Miercoles. Y lo he pasado colosalmente aburrido. No he visto a Mateo en todo el día, parece que esa "urgencia" que supongo tuvo ayer era realmente importante.
Llegué a tutorías, y grande fue mi sorpresa al notar que no estaba. Pensé en que probablemente faltó a clases. Simplemente me senté, pero también pensé en irme, no tendré otro tutor que no sea él. Eso es seguro.
Ya estaba decidido en irme cuando lo vi llegar.
—Hola Alexis, siento la demora —dijo y se sentó. ¿Acaso es el fin del mundo? ¿Mateo llegando atrasado?
Empezamos a trabajar muy bien como habitualmente lo hacemos, pero su raro comportamiento me puso ansioso. Algo que realmente me sorprendió y extrañó fue que en ningún momento me miró. Estaba nervioso y desconcentrado. No tenía esa contagiosa aura de paz, ni esa expresión contenta en su rostro. Se movía mucho, como incómodo. Yo como siempre intenté no aburrirnos, sacarle platica, pero estuvo cortante.
Ahora ya estoy en mi casa, pensando en Mateo. En esa pierna inquieta debajo de la mesa y en esos pobres labios mordidos.La intriga de saber si se encontrará bien me está quitando un poco el sueño.
...
Jueves. Me he levantado con mucha energía hoy y muy contento, ¿cómo no estarlo? Hoy el entrenador me dirá si puedo reintegrarme, pero antes me tienen que dar los resultados del examen de lenguaje, eso decide todo, al menos por ahora.
Llegué, sintiéndome nervioso. La profesora me llamó la atención y di una última mirada hacía la cancha, antes de volver a mi puesto,
Hasta que llegó el momento. La profesora empezó a repartir los exámenes. Yo no pude dejar de mirar cada movimiento que hacía. Finalmente, llegó a mi puesto—. Usted me dejó muy sorprendida —dijo sonriéndome amablemente.
9.3
Una euforia me sobrecargó el cuerpo y sonreí.
—Bien —dije y suspiré sin poder dejar de sonreír, ¿dije que en la mañana estaba contento? Pues eso no era nada. Al mostrarle la nota a Boris este se alegró incluso más que yo.
Al tocar salí hecho una bala a la cancha. Llegué a la oficina del entrenador—. Permiso —dije acercándome a su escritorio.
—¡Alexis! ¿Cómo estás? —dijo mientras escribía algo en su computador.
—Muy bien entrenador, me dieron los resultados del examen —dije jadeante.
—A ver... —me dijo, le estiré la hoja y él la recibió.
Tragué saliva. Y crucé los dedos.
—Cuando tus notas se suban al sistema lo veremos, pero... ya estás dentro —dijo, y lo miré pestañando de par en par.
—¿Enserio? —dije con emoción. Este me asintió.
—Pero no te relajes, sigue subiendo tu promedio —dijo y yo asentí sonriente. Salí de la sala, siendo la alegría hecha persona.
Caminando por el pasillo de la escuela, fui saludando a cada chico o chica que conocía lo saludé con una gran sonrisa, que les contagiaba.
Mientras yo solo buscaba a uno...
Divisé a Mateo, me acerqué sigilosamente por detrás, y con un movimiento rápido lo agarré de la cintura y lo levanté. Respingó por el susto y yo di una vuelta riéndome con él en brazos. Lo dejé y este me miró perplejo.
—Alexis ¿Qué...? —sonrió confundido.
—Mira —le dije acercándole la hoja. La tomó, sonrió y me miró.
—¡Qué bien Alexis! Felicitaciones —dijo muy alegre, y siguió viendo mi examen, como revisándolo.
—¿Tienes alguna idea de hace cuanto no sacaba nueve? —dije conmocionado, y agarrándolo de la cabeza lo acerqué rapidamente a mí para besarle la coronilla. Él rio mientras seguía revisando el exámen. Me miró, y noté que sus ojos brillaban más de lo normal. Mierda... Quería abrazarlo de nuevo.
Fuimos a la cafetería, y no dejé de presumir mi exámen, también les conté que ya podría volver a correr y todos me felicitaron—. Imagínate como se pondrá cuando saque un diez —dijo Kei.
Creo que es el día más feliz desde hace mucho. Vi a Mateo y sentí las ganas latentes de querer apachurrarlo lo más fuerte que pueda. Es que a veces lo miro y es tan adorable el maldito. Son... esas expresiones que hace, como cuando sonríe, arruga su naricita y achica los ojos. Aparte verlo normal, y no raro como ayer hizo que esa preocupación que sentía se ezfumara.
Me tiene alegre, simplemente adoro estar con él. Un rato nos podemos joder y al otro hablar de algo importante en profundidad. Me siento tan cómodo a su lado, y creo que él también... El fin de semana lo paso aburrido, recordando sus expresiones, las cosas que dice de repente, que sin que sean con intención de chiste siempre, hacen que me ría mucho.
Podría ser que... Digo, no veo como algo imposible que quizá me pueda gustar... un poquito.
No. Solo es un tipo de amigo que nunca tuve. Por eso me siento confundido.
Nada más.
Di la verdad Rosa.
Muchas gracias por leer. No olviden votar :D
💓💓💓
—Dolly
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¡Tú eres mi pendejo!
Teen FictionAlexis, un chico aficionado a correr, pierde todo cuando su nivel en la escuela baja demasiado. De muy mala gana, se inscribe en un taller de tutorías, donde conoce a Mateo, un chico bastante especial y que, extrañamente para Alexis, llama su atenci...