por qué querría otro? Es más, ¿por qué le ofrecía otro de esa manera tan simple? Como si no fuera nada. 

Como si no le costara. 

—Mi papá tiene muchos, así que, está bien. — ¿Su papá? ¿Quién? ¿Ink? ¿Dream? ¿Error? ¿Cuál de los tres? 

Posiblemente Error. No veía a Ink armando un rompecabezas, debía gastar su emergía en saltos por portales y bailes raros. Pero, igual, ¿por qué querría un rompecabezas de ese chico?

No lo había llamado para hacer una sesión de juegos ni fortalecer su mistad con palabras lindas, lo estaba estudiando. Quería saber si Palette estaba al tanto de los planes de esa élite. Si estaba consciente de que su amistad no era más que una medida de prevención sugerida por aquellas personas. 

Debía saberlo. La seriedad con la que lo veía, su voz endurecida y su propuesta significaba algo: Tenía miedo de que le hiciera algo a sus hermanas. ¿Algo cómo qué? ¿Acaso lo veía capaz de matar a sus hermanas por perderle una pieza? Él mismo lo había dicho, podría conseguirse otro él mismo. 

Ese se lo pasaría a sus hermanas para que perdieran cuanta pieza quisieran. 

Pero, ¿el asunto era así de serio como para cambiar a Palette drásticamente?

Eso significaba que estaba al tanto de que no era nada más que el anestésico del demonio de la muerte. —No. —Habló regresando las piezas a la caja. —Puedo conseguir uno yo solo. 

Just Call It Love || PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora