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Se envolvió en la sábana hasta la cabeza. Se sentía mal, terrible.

Todavía no podía creer lo que había hecho. Su primer alma cosechada y era la de Incubux.

Lo único que podía aceptar de la muerte, eso que le gustaba tanto era que vida nueva podía crearse a partir de las piezas de otras. La vida después de la muerte.

El fénix renaciendo de las cenizas.

Pero, no para Incubux.

No podía crear vida nueva con un alma dañada así. Su alma solo pudo ser desechada. Desvanecida. Eso le hizo sentir como si hubiera tachado a su amigo de inútil.

Su primera vez cosechando un alma y había sido una experiencia terrible. Le había disgustado tanto. Era tan desagradable como lo había imaginado. Jamás borraría esa sensación, el polvo en sus manos, el estruendoso sonido del alma rompiéndose a pedazos. Lo odiaba.

Palette se tendió a su lado observándole con pena. Conteniendo todas sus ganas de extender su mano y limpiar las sigilosas lágrimas que brotaban de los lastimosos ojos de su novio. No sollozaba, no emitía ningún sonido. Pero a cada pestañeo una lágrima se desprendía.

Eso le dolía más cualquier otra cosa.

Quería abrazarlo, consolarlo de una manera que pudiera sentir su calor y expresarle su sentir con aquel gesto.

Pero solo podía verlo.

Solo podía tenderse a su lado obteniéndose a la idea de besarlo. De besarle la frente, los nudillos, de limpiarle las lágrimas con cariño.

Ah, era tan difícil. 

Just Call It Love || PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora