Just Call It Love || Poth

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No era secreto que a veces Goth le daba algo de miedo. Pues, no le parecía algo normal el tener el alma de tu escritor favorito en un frasco funcionando como una lampara de lava.

A veces no entendía a su amigo, podía ser algo abierto, exponer sus pensamientos en palabras escasas y de tonos suaves, pero de repente podía cambiar del blanco al negro. Volverse oscuro y apático, hostil más que nada, se cerraba por completo.

Es el momento en el que debía irse.

Darle algo de espacio para que recapacitara.

Goth no era raro como concluían sus amigos cuando les contaba sobre el chico, simplemente era...difícil de comprender. Sus conductas variaban dependiendo del día y del humor en el que se encontraba, pero, lo que nunca cambiaba era su silencio constante y esa mirada cansada y melancólica.

Siempre intentaba correr los malos hábitos de su amigo, morderse las uñas, subir los pies a la mesa, mirar a la gente sin discreción, su insistencia por vivir cerca del suelo y por supuesto el ignorar a quienes le llaman. Goth llegaba a un punto en el que la conversación lo aburría, si no le gustaba el tema simplemente se levantaba y se marchaba sin decir nada.

Se lo había hecho muchas veces, pero no solo a él. Sino también a sus propios hermanos y padres.

Goth simplemente perdía el interés fácilmente en todo. Lo que podía ser emocionante para uno, era algo simple y sin sentido para Goth.

Si no eran cosas que requirieran esfuerzo, algo para armar y desarmar no valía. Pero, Palette había descubierto un nuevo pasatiempo de su amigo. El día que se le ocurrió traer una pista para armar y un tren que se movía solo, fue cuando pudo apreciar el único ojo visible de su amigo brillar con fascinación y gusto.

La primera vez que aceptó algo de él fue eso, luego de un Me gusta y Lo quiero.

No pudo decirle que no, se lo cedió de inmediato sin ningún problema.

El problema lo encontró en casa cuando llegó con las manos vacías y la confesión a Gradient de que tuvo que regalar su tren. Ahí descubrió que Gradient tenía un amplio vocabulario de groserías. Hubo cosas que no pudo comprender por ser la primera vez que las escuchaba, pero, sabía que le estaba insultando.

Sin embargo, no se arrepentía con nada.

Goth estaba encantado con el tren y él con Goth.