Ya es de noche, en mi casa hay un silencio muy grande siempre. A veces me pone triste, a veces me asusta. Pero luego recuerdo las seis cerraduras en la puerta de entrada, todas bien aseguradas. Los barrotes en mi ventana y las cortinas bien cerradas. Veo la hora.
00:07 am
Originalmente me quedo dormido a las dos de la mañana. Mis nervios me controlan siempre. Esa sensación de incomodidad, la siento desde que tengo diez años, ese cosquilleo en mi cuerpo... Se perfectamente lo que es.
La verdad, nunca he sabido por qué no recuerdo a mi papá, o por qué en general, no recuerdo nada desde los ochos años. Solo hay una cosa que siempre, y estoy seguro nunca se borrara de mi memoria. Una noche en la que papá me hablaba... Un recuerdo siempre fresco en mi memoria.
"No dirás el nombre de Dios en vano".
"No desobedecerás a tus padres".
"No realizaras la masturbación".
"Lujuria".
"Afeminación".
Ahora esas palabras duelen, duele tener un único recuerdo de él y que sea únicamente sobre una charla retrograda. Eso es lo que me traumatizó. Pero sobre todo eso de "no realizarás la masturbación". Porque tengo dieciséis, y nunca... jamás he... En fin.
Suspiré.
Junté mis manos, rezar es lo que siempre me relaja en estos momentos. Me gusta y siempre es solo con... con él, con quién puedo conversar. Con Dios. A veces cuento ovejas hasta que me quedo dormido. Mi marca personal es dieciocho mil cuatrocientos treinta y nueve ovejas.
Más dos negras extras.
Calor, siempre empieza con eso, después... es el cosquilleo, el maldito cosquilleo. Se supone que debo conocer mi cuerpo, ¿controlarlo? Luego de eso viene el sudor y la tortura de sentir como eso, eso sensible... se va endureciendo entre mi entrepierna. A veces es tanta desesperación que lloro, porque... duele, palpita, se me quema el cuerpo y no puedo respirar... Deseo... Imagino... Quiero... Quiero tocar...
Esto es lo que pasa todas las noches. Lo que a veces en los fines de semana no me deja ni dormir.
Me levanté, sentí un balazo desde la calle y me estremecí. Ya estoy acostumbrado, pero aun así me da miedo. Sobre todo Jimmy, está loco, y se desquita conmigo cuando no le alega a mamá. Solo quiero que llegue el viernes y por fin le podamos devolver ese dinero, y nos deje de molestar y amenazar de una maldita vez.
Narra Alexis:
Lunes. La semana pasada ha sido muy tranquila, hoy me dan los resultados del test de matemáticas.
6.9
No está mal.
No he visto a Mateo hoy. Fui a la cafetería, esta Kei, Boris y Angélica, pero él no, es extraño verlo sin ella.
En el momento de sentarme mi celular sonó. Es un mensaje de Kei, con un pantallazo de la página de la escuela. Una cuenta donde suben chismes, fotos o cosas así. Es una publicación donde sale un frasco con pastillas.
"De quien sera estó??? Amen" Como pie de foto, y muy mal escrito por cierto.
¿De quien están hablan...? Deduje algo, y rápidamente me alarmé. No... No... ¡¿Quién sería tan enfermo para hacer algo así?!
Miré a los chicos, están todos callados, preocupados y un poco inquietos.—¿Acaso es de...? —pregunté con los ojos turbados. Kei me miró y asintió rápidamente—. ¿Dónde está? —suspiré controlando la rabia.
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¡Tú eres mi pendejo!
Teen FictionAlexis, un chico aficionado a correr, pierde todo cuando su nivel en la escuela baja demasiado. De muy mala gana, se inscribe en un taller de tutorías, donde conoce a Mateo, un chico bastante especial y que, extrañamente para Alexis, llama su atenci...