‖ 51 ‖

281 56 4
                                    

Estaba durmiendo cuando pasó. 

El llamado de la muerte, esa alma sensible que le anunciaba a pinchazos que su tiempo estaba agotándose lentamente.

No era un llamado de muerte cualquiera. Había bloqueado esa habilidad, no quería saber si alguien estaba muriendo cerca de él porque no era su responsabilidad recoger su alma y presenciar sus últimos minutos de vida.  

Pero, a él lo había sentido perfectamente. 

Como un reloj de arena. 

¿Por qué no se lo dijeron? ¿Cómo no lo había predicho? 

Había estado distraído mientras Incubux planeaba aun suicidio. Lucid no era un problema, pudo haber vivido huyendo de él, en algún momento se cansaría. Lo haría, ¿no? No podía ser tan insistente y determinado como Dream. 

Tal vez Incubux no lo sentía así. Pero, incluso así, no debió haber hecho nada. No debió haber actuado sin consultarlo, hubiera explorado las opciones, visualizado miles de futuros basados en variables. ¡Podía hacerlo! ¡Hace mucho que podía hacerlo y él lo sabía! 

Estaba furioso, pero no era una emoción que quisiera demostrarle a su amigo en el poco tiempo que le quedaba de vida. Su alma se consumía, el ácido la estaba desconectando y esa mezcla de agonía empezaba a subírsele a la cabeza. 

Se hincó a su lado sin saber el momento justo en que comenzaba a llorar. Primero eran lágrimas sigilosas, silenciosas, sin compañía de algún lloriqueo o gemido. Pero, en cuanto se cruzó con la vacía mirada de Incubux, carente la ironía y el carisma que lo caracterizaba, gimoteó. Su imagen, su personalidad y su identidad se perdían. 

¿Era así como iba a ser? 

No querían que viviera, ¿eso también aplicaba para los que lo rodeaban? ¿Le estaban perdiendo el miedo? 

 ¿No tienes miedo? No, el miedo era una emoción que había sido erradicada hace mucho tiempo. Sin necesidad de una poción mágica, sino por cuenta propia. No le temía a la muerte. Era amigo de ella. 

Su gritó lo hizo saltar. Un grito agónico y desesperado, un alma en pena, adolorida y consternada. Goth palideció, observó atónito a su amigo abrazarse a si mismo, soltando lágrimas adoloridas y gritos cargados de gran pesadumbre. 

Tembló, lloró, jadeó. Lo que pasaba en su alma atentaba contra su mente. 

Por un momento, se calló. Guardó silencio y se quedó quieto en su lugar, abrazado, encogido y adolorido. 

Goth solo lo miró, apenado y sin poder hacer algo al respecto. Quería consolarlo, apoyarlo de alguna manera, con esos gestos que veía hacer a los demás. Las palmadas en la espalda como apoyo, las amistosas caricias en el hombro y el envolvente abrazo para el desahogo. Pero Incubux se lo había prohibido.

No quería morir en sus manos, quería probar la resistencia de Lucid. Llevarlo hasta el limite. 

Quería que fuera Lucid quien lo matara. 

Si Lucid se quitaba la vida, arrastraría a Incubux consigo.

La muerte de Lucid enviará un mensaje. Todo aquel que se metiera con él, moriría.

Eso podría traer dos resultados posibles. El primero, que desistieran y le dejaran en paz. El segundo, su ira y su sed de sangre aumentaría y ahora sí tendrían motivos para matarlo. Pero, eso era lo de menos.

¿Qué iba a hacer? ¿Qué iba a hacer si Incubux moría? ¿Qué iba a hacer con su vida? ¿Quién iba a animarlo? ¿A quién sería fiel? ¿Cómo se reorganizaría su grupo? ¿Dante accedería al puesto o correspondía a Mafia por ser mayor?

¿Qué sería de él, de ellos? 

Lo iba a extrañar. 

Just Call It Love || PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora