Nos pasamos todo el resto de la tarde estudiando, Daniel me explicaba lo que yo no entendía y viceversa. Por más que estábamos con cosas del colegio, pase un gran rato con él y cuando quisimos darnos cuenta ya era de noche. Ambos nos fuimos a dormir, y me despedí de él dándole un beso en la mejilla. Desaparecí tras la puerta de mi habitación con la cara toda roja y con una sonrisa estúpida en mi rostro. ¿Por qué él me hacia reaccionar de esta manera?
El golpeteo constante y molesto fue el que me despertó a la mañana, estaba tan cansada que no lograba entender de donde provenía el sonido. Me frote los ojos y preste más atención, entonces escuche la voz de Daniel al otro lado de la puerta llamándome.
–Vamos Alexa, tenemos que ir al colegio. Ya es Martes por la mañana, tienes tiempo de darte una ducha si quieres, el desayuno ya está preparado. Espero que te gusten las tostadas.
–Ya voy, ya voy…
Me senté en la cama, mirando al suelo. Sentía el cuerpo muy cansado y tenía que esforzarme y convencerme a mi misma de levantarme. La habitación estaba totalmente oscura ya que las persianas estaban cerradas, por esa misma razón pude escuchar los pasos de Daniel que se alejaba de la puerta y luego bajaba las escaleras.
Una vez que me “prepare mentalmente” para levantarme, arregle mi cama y entre al baño para ducharme, tal como Daniel me había ofrecido. Cuando termine, busque en mi nuevo armario algo para ponerme, y a pesar de que casi toda mi ropa es igual, estuve unos 15 minutos hasta que me decidí por algo.
Baje las escaleras sintiéndome como un zombie y llegue a mesa en donde Daniel ya había dejado unas tostadas, una taza con leche y demás. Me senté y comencé a comer, al rato él llego y se sentó frente a mí para tomar su desayuno.
– ¿Cómo has dormido?
–Dormir, dormí bien, pero tengo muchísimo sueño. No sé por qué, ¿y tú, como has dormido?
–Bastante bien –sonrió– ayer fue un gran día.
–Me alegro por ti… –ambos nos quedamos callados, no era un silencio incomodo el que nos rodeaba, pero una pregunta luchaba por salir de mis labios. No lo resistí, la curiosidad era más grande que la vergüenza que sentiría al preguntarle– Y dime Daniel, ¿tienes novia o algo? ¿Te gusta alguien?
–No estoy saliendo con nadie, hace dos años estuve con una chica pero simplemente no funciono. Y desde entonces estoy solo, aunque hay una chica que creo que me está comenzando a gustar.
Pase de estar emocionada, porque él no estaba con nadie, a sentirme decepcionada porque ya se había fijado en alguien… De seguro la chica seria hermosa, graciosa, perfecta para él ¿Qué oportunidad tenía yo? Ni siquiera tendría que creer en que exista la más mínima oportunidad de estar con Daniel, es simplemente imposible.
– ¿Y tú? ¿Tienes novio?
Lo mire levantando una ceja, ¿en serio podía creer que yo, la chica mas antisocial y poco atractiva, podría tener novio? Más aun cuando él sabe que yo lucho por alejar a todos de mí.
– ¿Lo dices en serio?
– ¿Qué? No me mires así, nunca se sabe. Quizás estas saliendo con alguien en secreto.
–Bueno, pues no, no es así. –mire la hora en el reloj que estaba en la pared, justo detrás de Daniel– Tendríamos que ir yendo al colegio.
Él se volteo a mirar la hora, y luego asintió. Lavamos todo rápidamente, y luego de tomar nuestras mochilas nos fuimos caminando al colegio. El camino hacia éste fue silencioso y bastante aburrido, al igual que lo fue el resto del día hasta que volvimos a la casa de Daniel. Bueno, tampoco es que por volver a su casa, mágicamente iban a aparecer elefantes rosados con tutus para hacernos una fiesta. Pero al menos no tenía que seguir soportando a los profesores.
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De una manera u otra
Teen FictionEsta es la historia de Alexa, una chica a la que le ha tocado una vida difícil y por lo tanto cree que debe estar sola, para no herir a nadie. Pero con el tiempo descubrirá que uno no elige cuando enamorarse, y que el amor es para todos, que nadie e...