Capitulo 35

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POV Jungkook

Llegue al departamento, tome mis llaves y abrí la puerta. Lo primero que noté fue que todos mis compañeros se encontraban en la sala. Al parecer, festejando algo.

Cerré la puerta haciendo ruido apropósito, ellos me voltearon a ver.

—¡Jungkookie! Ven siéntate—Hice caso a la voz Jimin. Me senté en la esquina del sofá.

—¿Por qué tan felices?— pregunte con una sonrisa en el rostro.

—Bueno, el manager nos habló y dijo que nos vamos de gira en un mes— contestó Namjoon peinándose el cabello.

Wow. Eso sí que no me lo esperaba.

—¿Así de rápido?

—Si, dijo que no importaba que no hubiéramos sacado nuestra nueva canción, que la sacaríamos después.— ahora me contestó Taehyung. Suga asintió hacia el.

Pero si nos vamos en un mes, entonces...

—¿Cuánto duraría la gira?— vi en algunos de sus rostros un poco de extrañeza al no verme con la sonrisa que siempre pongo al saber este tipo de noticias.

—Bueno, no se, tal vez como las otras, entre dos tres meses. Esta va a ser una gira pequeña Jungkook, nada más va a ser por Asia— contestó Namjoon.

Bueno, no era tanto tiempo ¿cierto?

Solo son tres meses sin poder ver a esa chica que me trae loco. Lo bueno es que me queda un mes.

Tienes todo un mes Jungkook, para decirle lo que sientes.

Para decirle que la quieres.

(...)


Me desperté por el sonido de mi alarma. Me levante de mi cama, y camine hacia el baño para darme una ducha. Cuando termine, me puse una sudadera y una pantalonera deportiva. Hoy nada más íbamos a escuchar la canción ya lista. No sé cuándo vamos a empezar la coreografía, pero ante la noticia sobre la pequeña gira que voy a tener, claramente no va a ser pronto.

Cuando estuve listo, le llame a mi manager para que me llevara a la empresa. Unos minutos después el llego y me llevó a la empresa bighit.

Me baje de la camioneta, me despedí de mi manager, camine hacia la entrada, me dirigí hacia el tercer estudio, y entre. Dentro de encontraba Rosé... mucho más hermosa de lo que ya es.

Se me formó una sonrisa inmediata en cuanto la vi.

Llevaba unos pantalones deportivos que se amarran de la cintura, luego están sueltos, y después se vuelven a amarrar en los tobillos. Llevaba puesta una blusa pequeña color blanco, pegada al cuerpo... y también llevaba puesta aquella chamarra que le presté cuando nos quedamos dormidos por accidente.

Cerré la puerta y ella se dio cuenta de que ya había llegado. Lo extraño es que se veía diferente, se ve como tímida.

¿Pero que le daría pena?

Solo somos ella y yo.

Camine hacia el pequeño sofá y deje mis cosas en el. Fui hasta el piano, y me senté a lado de Rosé dandole la espalda al instrumento, quedando yo con mi cuerpo fuera del piano, y el de ella dentro de este, Rosé no me volteó a ver.

Pasaron como unos segundos y ella seguía tocando el piano sin mirarme. Pero yo la seguía viendo directamente a la cara. Tome sus manos y las aparte de las teclas, baje la tapa para, obviamente, tapar las teclas del piano. Una vez que hice eso, volví a dejar sus manos donde estaban. Yo recargue mis codos en la tapa.

—Hola— le dije. Ella me sonrió de vuelta.,, y ya. Segundos después le volví a decir.

—Hola.

—Hola— me contestó. Se le veía más tímida de cómo la había visto al llegar. Como tímida y un poco incómoda.

—¿Te sientes bien?— le pregunté. Ella me volteó a ver rápido con una sonrisa divertida.

—¿Por qué siempre me preguntas si estoy bien?— yo solo me encogí de hombros y le sonreí, entrecerrando un poco los ojos.

—Tal vez por qué me importas y me preocupas Rosie— le conteste, saliendo de mi boca aquel apodo. Ella se me quedó viendo un momento con la sonrisa en el rostro, pero poco a poco se fue poniendo sería. Yo fruncí el ceño como preguntando qué pasaba, y ella claramente me entendió, ya que se aclaró la garganta para empezar a hablar.

—Yo me enteré... De... Algo— dijo. No me había dado cuenta de que tan cercas estábamos. El lado izquierdo de mi torso, rozaba con su brazo izquierdo.

—¿De que te enteraste?—Pregunte en susurro.

—Yo... Lisa ya me dijo— me enderecé. Me levante del banco y me volví a sentar, pero esta vez con cada pierna a cada lado del banquillo, teniendo a Rosé de lado frente a mí.

—¿Que te dijo?— ella se volteó hacia mi, doblando su pierna izquierda, quedando ahora sí, frente a frente.

—Jungkook... ¿Es cierto que te gusto?

JUNTO A TI  -rosekook-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora