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Su mayor amigo era el silencio, lo buscaba todo el tiempo, pero ahora había algo que lo había vuelto irresistible, más fácil de disfrutar.

Palette.

Algo había cambiado. Lo visitaba poco y las pocas veces que se daba el gusto por aparecer, se mantenía en silencio, siempre pensativo, ausente de la realidad.

¿Había llegado el momento?

¿Sus sentimientos estaban peleando contra sus ideales? Se estaban llevando la contraria mutuamente hasta el punto en que no pudiera soportarlo más. No era un debate, era una discusión.

Por fuera era solo un mortal pensativo y silenciado por voluntad propia, pero hace tiempo que Goth había dejado de meterse en su cabeza tratando de descubrir lo que sucedía.

Era un caos.

No sabía lo que quería hacer. Ya no sabía ni que pensar.

Todas sus emociones habían armado guerra contra sus ideales. Frustrándolo, desesperándolo. Creando un agujero negro de pura agonía por su confusión mental.

Estaba acabado.

Palette estaba acabado.

La élite y todos sus miembros.

Estaban perdiendo el arma mortal, su paloma mensajera, su tranquilizante. Su asesino cada vez perdía más fuerza y pronto terminaría teniéndolo a sus pies, sometido por completo, comprometido con él en todos los ámbitos.

Tendría información, protección y una buena satisfacción al confirmar que todas sus deducciones siempre fueron correctas. Eso le hacía tan feliz.

El solo pensarlo le hacía querer reír a carcajadas frente a Palette, señalarlo y reírse de él. Reírse de la élite que creía ser lo suficientemente capaz como para engañar a un demonio como él.

No estaban a su alcance, eran todos unos perdedores. No eran capaces.

No eran mejores que él, no podían igualarlo estando juntos y menos superarlo.

Todo había sido predeterminado por él. Sabía exactamente lo que hacían, desde el principio tenía la batalla ganada. Goth ya había ganado desde el día en que lo desafiaron y amenazaron su vida.

Subestimaron su inteligencia, sus habilidades. Podía leer a Palette. Podía leer a Reaper. A Geno. A sus hermanos.

No necesitaba hacerles preguntas de nada, le decían todo con sus miradas, leía entre líneas, sus gestos. Todo. Lo sabía todo y ellos solo poseían un 12% de sus conocimientos. ¿Cómo creyeron que podían ganarle?

Ni juntando todas sus cabezas estaban cerca de alcanzarlo. Iba seis pasos delante de ellos.

Simplemente era imposible.

No quería sonreír, no todavía. Si lo hacía se delataría a si mismo frente a toda su familia. Su victoria estaba asegurada, pero tenía que esperar a que el día llegara y la élite se diera cuenta de que todos estos años estuvo burlándose de ellos.

Vengándose de ellos por juzgarlo sin permiso. Por decidir su destino cuando no les correspondía.

Ni el suyo, ni el de sus amigos. 

Just Call It Love || PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora