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— ¿Estás...llorando? — Interrogó viendo a Palette entrando por la puerta con los ojos llorosos y pasándose la manga para limpiar las lágrimas de sus mejillas. 

— ¡De felicidad!

— ¿Cómo se llora de felicidad? 

— ¡Solo lo haces, ¿sí?! — Lloriqueó. — ¡Jamás me habías pedido que hiciera nada contigo!

—No hay nada más triste que la tristeza de un hombre alegre. —Murmuró levantando la tapa del rompecabezas. Entonces se detuvo en seco. 

— ¿Qué? 

—Nada. — Respondió esparciendo las piezas en el suelo y empezó a contarlas. 

—Oye, solo dame un puño, no tiene que ser todo equitativamente. — Goth lo ignoró y siguió contando las piezas, susurrando los números y con los ojos más abiertos y atentos que de costumbre. Palette se sentó a esperar, sabía que cuando Goth se sumergía en algo era imposible traerlo devuelta a la realidad. 

Debía esperar a que su concentración se disolviera por si solo. 

Se recostó de costado en el suelo observando contar a su amigo. Le había hablado a los demás sobre Goth, pero sus amigos no hacían más que asustarse. Horribles rumores corrían por ahí sobre Goth. No creía en ninguna, jamás creería en alguno de ellos. 

Goth no era un demonio traído desde el mismo infierno. Era facil esparcir rumores sobre alguien que no conoces, pero si lo conocieran como él, se sentirían igual de molestos. Quería decirle que le estaba protegiendo la espalda. —Date prisa. —Murmuró ansioso de que pudiera escuchar lo que tenía por decir. 

Entonces Goth se detuvo. 

Podría ser la oportunidad perfecta para contarle todo lo que estaba conteniendo, pero, el chico solo miraba el lugar vacío donde habían estado las piezas que ahora estaban en el otro lado. Su mirada estaba pálida, sin expresión alguna. — ¿Qué pasa? —Se atrevió a preguntar incorporándose. 

—Me falta una pieza. 

Just Call It Love || PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora