Narra Mateo:
El agua está muy tibia, no es tan hondo y el agua es tan limpia que hasta puedo abrir los ojos debajo del agua, ya que tampoco es salada.
Estaba en la cúspide de mi felicidad cuando sentí algo que hizo parar mi corazón.
Me toqué mi entrepierna y noté como estaba totalmente desnudo. Me agache rápidamente, dejando solo mis ojos a la vista y mire hacía todos los lados. Menos mal nadie se ha dado cuenta.
Apunto de llorar nade sigilosamente a una parte de las rocas, donde hay una cueva muy escondida. Tragué saliva y me agarré el cabello con fuerza, desesperado.
Estoy en shock, no sé qué hacer, realmente no sé qué hacer. Podría llamar a los chicos... ¡pero estoy muerto de vergüenza!
¡Ahg! ¡¿Por qué a mí?! Esto... ¡¿de verdad está pasando?! Dios, ¡¿DE VERDAD ESTA PASANDO?! ¡¿Tanto me odias?!
—No, no —murmuré.
¡¿QUÉ HAGO?! No veo la dichosa prenda por ninguna parte, no es como que tenga un traje de baño extra... No... No quiero morir aquí...
Narra Alexis:
—¡Alexis son geniales! —dijo la emo muy emocionada. Mirando mis tatuajes. Sonreí y le tiré agua. Se pico y empezamos una pequeña lucha.
Mire el cielo, esta hermoso, pero... Note, y no veo a Mateo.
Me puse serió y empecé a buscarlo con la vista. No esta. Ni en el agua, ni en el puente, ni debajo del quitasol en la orilla. Simplemente no está.
—¿Oye y Mateo? —le pregunte a la emo. Se paro de reír y me miro. Miro a todas partes he igual que yo se preocupó.
Lo empecé a buscar, pero nada. Fui a la otra parte del lago. Pero tampoco, nada, no está en ninguna parte. Mi corazón se empezó a acelerar. Si le pasa o pasó algo... Me muero...
¡¿Y si se ahogó?! Ay mierda... ¡¿Mateo donde estas?!
Volví con los chicos, que lo seguían buscando y llamando. Doble por una parte de las rocas y lo vi. Lancé un hondo suspiró y fui. Esta en una cueva, solo le puedo ver la cabeza y como tirita.
—Mateo, ¿dónde te habías metido? —le regañe serió. Volteó a verme y se sobresaltó. Fruncí el ceño y lo miré. Esta temblando— Mateo... ¿Estás bien? —dije preocupado y me acerqué más.
—Si... Ósea n-no, es qué... Se... Se me salió el traje de baño —dijo y se puso rojo como tómate. Bajo su vista y yo no pude evitar sonreír enternecido.
—Ay... Mateo, nos preocupaste —dije y él se alejó un poco de mí. Me miro hacia arriba y trago saliva—. No te preocupes, ya vuelvo —le dije y sonreí. Sali de la cueva rápidamente y volví con los chicos.
—¡¿Lo encontraste?! —pregunto Kei histérica, yo les asentí e igual asintieron y suspiraron. Sonreí y miré para todos los lados, buscando aquel traje de baño. Busque bajo el agua, llegando hasta el fondo. Pero nada...
Decidido a ir a buscar una toalla o mi otro traje de baño caminé hacía la orilla, pero justo lo divisé en la orilla. Su empapado traje de baño rojo agarrado a un palo del puente. Lo agarré rápidamente y llegué en un santiamén a la cueva. Nadie se dio cuenta. Lo vi, esta igual, temblando y avergonzado. Sonreí y me agaché, me acerqué lentamente, el esta sin darse cuenta.
—¡Mateo! —dije y él se sobresaltó. Me miro furioso y yo solo me reí.
—¡Idiota! —dijo enojado y me arrebato el traje de baño.

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¡Tú eres mi pendejo!
Teen FictionAlexis, un chico aficionado a correr, pierde todo cuando su nivel en la escuela baja demasiado. De muy mala gana, se inscribe en un taller de tutorías, donde conoce a Mateo, un chico bastante especial y que, extrañamente para Alexis, llama su atenci...