Ya es la noche del lunes. He evitado a toda costa a Mateo, incluso a Kei y Boris. Pero Kei sabe lo que me pasa, siempre sabe. Aunque lo he estado observando. Se juntó en los recesos con el psicópata, comieron juntos en la cafetería. Yo veía a Mateo, con esa cara de niño sorprendido, escuchando todo lo que Marco le decía.
...
Martes. Y fue lo mismo, pensé que este día sería diferente, pero fue exactamente lo mismo. Lo evité, enfocándome en otras cosas. Aún quiero despejar mi mente, sacar los pensamientos fuera de lugar y sin ningún sentido. A la primera hora me darían los resultados de el examen. Eso me mantenía un poco desconcentrado de lo otro al menos. Tuve un 8,9
Está muy bien... Sonreí, pensando en lo buen tutor que es Mateo.
Sacudí mi cabeza para quitar el pensamiento de Mateo. Si soy honesto... me siento mal. Ya que realmente pensaba que hoy me buscaría, es martes y vendríamos a mi casa, pero no lo hizo.
Quiero odiarlo. Realmente quiero odiar a Mateo, pero no puedo, no tengo razones para hacerlo. Estoy confundido y perdido. Odio esta sensación.
...
Miércoles. Lo mismo. Lo evito. Ni siquiera he ido a mi casillero estos días. Hoy lo he hecho tan bien que ni siquiera lo he visto.
Llegué a tutorías, temprano. Hay muy pocos chicos. Puse mi registro, y lo primero que me dijo el coordinador fue que me cambiara la cara de culo. Sí, es un hombre muy confianzudo a veces.
No quiero pero anhelo escuchar su voz. También que me dirija la mirada... No ando para hacer bromas tampoco. Rabia, eso tengo, me consume entero y no me gusta.
Lo vi, está escribiendo algo muy concentrado en un netbook.
Narra Mateo:
No vino casi nadie hoy, estoy muy aburrido haciendo un trabajo.
Sentí una sombra taparme entero y supe que alguien había llegado. Puse un punto final y rapidamente levanté mi vista.
Fue como si me volviera el alma al cuerpo...—¡Alexis! —dije casi impulsivamente. Este me miró y sonrió de lado cuando sentó. Lo veo triste. Siento que ha pasado una eternidad. No le veía desde... ¡Ni siquiera me acuerdo!
—¿Oye te enfermaste? —le pregunté. Sintiendo como estoy... demasiado emocionado...
Ay... ¿Qué... qué este calor en mis mejillas? Es solo... Es...
Solté una risilla y bajé mi vista.
—No —dijo seco, mientras busca algo en su mochila... ¿Y eso?, ¿qué le pasa?
—Hey... ¿Está todo bien?
—Sí, ¿por qué? —dijo de nuevo muy serio, como el primer día que tuvimos tutorías. Se ve... no sé si enojado, o quizá está cansado. Esto es raro.
—Es que no te he visto desde... el jueves, creí que te había pasado algo —dije, él negó mirándome serio. Intentaré estar normal... Pero estoy tan intrigado, ¿qué le pasara? Él no es así.
—Hoy día quiero ver matemáticas —dijo serio, como si nunca hubiéramos hablado. Me siento extraño, ¿acaso está enojado conmigo? Pero... ¿le hice algo?
—Alexis, para —dije riéndome y negando con la cabeza. Quiero creer que me está molestando...
—Mateo me duele la cabeza, ¿entiendes eso? —dijo levantando su voz, me estremecí. Fruncí el ceño muy confundido. Y tragué saliva sintiendo calor.
ESTÁS LEYENDO
¡Tú eres mi pendejo!
Fiksi RemajaAlexis, un chico aficionado a correr, pierde todo cuando su nivel en la escuela baja demasiado. De muy mala gana, se inscribe en un taller de tutorías, donde conoce a Mateo, un chico bastante especial y que, extrañamente para Alexis, llama su atenci...