53 "Soy real"

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Capítulo con contenido sexual explicito.

Se que doy mucho cringe cuando escribo estas cosas, pero entiendan que soy fiel a mi estilo de la torpeza :')

No me quise despedir al final de este capítulo, por eso; muchas gracias por leer, los y las amo ❣❣❣

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Mamá estaba a punto de entrar a pabellón. Sonará raro, pero estaba a minutos de ponerle una pierna a un señor.

Literalmente.

La hermosa luna no se ve, está siendo tapada por nubes grises y espesas. Tiene mucha pinta de que lloverá.

Miré al frente. Me alegra mucho saber que no pasaré la noche solo. Con Alexis nos escabullimos del baile, sin antes despedirnos de los chicos obviamente. El coordinador Carlos estaba bailando por lo tanto no se dio cuenta de que había dejado mi labor al estar tan ensimismado en coquetearle a la profesora de artes. Estaban todos bailando una canción lenta muy hermosa. El típico vals que es tradición en estos eventos. Habían sacado las luces de neón y estaba alumbrado normalmente.

En general el baile había terminado, ya no quedaban bocadillos ni bebidas. Ya no quedaba nadie realmente divirtiéndose, aparte de los chicos, solamente logré divisar a un grupo de chicos en las gradas conversando.

Recuerdo haber visto a Boris y Keila bailando abrazados, a Mikaela haciendo una especie de ronda con Lucy, a Angelita bailando con su primo. Y a Isaac y Anabelle también bailando...

-Hacen bonita pareja -comenté rompiendo el silencio que hay en el auto.

-¿Quiénes? -preguntó Alexis.

-Isaac y Anabelle.

-¿Están juntos?

-¿No? -pregunté extrañado.

-No que yo sepa -dijo él, para luego acomodar el espejo que da a la parte de atrás.

-Mmm... Aun así, harían bonita pareja.

-Es verdad -dijo Alexis y sonrió, volteando a verme por unos cortos segundos.

Llegamos a su casa. Dejé mi mochila colgada en una de las sillas que hay en el mesón del mueble americano en la cocina.

-¿Quieres comer algo? -me preguntó

-No, gracias, estoy bien.

Nos sentamos en dos de las cinco sillas que hay. Ninguna luz esta prendida, el living tiene las cortinas cerradas y la oscuridad que hay en él, hacen que esa colección de cuadros con fotografías antiguas que hay en una de las paredes se vean tétricos. Al igual que la parte de la entrada que da a la escalera del segundo piso, está totalmente a oscuras. Pero, aunque ese sombrío velo negro cubra el techo, las paredes, los muebles, el diván y el piso; los focos blancos de la calle iluminan la cocina entrando por la ventana de la puerta de vidrio que da al patio.

Misma ventana por donde puedo ver el reflejo de un fantasma pálido llamado Alexis.

Hay silencio y paz. En grandes cantidades, eso hay. Acompañado de una melancolía amarga que me está empezando a dar.

Narra Alexis:

Me preparé un té verde, que quedó bastante tibio. Bebí el primer sorbo y cerré mis ojos, disfrutando de ese sabor que me encanta.

-¿Quieres uno? -le pregunté a Mateo.

-Ya -respondió. Yo asentí y saqué otra taza.

Se lo hice y lo dejé sobre la mesa. Empezó a beber. En un torpe sorbo una gota le escurrió por el mentón. Él se limpió rápidamente.

¡Tú eres mi pendejo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora