Viernes. Hoy debo llegar más temprano para hablar con el entrenador y ver la posibilidad de integrarme de nuevo.
—Alexis, solo te falta un poco más, la otra semana tienes exámenes, esfuérzate lo más que puedas, el año está recién empezando, yo sé que tú puedes hijo —me dijo, yo asentí con mi cabeza. Realmente estoy muy entusiasmado.
—Se lo prometo entrenador, daré lo mejor de mí —dije seguro y firme.
—¡Ven aquí chico! Dame un abrazo y cambia esa cara, arriba el ánimo —me abrazó fuertemente dándome golpes en la espalda. Le quiero mucho. Lo conozco desde sexto grado.
Como solo falta una hora para entrar a clases, me quedé en una parte de la biblioteca que está al lado de otras oficinas como la de la asistente social. También en este lugar se hacen exámenes atrasados.
Me senté en una banca, saqué mi teléfono y mis audífonos, escuché música con solo uno, ya que no me gusta estar sin escuchar el exterior. Noté a un chico delante mío, nunca lo he visto. Y sé que esto suena raro, pero es un tipo que enserio nunca he visto. Me sé todas las caras de la escuela aunque no conozca ni hable a todos, pero este no, nunca. Tiene el cabello corto, es muy rubio y adelante incluso se le notan unos pelos blancos. Por un momento pensé que era albino, pero volví a ver, y descarté la idea. La piel blanca, con un subtono rosado. Ojos azules, pestañas y cejas rubias. En fin... todo un galán.
Seguí escuchando música, y terminé escuchando el podcast que tenía pendiente. Pero en un momento me empecé a sentir realmente incómodo. El chico me mira, me mira mucho, yo solo lo ignoro, pero ahí está. No saca su vista de mí. Comienza a enervarme.
¿Qué tanto mira? Se me hace raro, pero me divierte a la vez.
Le escribí a Kei.
Kei
Hola
Hay un tipo mirándome y es raro y tiene cara de psicópata nazi
ALEXIS NO SEAS MALO
Kei me da miedo AYUDA
Y es lindo???
Sí es lindo, estoy acá en biblioteca y no ha parado de mirarme en todo el rato, aparte nunca lo he vistooo
Pero háblale pueees
Ok ahí te cuento
Obviamente no le voy hacer caso a Kei.
Abran pasado unos diez minutos que para mí fueron diez horas. Hasta que ya no aguanté más y lo miré yo.
Okey... Raro...
Lo miré, y él por nada sacó su vista de mí. Duré así unos segundos hasta que me harté.
—¿Qué miras? —le pregunté. Y vi como movió sus ojos de una manera muy extraña. Como rodándolos.
—¿Disculpa? —contestó a mi pregunta con otra, levantando una ceja.
—¿Por qué me miras tanto? —le dije extrañado. Este solo hizo un gesto como si estuviera entretenido y sorprendido.
—No te miro a ti, lo miro a él —dijo apuntando con su cabeza hacia mí. Supuse en mirar atrás. Y vi como a tres mesas más allá a Mateo, muy concentrado haciendo un examen.
¿Sí? Yo creo que no.
—Es muy lindo —dijo.
¿Lindo? Pues... sí, pero no es para que te lo quedes mirando así. Es decir yo también lo hago pero... Como sea, ¿a mí que me interesa?
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¡Tú eres mi pendejo!
Novela JuvenilAlexis, un chico aficionado a correr, pierde todo cuando su nivel en la escuela baja demasiado. De muy mala gana, se inscribe en un taller de tutorías, donde conoce a Mateo, un chico bastante especial y que, extrañamente para Alexis, llama su atenci...