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Ahora que lo pensaba.

La idea de deshacerse de él sonaba descabellada, ¿cómo lo harían? ¿Cómo lo matarían?

Un combate de frente a frente no serviría de mucho, él podía matarlos a todos enseguida. ¿Cómo sería? ¿Cómo terminarían con él?

Reaper.

No. Incluso alguien como Reaper podía ser ejecutado por él sin problema alguno. De todos modos, si no fuera así, ¿su padre le mataría?
Es decir, técnicamente lo estaba matando si había accedido al malévolo plan de exterminarlo. ¿Había estado de acuerdo con ejecutar a su propio hijo?

No era cuestión de una persona sino de todas las que estuvieran a favor de erradicar al Devorador de Vidas de este y cualquier otro mundo.

Una parte de él a veces le cuestionaba todas y cada una sus deducciones. ¿Por qué crees que quieren matarte?

Simple, los humanos son estúpidos, pero los monstruos no son muy diferentes.

Ambos temen y cuando temen quieren eliminar el miedo deshaciéndose de lo que les produce aquel sentimiento. La primera opción siempre es atacarlo. Desterrarlo.

Y ellos le temían mucho.

—Ten. — Se giró lentamente a observar la taza frente su rostro. Café. Amargo y caliente, el intenso olor le hacía agua la boca. Mantuvo la taza a la vista, pero sin tomarla.

Palette le había preparado la bebida. Sin su consentimiento y totalmente a sus espaldas. Eso lo hacía pensar en las probabilidades de que algo ajeno a la cafeína estuviera presente en la bebida. Algo silencioso, pero mortal.

No lo notaría por supuesto, le gustaba la intensidad del café negro, puro y sin una sola pizca de azúcar que neutralizara los efectos que producía en su organismo. Algo podía contener esa taza aparte de café.

Sería esa la medida para exterminarlo. No se debía ser muy inteligente para deducir que sería la única manera en la que podían deshacerse de él sin sacrificar una sola vida, tampoco implicaba mucho esfuerzo.

Miró a Palette. Parecía incomodo, quizá por la exagerada manera en la que Goth se decidía a tomarla o negar el gesto. Pero, no debía esperar más.

Tomó la taza con cuidado de no rozar siquiera los dedos del otro. Observó su reflejo en el café llegando a una conclusión.

Se empinó la bebida con toda tranquilidad disfrutando del sabor en su lengua.

No era el momento.

Aun no decidían si debía morir.

Era una práctica. Estaba probándolo y tomando notas.

Ahora aceptaba la taza, pero la próxima vez, cuando Palette apareciera con intenciones totalmente contradictorias a las que intentaba interpretar, se negaría rotundamente.
Aun debía ignoraba el hecho de podía leerlo perfectamente.

Diferenciar la amabilidad real de la falsa.

No iba a dejarse matar tan fácilmente.

Por primera vez, sentía que su vida tenía algún sentido, solo que todavía estaba algo borroso. Necesitaba descubrir más cosas, explorar y armar su propio futuro.

Aun no estaba listo para morir.

Y menos por una técnica tan trillada como la del veneno en la bebida. 

Just Call It Love || PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora