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Caminó hacia su asiento colocando una taza de té frente a cada uno. Lucid lo siguió con la mirada en todo momento, pero eso a Incubux no le molestaba. Se acomodó en el sillón con una de sus encantadoras sonrisas. —Por favor—señaló la taza de té. —, me tome la molestia de hacer tu té favorito.

— ¿Qué quieres Incubux? —Preguntó bruscamente sin hacer caso a su ofrecimiento.

—Ah...—Suspiró despreocupado. —Bueno, supe que estás persiguiendo a Goth tú solo. ¿No te parece algo peligroso?

—No me asusta. —Entrelazó sus dedos. —Tengo un trabajo que hacer.

El rostro de Incubux se ensombreció. —Goth no le hace daño a nadie.

—Eso dices ahora, pero no sabemos en lo que se convertirá después. Nosotros no podemos predecir el futuro, prefiero prevenir antes que lamentar.

—...Vaya, así que, eres muy serio con el tema.

—Lo soy. —Incubux sonrió.

—Supongo que no podré hacer cambiar de opinión de ningún modo.

—Goth es peligroso, Incubux. Él puede mentir sin sentir ni expresar nada, no sabemos si sus promesas son reales o si está jugando con nosotros.

—Ay, Lucid, no tienes idea. A Goth no le llama la atención cosechar almas o reconstruir los mundos a su gusto.

— ¿Cómo estás tan seguro?

—Lo conozco.

—Conocerlo no es prueba suficiente. —Lucid tomó la taza estando bajo la vigilancia de Incubux. Su mirada burlona y acusatoria no le intimidaba en absoluto.

—No te haré cambar de opinión, ¿cierto?

—En absoluto. Y si viniste aquí con la intención de chantajearme con algo, déjame decirte que no lo lograras. Me he inmunizado a todos y cada uno de tus chantajes.

Incubux sonrió. —Bien. Me alegra que hayas podido recuperar algo de tu autoestima.

—...— Con una tranquilidad característica bebió el té sin quitarle los ojos de encima a Incubux, quien seguía de brazos cruzados.

—Acabas de tener dos hijos, ¿cierto? — Soltó Incubux. Asintió en respuesta. —Es una pena que mis sobrinos crezcan sin uno de sus padres. — Se tensó. Dejó de beber y solo se dedicó a mirar a Incubux que ampliaba su sonrisa de oreja a oreja de una manera maléfica.

Alejó lentamente la taza de su boca, el té estaba a la mitad, se sentía confundido, pero la expresión de Incubux le decía que debía sentirse aterrado. ¿Qué había hecho?

¿Por qué le había dicho eso?

—Yo gano. —Carcajeó. —Nosotros ganamos, Lucid.

—... ¿Qué?

Just Call It Love || PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora